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Opinión

11 de Diciembre de 2012

Leonardo Sanhueza: “Hay mucha gente que admira a Neruda sin haber leído un puto verso”

Leonardo Sanhueza es el nuevo ganador del Premio Pablo Neruda a la poesía joven, lo que le significará una ceremonia, un vino de honor y unos miles de dólares. Sin embargo dice amar y odiar al poeta que bautiza su premio. Hablamos de su otra vida como geólogo, de sus columnas en Las Últimas Noticias y su relación con Neruda, esa “bola de grasa mental”.

Romina Reyes
Romina Reyes
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¿Cómo es tu relación con Neruda?
Es bien conflictiva. Lo admiro un montón en ciertos aspectos y en otros lo detesto. Los aspectos que detesto, que son abominables, son más bien póstumos porque tienen que ver con el rescate de lo peor de Neruda que es el culto a la personalidad. Esa imagen de Neruda como coleccionista de conchas o que era un ser fantástiso, un Rey Midas de la poesía, lo que es completamente falso y ridículo. Ese guatón me desagrada, es una bola de grasa mental. Es el Neruda de las odas, el Neruda proselitista.

¿El best seller?
No tanto, porque siempre es best seller. Es el Neruda turístico que se deja admirar sin ser leído. Ese Neruda no lo soporto. Hay mucha gente que admira a Neruda sin haber leído un puto verso o lo odia sin haberlo leído. Cuando lo lees encuentras que es fascinante. Si lees Estravagario o Residencia en la Tierra, encontrai a un Neruda genuino, auténtico, sin esta cáscara turística. Pero el resto es una operación publicitaria. Es basura.

¿Cómo te cae ganar un premio con su nombre?
Es raro. Y no es primera vez, yo ya había ganado unos concursos en Valparaíso, cuyo primer lugar se llamaba “Pablo Neruda”, y yo para colmo lo gané dos veces. Es chistoso. Tengo esta relación conflictiva con él, me anda penando. Además el hecho de que sea de Temuco… es un fantasma. Me pena porque lo amo y lo odio.

¿Nunca has pensando en rechazar algún premio?
Sí. Este mismo, pero ha habido épocas en que estaba de cajón, sobre todo por el conflicto mapuche. Ahí hubo cuestiones medio turbias de la fundación, pero al final el problema es que hay que ser alguien como Javier Marías para rechazar un premio. Porque el rechazo es una protesta y sólo rinde efectos cuando tiene cierta resonancia. Sino, es una pataleta.

Los premios

Has ganado hartos premios literarios.
He tenido suerte no más. Desde que empecé a escribir que he ganado premios, pero no le doy mucha pelota.

¿Nunca has sentido que deberías jubilar de los concursos?
No, no tengo ideas fijas respecto a eso. A veces un concurso sirve para darle punto final a un libro. Y en cierta medida lo pone a prueba.

Sin la presión de un concurso, ¿cuándo le pones punto final a la obra?
Es difícil, porque soy muy disperso. Trabajo en muchas cosas a la vez, entonces no termino nunca nada. Sobre todo los libros de poesía, el punto final se pone cuando te entregan la primera corrección de prueba, e incluso ahí hay correcciones. La publicación es como una foto de un momento del trabajo. Por eso el momento de dar el visto bueno al editor es un alivio, porque ya no se corrije más.

¿Eres obsesivo?
De eso se trata la poesía, de encontrar una forma que de cuenta de una imagen o de una idea y eso es muy difícil, porque nunca llega esa forma que quieres. A veces, de un chiripazo puede ser, pero la mayoría de las veces uno deja las cosas hasta su máximo esfuerzo no más.

¿Estás disconforme con tus libros?
Sí. Siempre veo que el último es mejor que los otros, y eso quiere decir que algo falló en los primeros. Pero creo que es una cuestión generacional, casi toda mi generación está marcada por una búsqueda de no estar conforme nunca con uno mismo. Y esa búsqueda no es como buscar oro, porque uno encuentra oro. Es una búsqueda que no termina.

¿Cómo mezclas eso con tus columnas? El trabajo periodístico sí tiene un fin.
Mi método es empezar a escribir a las 7 u 8 para que me pille la hora de cierre y así no tener que hacer ninguna modificación. Si no me ponen la deadline como le llaman los siúticos, no termino. Siempre estoy esperando la última hora.

Tinta China

¿Eres más conocido como poeta, como columnista o no eres conocido?
Bueno, no soy Beto Cuevas. Es distinto, como columnista me lee mucha más gente, pero es gente a quien le importan más mis opiniones que mi manera de decirlas. Gente que me lee con el mismo aire que lee la goleada de Colo Colo o el programa de la tele. Como poeta me siguen poquitos, pero esos poquitos como que me quieren. El lector de poesía tiene mucho más presente al autor que el lector de columnas. Pero todo eso es un puñadito de gente.

Pero LUN es el diario más leído del país.
Sípo, a veces suceden cosas rarísimas. Y eso te aprieta un poco, en el fondo no podí andar disparando gallinazos. Una vez hablé sobre lo feo que era Osorno y hasta hicieron una reunión del consejo municipal para declararme persona non grata. Hay una literalidad espantosa, todos leen todo en primer grado, no son capaces de leer ironías ni metáforas.

¿Y has vuelto a Osorno?
Un amigo pasó por ahí en esos días y había un graffiti a la salida que decía “Muera el roto Sanhueza”.

¿Por qué es tan feo Osorno?
Hace años que no voy, capaz que esté bonito.

Chupando piedras

Leonardo Sanhueza estudió Geología en los ’90. En esa época, Nicanor Parra dictaba cursos de literatura en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Chile, cursos que se llenaban con estudiantes, gente externa y muchos fans.

Asististe durante cuatro años al curso que dictaba Nicanor Parra ¿Eras groupie?
No, era interesante así que iba no más. No tuve una relación con él. No tengo esa personalidad de groupie. Me cuesta hablar con alguien en ese desequilibrio. Me gusta hablar más de igual a igual y Nicanor Parra pone cierta distancia, al menos pa un cabro chico como era yo.

¿Alguna vez trabajaste de geólogo?
Sí, desde que estaba estudiando tenía trabajos ocasionales como geólogo. De eso vivía. Mi último trabajo fue en Pascua Lama.

Estabai en el lado de los malos.
Sí (risas). Pero era bien curioso porque yo trabajaba de noche, de 9 a 9. Y no veía nada. Sólo veía una máquina como de Blade Runner haciendo un sondaje a 5200 metros de altura, 38° bajo cero, gente con trajes de astronauta. Entonces yo estaba en una película de ciencia ficción. Ese fue mi último trabajo. Y de repente no pesqué más.

Ahora la Geología se puso de moda. Dicen que ganan harta plata
Es bien ridículo porque pa ser geólogo no es llegar y ganar plata. Es una pega alienante. No teni en qué gastarte la plata. Una vez me encontré con un amigo geólogo en un bar y me contó que ahora se estaba dedicando a la importación de cacharritos de greda. Ahí te dai cuenta de la locura en que pueden terminar los geólogos.

¿Teníai que chupar piedras?
Hay algunos minerales muy parecidos, entonces hay que chuparlos para saber qué son. Pero son sólo algunas no más que hay que chupar. Hay otras que hay que raspar, hay pruebas muy chistosas.

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