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Nacional

27 de Diciembre de 2010

Futuro de Ximena Ossandon en la JUNJI cuelga de un hilo

La situación de la vicepresidenta ejecutiva de la Junji, Ximena Ossandón, no sólo está enredada por sus polémicos dichos que hacen estallar a Twitter y Facebook. Ayer, el ministro Joaquín Lavín, reconoció que la profesora no había participado en el concurso de Alta Dirección Pública para llegar a su cargo. Y su calidad de “transitoria y provisional” se complica aún más luego de un instructivo dictado por Piñera el 2 de noviembre para oficializar las designaciones que aun tiene pendientes. Pero detrás de este lío administrativo, hay otras historias a lo largo de Chile que marcan el sello de Ossandón en el gobierno. Así es el loco mundo de la Junji.

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La mandamás de la Junji, Ximena Ossandón, desde hoy está pendiendo de un hilo. Su superior jerárquico, el ministro de Educación, Joaquín Lavín, reconoció ayer que la vicepresidenta ejecutiva no se presentó al concurso de Alta Dirección Pública para postular al puesto -lo que se traduce en que podría no ser ratificada en su cargo y tendría que volver a su casa-, y la dejó a la deriva al afirmar que su situación será analizada por el gobierno.

A eso se suman las trabas puestas por el propio Piñera en un instructivo presidencial que dictó el pasado 2 de noviembre respecto al Sistema de Alta Dirección Pública, luego que varios importantes cargos de la administración pública –como el de Ossandón- aun figuren en calidad de provisionales y transitorios.

En el caso de la Junji, el 20 de junio se llamó a concurso para llenar el cargo de vicepresidenta ejecutiva, al que postularon más de 190 candidatos. De ellos, el Consejo de la Alta Dirección Pública eligió cuatro nombres, los que propuso a Piñera. Sin embargo, entre ellos no aparecía el de Ossandón, pues la profesora de inglés no postuló. Versiones indican que la también hermana del alcalde de Puente Alto, Manuel José “Cote” Ossandón, lo olvidó. Otras, en cambio, hablan de que se habría autoexcluido segura de que sería confirmada, algo que hasta ahora no ha ocurrido: hasta ayer seguía sentada en su oficina de Providencia gracias al resquicio de tener un nombramiento ‘transitorio’.

Así, por ejemplo, si Piñera decidiera declarar desierto el concurso, y la Alta Dirección Pública generara una nueva nómina, Ossandón ya no podrá estar incluida. Esto, luego que el leguleyo instructivo especifique que la calidad de provisional y transitorio “no sea considerada como mérito en los concursos que se convoquen para llenar la titularidad de dichos cargos”.

Como se sea, se vaya o se quede, el estilo comunicacional que Ossandón impuso en la Junji será difícil de olvidar: es la única  autoridad de “la nueva forma de gobernar” que ha puesto una virgen de yeso de más de un metro en una repartición pública, ha defendido a brazo partido al cura Karadima en medio de las acusaciones por abusos sexuales y ha tenido un curioso planteamiento respecto de las posibles usuarias de la Junji: “Cuando la mamá decida irse a tomar, ir a la playa o a tomar un café con un amiga dejando al niño en nuestras salas, eso es lo que nosotras tenemos que evitar”.

EL LOCO MUNDO DE LA JUNJI

FOTO: Ossandón junto a su equipo en la JUNJI.

En los siete meses que lleva en el cargo, Ossandón se ha hecho de un importante círculo de hierro. Su brazo derecho en la Junji es el ex DC y actual RN, Hernán Ortiz, a quien los funcionarios llaman a escondidas irónicamente El Mamo debido a que le ha tocado liderar la dura oleada de 200 despidos en el servicio. Pero también, en la estructura que acompaña a Ossandón a todas partes hay varios jóvenes.

La mayoría de las filas de RN y descolgados del comando presidencial de Piñera. Uno de ellos es Carlos Rubilar Camurri, quien trabajaba en la Universidad de Los Andés y hoy es su jefe de asesores de gabinete: a él lo presenta como miembro del Opus Dei. Otros miembros de su grupo son su jefa de gabinete, Paulina Delgado, periodista y hermana del alcalde de Estación Central, Rodrigo Delgado (UDI) y Felipe Zafe, asesor, joven RN y uno de los que más la alienta y defiende vía twitter: “Hay que reconocer que @ximenaossandon es consecuente con lo que piensa, Dios existe y hay una sola verdad, aunque la saquen de contexto”, dice uno de sus mensajes.

Cuando Ossandón llegó con su equipo a la Junji, los actuales funcionarios y los que ya no están, debían asistir a masivas reuniones los días lunes. Las citas, donde participaban directores de departamento, jefes de sección y de unidad, tenían el propósito de mostrar el lado “transversal” y “cercano” de Ossandón. Fueron los primeros testigos de lo que se venía para la institución. Cuando hablaba, muchos se tomaban la cabeza al oír sus comentarios y, según testimonios de varios funcionarios de la Junji que estaban presentes en esas reuniones, en una ocasión Ossandón se impactó que un jardín infantil costara 250 millones de pesos.

