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Nacional

17 de Octubre de 2013

Quiénes son los “nazis” que atacaron a Daniel Zamudio

Pasado el mediodía la justicia declaró culpables a las cuatro personas que atacaron y dieron muerte a Daniel Zamudio en uno de los ataques por discriminación más salvajes de los últimos años. Si bien a fin de mes se saben las sentencias que deberán cumplir los condenados, el Ministerio Público rebajó su pretensión de pena en favor de Alejandro Angulo, Raúl López y Fabián Mora, pero pidió cadena perpetua para Patricio Ahumada. A propósito de este caso, recordamos un reportaje de Jorge Rojas publicado en The Clinic en marzo de 2012 que narra la historia de lo ocurrido ese día y confecciona un perfil de los cuatro culpables.

Por

Foto: Alejandro Olivares

El 27 de enero, Patricio Ahumada, de 25 años y conocido como Pato Core, escribió en su Facebook: “konshesumadre me soltaron antes de lo k pensaba y no tengo k wea a ser dia kulia”. Ahumada venía saliendo de la cárcel donde estuvo cumpliendo condena por robo con intimidación y, luego de compartir con sus amigos ese pensamiento en la red social, empezó a aparecerse por el Eurocentro, en el Paseo Ahumada.

Pato Core, que se dedica a la deformación corporal -una técnica que altera el cuerpo, con implantes, escarificaciones y otros elementos- es conocido y temido por su agresividad en el centro comercial. Allí recuerdan que tras su regreso solían escuchársele amenazas: decía que iba a echar del Parque San Borja a todos los homosexuales y jóvenes que hacen coreografías japonesas.

La madrugada del 3 de marzo, Pato Core cumplió parte de su amenaza. No echó a nadie, pero fue peor: masacró a golpes a un joven de 24 años.

No lo hizo solo. Esa noche lo acompañaban tres amigos: Fabián Mora (19), Raúl López (25) instalador de aire acondicionado y el bailarín y coreógrafo Alejandro Angulo (26). La víctima fue Daniel Zamudio, un joven homosexual que dormía ebrio en el parque.

Durante una semana fueron las personas más buscadas por la policía, hasta que el viernes 9 de marzo cayeron. El primero en hablar fue Raúl López, quien le dijo al fiscal Ernesto Vasquez que no resistía más y quería descansar. “Deseo cooperar para liberarme mentalmente del peso de la conciencia”, le soltó.

López dijo que se encontraron a Zamudio a las nueve de la noche. Habían ido a una plaza a tomar luego del cierre del parque San Borja y lo vieron durmiendo en una banca. Al principio, no le hicieron nada. A él, dice López, lo mandaron a comprar más alcohol y cuando volvió encontró a Angulo y al Pato Core golpeando a Zamudio.

-Le empezaron a golpear con sus manos en la cabeza y rostro. No era muy fuerte, casi como para que despertara. Después a los cabros les entró la maldad y empezaron a pegarle más fuerte. Lo tomamos y lo llevamos al parque. Entramos por el costado de la reja principal, que está al lado del Unimarc. Ahí el Fabián Mora bajó con él, después nos pusimos a tomar unos copetes, le convidamos un vaso de ron y luego me fui a comprar nuevamente -declaró Raúl López.

Al regreso, López asegura haberse encontrado con que Zamudio estaba inconsciente. Sobre él estaban Fabián Mora, Alejandro Angulo y Pato Core golpeándolo nuevamente. Esta vez con más fuerza, con “patadas, combos en la cabeza, en la cara, en los testículos, en las piernas, por todo el cuerpo”. López reconoce que pegó un par de patadas. A esa altura, cuenta, Zamudio ya sangraba por la nariz y la cara. Estaba tan ido por la borrachera y los golpes -dice-, que ni siquiera tuvieron que afirmarlo cuando Angulo y Pato Core le escarificaron tres esvásticas con el gollete de una botella de pisco sour Campanario, que minutos antes habían quebrado en su cabeza.

Pero no fue suficiente. López dice que en algún momento sus amigos se “borraron” y comenzaron a golpear las piernas de su víctima. Angulo agarró una piedra grande y se la tiró dos veces en la guata. Después, lo hizo en la cabeza. Al rato, Mora tomó la misma piedra y se la tiró diez veces en la pierna, hasta que el Pato Core le hizo una palanca y se la quebró. “Sonó como un hueso de pollo”, declaró Raúl López.

