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Opinión

14 de Julio de 2013

Un drama interastral

Vía revista Replicante La historia de amor entre una mujer del planeta Venus y un hombre terrestre es el nudo del relato de Charles Cros (1842-1888) publicado en 1872. Si no fuera por sus investigaciones astronómicas y sus experimentos fotográficos y sonoros catalogaríamos “Un drama interastral” exclusivamente entre las obras de ficción científicaavant la lettre de […]

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Vía revista Replicante

La historia de amor entre una mujer del planeta Venus y un hombre terrestre es el nudo del relato de Charles Cros (1842-1888) publicado en 1872. Si no fuera por sus investigaciones astronómicas y sus experimentos fotográficos y sonoros catalogaríamos “Un drama interastral” exclusivamente entre las obras de ficción científicaavant la lettre de finales del siglo XIX. Pero el relato reúne la fascinación que ejerció en la década de 1870 el tránsito o pasaje de Venus, atendiendo que entonces se poseía la tecnología más avanzada para su avistamiento desde la última vez que fue visible, es decir, más de cien años antes.

El tránsito de Venus de 1874

El pasaje de Venus o tránsito de Venus es uno de los eventos astronómicos más seguidos durante la modernidad. Cada 105 años, con un intervalo de ocho años y posteriormente con otro de 121, se completa el patrón de 243 años en que sucede la alineación del planeta Venus entre la Tierra y el Sol. La secuencia completa es de 8 + 105.5 + 8 + 121.5 años. Gracias a que se produce con una periodicidad hasta cierto punto mesurable las observaciones desde el medievo han sido constantes. A pesar de que hay indicios de las observaciones del ciclo completo de Venus en la cultura maya y algunas aproximaciones en la griega, es desde el siglo XVI que se posee documentación fiable sobre los días en que ha sido avistado este fenómeno: 25 y 26 de mayo de 1518; 23 de mayo de 1526; 7 de diciembre de 1631; 4 de diciembre de 1639; 6 de junio de 1761; 3 y 4 de junio de 1769; 9 de diciembre de 1874; 6 de diciembre de 1882; 8 de junio de 2004; 5 y 6 de junio de 2012. Siguiendo esta regla, los próximos pasajes de Venus tendrán lugar el 11 de diciembre de 2117 y el 8 de diciembre de 2125, es decir, visibles para los habitantes del siglo XXII. 

Observación del tránsito de Venus. Foto © David Finlay, Sydney, 5 de junio de 2012.Observación del tránsito de Venus. Foto © David Finlay, Sydney, 5 de junio de 2012.

Es en el siglo XVIII cuando se entiende el pasaje de Venus como un asunto de Estado ante la importancia dada a la ciencia por las cortes y de las profusas redes de conocimiento de intelectuales y científicos extendidas por toda Europa, agrupados en academias, colegios o en sus propios gabinetes. Un documento en español que circuló a finales del siglo XVIII es Observacion del transito de Venus por el Disco del Sol(1761), de Christiano Rieger, cosmógrafo de la corte de Carlos III, trata de la importancia de las misiones científicas que tuvieron como fin observar el fenómeno y acometer uno de los objetivos principales del avistamiento: la paralaje (en español el término es femenino) entre la Tierra y el Sol. La paralaje es un método de cálculo de distancias, cuando Venus pasa entre la Tierra y el Sol, la silueta de su disco se puede ver fácilmente a través de un telescopio si se cuenta con un filtro adecuado. Tal como apunta Rieger, se planearon grandes empresas científicas que unieron a astrónomos de América, Asia y Europa en pos del estudio del tránsito de Venus. El intercambio de información y las polémicas conclusiones sucedieron durante décadas posteriores al fenómeno, siendo este espíritu de cooperación —y competencia— retomado en el siglo XIX con el fin de demostrar el desarrollo científico y tecnológico de las grandes potencias. Rieger se lamenta de que solamente pueden de momento incluir en su libro el grabado (la copia) que se realizó con motivo de la observación del tránsito de Venus de 1639 (¡más de 120 años antes!) por Jeremiah Horrocks y William Crabtree. El tratado de Horrocks Venus in Sole Visa (1662) fue publicado más de veinte años después de sus conclusiones por el también astrónomo Johannes Hevelius y reproducido en toda Europa, transcribimos la explicación (conservando la grafía original en español): “Por ahora nos contentamos con añadir en la lamina el tipo de la única observación de otro passo de Venus por el Disco del Sol, hecha en 1639. à 4. de Diciembre en Hoola cerca de Liverpool de Inglaterra, por Geronymo Horoxio, y Willermo Crabtrio. Este Phenomeno es tan raro, que desde quel año no ha vuelto a suceder, hasta el presente, pro se repetirà dentro de 8. años el dia tres de Junio de 1769. […] Despues en ciento y cinco años no bolverà à passar Venus por delante del Sol.”

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