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Opinión

21 de Abril de 2024

Columna de Marco Moreno | La debilidad de la derecha

Créditos: Agencia Uno.

Marco Moreno, columnista de The Clinic, escribe sobre la debilidad que se puede apreciar en el bloque de derecha "observamos en la derecha signos de debilidad que aconsejan cautela con relación a la aplicación lineal de la idea de alternancia. Junto a lo ocurrido con la elección de mesa de la Cámara, el proceso de inscripción de primarias confirma el diagnostico de síntomas de debilidad". "No es suficiente apostar solo por la alternancia. La derecha tiene que mostrar que pueden ser alternativa con propuestas de resultados para que las cosas no sigan como están".

Por Marco Moreno

Una acierta desorientación táctica y estrategia parece exhibir la derecha política chilena. La reciente derrota en la disputa por la presidencia de la Cámara de Diputados no hace sino confirmar cierta impresión de debilidad. La respuesta para el fracaso todavía puede resultar peor. Solo 24 horas después de no poder alinear los votos propios para quedarse con la testera de la corporación, el Partido Republicano anunció el ingreso de la censura a la mesa presidida por la diputada Karol Cariola.

Esta acción —no obstante, la fragilidad de le mesa elegida— solo confirma la falta de una estrategia política que lleva a que se imponga en el bloque la pulsión puramente reactiva y obstruccionista con un costo también alto para el bloque de cara a la ciudadanía. 

Y es que el remedio puede resultar peor que la enfermedad dado el error de cálculo y timing político. Ya perdió por un voto, porque fue un diputado del bloque opositor el que no llegó a votar. Tampoco está garantizado que cuente con los votos este lunes para echar abajo la mesa. De hecho, la descoordinación, falta de unidad y de criterio llevó a que Chile Vamos y Demócratas no se plegaran a la arremetida republicana y socialcristiana.

En otro efecto, la decisión de censura puede provocar que el oficialismo intensifique su estrategia —de pactos de geometría variable con partidos pequeños y parlamentarios descolgados e independientes— para buscar retener la presidencia de la Cámara de Diputados. Todo esto en medio del hartazgo ciudadano que observa la desconexión de la élite del poder con las urgencias de la gente.

Esta manera de actuar del bloque opositor resulta contradictoria con la idea de que la derecha podría recuperar el gobierno en las próximas elecciones presidenciales, que está a la base del principio de la alternancia. Así, el que les toca gobernar parece ser por ahora el único argumento para volver a La Moneda en 2026.

Y es que observamos en la derecha signos de debilidad que aconsejan cautela con relación a la aplicación lineal de la idea de alternancia. Junto a lo ocurrido con la elección de mesa de la Cámara, el proceso de inscripción de primarias confirma el diagnostico de síntomas de debilidad. La derecha aspira al poder, pero este propósito no se condice con la inscripción de primarias que evidenció falta de voluntad, pero también de elenco para la disputa territorial en octubre próximo.

El bloque solo inscribió primarias en 22 de las 346 comunas del país. Todo en medio de la confusión, ausencias y sobre todo de falta de unidad de criterio para disputar el poder regional y local al oficialismo en territorios que hace tres años les fueron arrebatadas. 

En comunas como La Florida —clave por el volumen de votos en disputa y por el perfil del electorado representativo de los sectores medios— la candidata sería la exministra Cecilia Pérez. En una decisión de último minuto el alcalde, Rodolfo Cárter, decidió inscribir a su delfín político, Daniel Reyes, para que compita con otros candidatos casi tan desconocidos como él.

En Puente Alto el concejal, Felipe Ossandón, está enfrascado en una fuerte disputa con Karla Rubilar que podría terminar con la pérdida del bastión popular de la derecha en el sur de la RM.

En Santiago, comuna simbólica para la oposición que ha anunciado buscar sacar a la alcaldesa Irací Hassler del sillón edilicio, no habrá primarias. Sebastián Sichel —instalado por arriba— exigió a los partidos de la oposición, como condición para competir, el que se despejara el camino de otras candidaturas. No tener candidato para la comuna de Santiago es otro síntoma de la debilidad de la derecha. 

Republicanos decidió competir fuera de pacto. Sin opciones para disputar alcaldías y gobernaciones se parapetarán en la elección de concejales para exhibir poder electoral en número de concejales electos y votos obtenidos. Resulta sintomático que no dispongan de elencos tampoco para disputar los gobiernos regionales. 

Tampoco tienen candidatos competitivos en regiones —en la elección de 2021 solo se impusieron en la Araucanía—para retar a las actuales autoridades regionales mayoritariamente del oficialismo.

Faltan seis meses para las elecciones regionales y locales. Probablemente la derecha logre obtener más votos y elegir más autoridades que hace tres años. Pero esto será un logro parcial si se toma como línea de base las elecciones subnacionales pasadas. Recordemos que los resultados de dichas elecciones fueron malos para el bloque opositor. 

El desafío es cómo la derecha pasa de la lógica de la alternancia a mostrar que puede ser alternativa. Para eso es condición sine qua non superar la actual debilidad expresada en ausencia de diseño estratégico, previsión y donde solo domina la capacidad reactiva. 

No es suficiente apostar solo por la alternancia. La derecha tiene que mostrar que pueden ser alternativa con propuestas de resultados para que las cosas no sigan como están. Hasta ahora los síntomas de debilidad —errores de cálculo, timing político, falta de elencos para asumir candidaturas y sobre todo propuestas más allá de la mano dura en temas de seguridad y migración— del bloque de derecha parecen ser un problema más serio de lo que se piensa en el objetivo de volver al poder. 

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