Todo esto, a cincuenta metros de la caseta de punto fijo de Carabineros, que custodia la capilla y el monumento a los mártires de la institución; y a metros, también, de los nocheros que cuidan el parque. Pero nadie escuchó ni vio nada.

A las 02:30, luego de haberle apagado a Zamudio varios cigarros en el cuerpo y haberlo torturado casi seis horas mientras bebían ron y pisco, cada uno se fue por su lado.

Zamudio ingresó a la Posta Central a las 06:00 de la madrugada del sábado 3 de marzo con un TEC grave, una hemorragia craneal, lesiones múltiples corto contusas en región facial, tórax y extremidades, una neumonía aspirativa y una fractura expuesta tibio-peroné izquierda.

-La idea de pegarle tanto a Daniel le nació al Pato Core, por el solo hecho de que era gay -agregó López en su declaración.

A partir de las 10:00 de ese sábado la policía comenzó a indagar la pista nazi en la golpiza de Daniel Zamudio. El 11 de marzo pasado, el Pato Core volvió a la cárcel.

“NAZIS”

Entre los amigos de Raúl hay un nazi y un punky. Ambos prefieren mantener el anonimato, por miedo a represalias. Les cuesta creer que ésta haya sido una “barrida”, como le llaman los neonazis a las golpizas planificadas contra civiles inocentes. Para ellos, lo del 3 de marzo se trató de un hecho aislado, donde la pandilla se encontró con Zamudio, lo identificaron como gay y lo golpearon. Eso sí, no creen que Raúl le haya pegado conscientemente.

-El Raúl cayó de hueón. A él sí le gusta andar en esa de “¿le pego o no le pego?”, pero le gusta más asustar que andar peleando. Las veces que ha pegado es porque es muy influenciable. Si al Raúl tú le decí, “sabís qué vai a dejar de ser hombre si no le pegai a éste”, el Raúl va y le pega. Yo creo que le pegó de curao, donde vio que los otros le estaban pegando fue y se metió al peo -cuenta el amigo nazi de Raúl.

El amigo punky agrega:

-El Raúl va a las “barridas”, pero a carretear, a tomar. De hecho siempre me cuenta que va y se cura raja. Además, no creo que él odie a los homosexuales, porque tiene muchas amigas lelas y gay. Si a éste le pegó no creo que haya sabido que era gay. Sinceramente, creo que el Raúl está ahí por estúpido.

Ambos amigos -el nazi y el punky- coinciden en que el Pato Core es el más peligroso de los cuatro. A él también lo conocen, de cuando alguna vez se juntaban en la discoteque Blondie, en el Eurocentro o en el mismo Parque San Borja, donde ocurrió la golpiza.

El nazi y el punky dicen que Pato Core no soporta a los homosexuales ni a los extranjeros, y que una vez le pegó a un peruano y “lo dejó pa’ la cagá, pidiendo agüita”. De los cuatro imputados, ellos reconocen que el Pato, el Alejandro y el Raúl son amigos. A Fabián nunca lo habían visto. Del grupo, dicen que Pato Core debe haber sido el que mandaba al resto, por la personalidad de líder que tiene. Raúl -afirman- se dejó influenciar.

-El Pato siempre ha sido conflictivo, porque amenaza a todo el mundo. Él es de los hueones mal enfocados, se cree nazi y es terrible negro. Ese hueón se jura raza aria -dice el nazi amigo de Raúl.

Agrega, además, que el grupo con el que el Pato hacía “barridas” ya no lo pesca mucho desde que salió de la cárcel, porque cuesta encasillarlo en alguna de las versiones del nacional socialismo que existen en Chile.

-Están los nazi que son en la onda raza aria de los alemanes; están los NS, a los que pertenezco yo, que estamos por una integración de los mapuches y que enseñen mapudungún en las escuelas y están los bonehead, que son los cabros chicos que andan barriendo. Los líderes generalmente mandan a los bonehead pa’ que le peguen a gente, porque ellos no se ensucian las manos -explica.

Pese a que el nazi y el punky ponen a Pato Core como un nazi medio híbrido y bastante ignorante, le reconocen influencia. Ellos aseguran que las versiones encontradas que se escucharon ese día en la audiencia, entre Alejandro Angulo y Pato Core en contra de Raúl, tienen que ver con que éste tiene amenazado al resto para que cuenten su versión.