EL TSUNAMI ORTIZ

La noticia que trascendió ayer respecto al complicado futuro de Ossandón en la Junji fue recibida con entusiasmo en la Asociación Nacional de la Junta Nacional de Jardines Infantiles (AJUNJI) debido al traumático proceso –explican- que ha significado la ola de despidos a lo largo de Chile que ha liderado Hernán Ortiz: ya van 200 con sobre azul.

Años atrás y antes de pasarse a RN, cuando era auditor ministerial de Educación, Ortiz fue un militante DC que saltó a la fama como el principal articulador del dossier que sostuvo la acusación constitucional y posterior destitución de la ex ministra DC Yasna  Provoste.

En esos tiempos, a Ortiz le instalaron una oficina en RN luego de las jugosas ganancias políticas que le otorgó a la derecha. Y como premio de consuelo, dicen en su partido, le dieron un cupo en las parlamentarias de 2009 para competir por el distrito 16, donde finalmente salieron electos los diputados Patricio Melero (UDI) y Gabriel Silver (DC).

Al poco tiempo de su llegada, en la AJUNJI recuerdan que Ortiz se hacía llamar “gerente general”, pese a que el cargo no existe dentro del escalafón de la administración pública. Ortiz se movió rápido y creó el Departamento de Coordinación Nacional que, según una resolución del 24 de septiembre -a la que tuvo acceso The Clinic online- le entrega el control total en la Junji. Tanto así, que puede reemplazar a Ossandón en su ausencia. “Cuando hablen con él, es como si lo hicieran conmigo”, les dijo Ximena Ossandón a los funcionarios en una de sus primeras reuniones y cuando recién se presentaba ante ellos.

Ortiz era un viejo conocido para los funcionarios de la Junji. Había trabajado en esa institución en periodos anteriores de los gobiernos concertacionistas.

El staff que lo acompaña está formado principalmente por contadores auditores y funcionarios antiguos partidarios del gobierno actual, entre ellos Florinda Cornejo, quien llegó al servicio en 1984. Ese grupo de su confianza ha sido el encargado de realizar el “levantamiento de información y funciones” en el proceso que se hizo en todo Chile para comenzar con los despidos.

La matriz que utilizó el staff fue la que se aplicó en todos los lugares por donde pasó la caravana de Ortiz: desde las direcciones regionales se envió a Santiago una planilla con los cargos y la descripción de las tareas de cada uno de los funcionarios. Luego, se les realizó una breve entrevista -de no más de 5 minutos- para que explicaran sus funciones y se procedía a su despido. En el caso de la región de Los Lagos, como en otras, fue el propio Ortiz quien viajó a efectuar las preguntas.

Durante sus recorridos, Ortiz también se encontró con sorpresas. Según fuentes de la Junji, detectó casos de funcionarios que demoraban 8 horas en hacer un trabajo que podían hacer en 4, entre otras anomalías que se encuentran en estudio.

Finalmente, tras el paso del team de Ortiz, dirigentes gremiales dicen que hoy la balanza en la Junji se inclina más para quienes simpatizan con la nueva forma de gobernar que con los viudos de la Concertación.

¿CUNCUNITA GATE?

En Iquique, la cosa también está negra: la justicia anuló dos de los despidos emitidos por Pamela Boyardi, la directora regional de Tarapacá.

Por estos días, Boyardi está cerrando el jardín infantil Cuncunita, el que dirigía cuando fue nombrada por Ximena Ossandón cuando asumió: su nombramiento era incompatible con su negocio, porque es justamente la Junji el organismo que empadrona establecimientos como Cuncunita. Según explicó a The Clinic online, apenas asumió el cargo, pidió el cierre y se desvinculó de su administración.

Quienes la conocen describen a Boyardi como una mujer “visceral” que cambia repentinamente de estado de ánimo y también de opinión: en su región cuentan que hay casos de funcionarios a los que en una semana ha confirmado en el cargo, luego despedido y posteriormente reintegrado.

Pero a diferencia de otras regiones, a Boyardi no le ha resultado nada fácil el proceso de despidos. Es el caso del sociólogo Alfonso Robles -subdirector de gestión de personas- y del socialista Jaime Hip -asesor jurídico de la Junji-, quienes deberán ser reintegrados en sus puestos luego de ganar un recurso de protección.

No son los únicos que volverán a sus puestos. En Coquimbo, otro grupo de funcionarios regresará a la Junji tras ser desvinculados. No así su ahora ex directora regional, María Consuelo Ábalos (arriba en la foto), quien acaba de ser destituida por desempeño y mal trato a los trabajadores: fue denunciada por dirigentes de la asociación de mofarse de un periodista recién echado por ella justo en su fiesta de despedida, a la que se presentó con un disfraz de bruja pues ese día en la oficina se celebraba Halloween.

Es el loco mundo de la Junji.

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