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Mundo

18 de Marzo de 2013

Safari humano en la India: Indígenas maltratados y ridiculizados por turistas

Vía El Puerco Espin Los jarawa han vivido durante milenios en las selvas de lo que hoy son las Islas Andamán. Son cazadores-recolectores nómadas: se dedican a la caza de cerdos salvajes y lagartos monitor, a la pesca con arcos y flechas, y a la recolección de semillas, bayas y miel. Viven en nueve grupos de 40-50 personas en Andamán del Sur y Andamán […]

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Vía El Puerco Espin

Un turista graba a un hombre jarawa en la carretera ilegal que atraviesa la tierra de esta tribu. © Survival International

Los jarawa han vivido durante milenios en las selvas de lo que hoy son las Islas Andamán. Son cazadores-recolectores nómadas: se dedican a la caza de cerdos salvajes y lagartos monitor, a la pesca con arcos y flechas, y a la recolección de semillas, bayas y miel. Viven en nueve grupos de 40-50 personas en Andamán del Sur y Andamán del Medio.

Es uno de muy pocos pueblos que han logrado mantener su vida al margen de influencias externas. Hasta 1996, los jarawa evitaron todo contacto con los colonos que hace 150 años llegaron desde Gran Bretaña y hoy siguen llegando de la India. Los jarawa los rechazaron. Los ingleses intentaron “pacificarlos” con regalos, secuestros y ataques, pero no lograron sino incrementar su hostilidad.

Hoy, enfrentan una enorme amenaza: una carretera. Construida a través de su selva en los años 70, la carretera ha atraído a colonos, furtivos y madereros a la tierra jarawa. Cazan a los animales de los que se alimenta la tribu, recortan su territorio y los exponen a enfermedades.

Pero el peor depredador llegado por la carretera es el turista.

Llevado a las islas por grandes tour operadores, el turista ve a los jarawa como una experiencia de sus vacaciones. Le tira galletitas, lo hace bailar para él, lo sienta a su lado para sacarse una foto. En el siguiente video, difundido en enero de 2012 por periódicos británicos (aquí, en The Guardian, aunque el primero fue The Observer) pueden ver un ejemplo: un grupo de jarawa baila para los turistas por instrucción de un policía que, en lugar de protegerlos, los explota a cambio de comida.

 

 

Estos safaris humanos (o el trato de “animales de zoo”, en la expresión de Survival International) están prohibidos por ley en la India. En marzo de 2008, el Departamento de Turismo de la administración de las Islas Andaman y Nicobar publicó una nueva advertencia para los operadores turísticos: les recordó que está prohibido intentar contactar con los jarawa, tomarles fotos, parar el coche cuando pasan por su tierra y ofrecer llevarles en coche bajo la Protección de la Regulación de Pueblos Indígenas de 1956 y que serían perseguidos según una interpretación estricta del estatuto. No obstante, la ley se incumple abiertamente.

Cada día operadores turísticos llevan más de 500 turistas a la tierra de los jarawa para mirarlos. En 2006 la agencia de viajes India Barefoot estableció un centro vacacional a tres kilómetros de la reserva jarawa. Survival International y otras organizaciones defensoras de los derechos indígenas como la local Search, además de autoridades de las Andamán, presionan desde entonces para que se cierre el complejo. las organizaciones lanzaron en 2010 una campaña para pedir a los turistas que boicoteen la carretera.

El video de los jarawa mendigando comida indignó a la comunidad internacional, y esto llevó al Tribunal Supremo de la India a ordenar a las autoridades de las Andamán que implementaran una Zona de Amortiguamiento para proteger a los jarawas frente a la explotación de los turistas. El Tribunal ordenó expresamente que se clausuraran dos atracciones turísticas: una cueva de caliza y un “volcán de barro”. Los turistas que viajan a través de la reserva jarawa lo hacen, aparentemente, para visitar dichos lugares, aunque muchos admiten abiertamente que el principal atractivo es ver a los jarawas junto a la carretera. Además, las autoridades ordenaron el arresto del operador turístico.

Pero las autoridades de las Andamán ignoraron la orden y permitieron que las cuevas siguieran abiertas. La administración de las Andamán intentó eludir la resolución del Tribunal anunciando una diluida versión de la Zona de Amortiguamiento, que permitiría que las cuevas de caliza y el volcán de barro se mantuvieran abiertos, y por tanto que continuara la práctica de los “safaris humanos”.

 

Cola de vehículos en para entrar en la reserva jarawa por la Andaman Trunk Road. © G Chamberlain/ SurvivalCola de vehículos en para entrar en la reserva jarawa por la Andaman Trunk Road. © G Chamberlain/ Survival

La orden del Tribunal Supremo redujo en aproximadamente dos tercios el número de vehículos que accedían a la reserva. Pero la semana pasada (5 de marzo de 2013) el mismo Tribunal revocó su “orden provisional” de prohibir los “safaris humanos”.

Cuando le preguntaron a Enmai, un joven jarawa, cómo se sentía cuando los foráneos le hacían fotos, dijo: “No me siento bien. No me gusta cuando me hacen fotos desde sus vehículos”.

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