-Hay gente que está protegiendo al Pato, porque si te quiere cagar te va a cagar, aunque esté adentro. Él no es de amigos, pero se rodea de mucha gente asustada que prefiere seguirlo antes que decirle que no. Es que él es de los que le gusta pegar y dejar marcada a la gente, no se conforma con golpear, los deforma, como lo hizo con Daniel -concluye el punky.

CONTRADICCIONES

Los cuatro imputados están acusados de homicidio frustrado. El fiscal ha puesto gran empeño en la investigación para demostrar que hubo ensañamiento. Que la superioridad numérica, la burla de la condición de homosexual de Daniel, las agresiones de pie, de puño, con piedras, con botellas, el gollete con el que hicieron las esvásticas, los cigarros que apagaron en su cuerpo, y el abandono posterior del cuerpo, son razones suficientes para acreditar la “crueldad en el padecimiento que sufre la víctima”.

Material para eso tiene. Además de la confesión de Raúl López, existe una declaración de otra persona del grupo que ese viernes también estuvo en el parque, pero que se fue antes de que comenzaran los golpes. Según este relato, que el fiscal prefiere mantener en el anonimato, el lunes 5 de marzo este testigo se encontró con Raúl y Alejandro en el Eurocentro. Allí Alejandro le comentó, jactándose: “¿te acordai del cabro al que despachamos pa’ la casa? Le sacamos la concha de su madre entre los cuatro”. Más tarde -dice- llegó “el Pato Core señalando que él también le había pegado”.

El fiscal reconoce que Pato Core, por las pistas que maneja hasta ahora, es quien lidera la golpiza, el que pega, manda y dispone del cuerpo. Sin embargo, él no reconoce el delito. No le da crédito a la versión de Raúl López, pero no explica por qué éste querría involucrarlo. En su declaración, Pato Core dice que ese día estuvo bebiendo alcohol con el grupo en el Parque San Borja y que aproximadamente a las 20:50 se encontraron con Daniel Zamudio en una plaza ubicada frente al parque. La versión no sólo contradice a la de López: además lo hace aparecer casi cuidando a Zamudio.

Allí estaba el señor Zamudio, durmiendo. Me acerqué al muchacho y lo desperté. Le pregunte de dónde era y él dijo San Bernardo. Yo le dije que se fuera pa’ la casa y el señor Zamudio se retiró del lugar -declaró.

Después de eso -dice- Raúl López lo encontró durmiendo en un paso de cebra y lo trajo de vuelta a la plaza. Allí acusa que llegaron dos personas que comenzaron a registrarlo. Él, afirma, se acercó a Zamudio y evitó que le robaran. Además, incorpora a un nuevo personaje, una mujer llamada “Guisu”, que sólo otro de los implicados menciona.

-Al señor Zamudio lo despertamos y nos pusimos a conversar. El señor Zamudio se puso a llorar preguntando quiénes lo habían asaltado. Se puso inclusive a tomar cerveza con nosotros. A las 22:00 me fui con el Alejandro y la Guisu a la Alameda, a comprar unas sopaipillas, y después nos fuimos al Entrelatas -declaró Ahumada.

Posteriormente, dice haberse ido a dormir a casa de la polola de Angulo junto a éste.

Ahumada en su declaración no sólo habla de gestos de humanidad hacia Zamudio. Además dice que, al enterarse con los días de la gravedad en la que había quedado el joven, le comentó a su padre que él había estado con Daniel antes que le pegaran. Es más, dice haber llamado a Carabineros ofreciendo su cooperación.

-Cuando me enteré, llamé a Cenco (Central de Comunicaciones de la policía) diciendo que había visto al muchacho antes de la agresión y que quería ayudar en la investigación. Me dicen que la denuncia aún no tiene validez legal y que la va a tomar la Fiscalía Centro Norte… el viernes pasado llamé de nuevo a Cenco, pidiendo la dirección de la fiscalía. La llamada la hice en compañía de Alejandro, porque queríamos venir a hablar lo que nosotros sabíamos del tema. Por la hora no partimos al tiro para acá, sino que quedamos de acuerdo en ir el lunes 12 a primera hora.

Pero eso no ocurrió, porque fue detenido antes.

La versión que Angulo dio en la audiencia de control de detención coincide con la del Pato Core y agrega más datos.

-(A Daniel) lo sentamos al medio de todos nosotros. Yo tenía un paquete de galletas y le dije a los chiquillos que fueran a comprar algo con azúcar para que reaccionara y cortara el efecto del alcohol. Me quedé con el Fabián Mora y el chico se puso a llorar. Daniel no tenía absoluta noción dónde estaba. Tenía miedo, porque no nos conocía. Le pregunté a qué se dedicaba y me dijo que quería estudiar teatro. Como yo estudié ballet clásico y flamenco durante 10 años tenía afinidad de tema, fuera del copete… le ofrecí mi carné de identidad y le dije que me lo devolviera cuando me fuera, ahí se calmó un poco y entre sollozos empezó a conversar.

Sin embargo, sus dichos son muy diferentes a los comentarios que hizo en el cuartel de policía cuando lo detuvieron la tarde del día anterior. Allí, si bien Angulo morigera su participación, sí reconoce que hubo golpes de parte del Pato Core. Es más, según el fiscal, en el cuartel Angulo le pidió una conversación en privado y le contó que tenía miedo, que quería protección, porque hasta momentos antes de su detención el Pato le había puesto un “soldado”, para que lo acompañara a todos lados.

La polola de Angulo, que declaró a comienzos de esta semana, dice que él miente, y que lo hace porque está amenazado por el Pato Core. Si bien es cierto que él y su pololo llegaron en la madrugada del sábado a su casa, no es cierto que no estén involucrados en la golpiza. Ella -dice en la declaración- escuchó a ambos hablar de que esa noche le habían pegado a un cabro. También dijo haber recibido una llamada en la madrugada del domingo pasado, después de la audiencia de formalización, donde un hombre le dice que tiene que mentir y decir en la fiscalía lo mismo que había dicho su pololo.

La otra versión que echa por tierra la defensa del Pato Core y Alejandro Angulo es la declaración policial de Fabián Mora. Si bien él se negó a declarar en la audiencia, en el cuartel, luego de ser detenido, le dijo al fiscal que los hechos ocurrieron tal como los contó Raúl López, salvo por la parte donde le tiran la piedra, donde dice que él no fue. Mora, además, aporta un dato que podría comprometer aún más al Pato.

-Quiero aclarar que Alejandro Angulo tomó una piedra y se la lanzó en la cabeza, en el estómago y en la pierna, creo que en la izquierda, con la intención de quebrársela. Se acercó el Raúl y le quebró la pierna y el Pato Core le tomó la fotografía con su celular, mostrando la pierna rota. Posteriormente a eso, lo escondieron en los árboles y se retiraron del lugar.

EN COMA

Al cierre de esta edición, a Daniel Zamudio le habían suspendido la inducción del coma en la Posta Central, pero aún no despertaba. Su condición de salud había empeorado levemente, por un cuadro infeccioso que mantiene.

Su madre Jacqueline Vera no se explica cómo le pasó eso a su hijo. Ella, sus hermanos y sus tías muchas veces le habían dicho que nunca saliera solo en la noche, porque personas como él eran presa fácil para los neonazis.

Aún recuerda cómo lo encontró. Llevaba un día entero en la Posta Central como NN.

-La enfermera me dijo ¿está segura que quiere verlo? Porque tiene que reconocerlo primero. Ahí dije que quería verlo al tiro. Fue impactante. Era una masa, tenía la cara hinchada, como una calabaza.

Jacqueline dice además que los doctores de la posta le dijeron que alrededor de la fractura expuesta había sangre seca, tierra y hormigas, signos que indican que Daniel estuvo mucho tiempo tirado antes que lo encontrara el guardia del parque.

Por eso, cuando escuchó el testimonio de Raúl López en la audiencia de formalización no aguantó el llanto, y entre sollozos terminó de oír las frases que espetaba el fiscal sobre cómo había terminado la agresión a Daniel.

Para ella, los agresores lo dejaron allí para que muriera. Le cuesta entender cómo un ser humano puede hacer tal barbaridad. Antes de saber con certeza lo que le había pasado a Daniel, pensaba en que las madres de los victimarios también deben sentirse mal por los hijos que criaron. Pero después de la audiencia su impresión es matizada. A la salida del control de detención, la mamá de Raúl López se acercó llorando donde Jacqueline, le dijo que si su hijo había hecho algo malo, que por favor lo perdonara.

-Lo que le hicieron a mi hijo no es para perdonar -le respondió ella.

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