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Nacional

15 de Febrero de 2017

Mineros de Escondida siguen firmes: “La empresa me hizo levantar el fusil y yo lo voy a mantener cargado”

El vocero del sindicato Nº1 Carlos Allendes afirmó que no bajarán los brazos antes de sentarse a conversar. "A la empresa no le creemos", exclamó, al tiempo que precisó que "hay una situación bien oportunista de parte de la compañía. Primero con la reducción de personal de los últimos años, que nos ha sobrecargado al resto de los trabajadores. Y segundo es con la reforma laboral que parte en abril, la que establece que lo que quede en el contrato colectivo será el piso de negociación. Ellos intentan reducir los sueldos y partir de algo más bajo y así los inversionistas precarizan la mano de obra y obtienen más utilidades".

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Los trabajadores en huelga de la minera Escondida, el pique de cobre más grande del planeta, mantienen firme su posición mientras este miércoles la compañía que controla BHP Billiton pidió que se suspendiera la mediación que tendría lugar en la Dirección del Trabajo.

“Estamos medio dolidos pues habíamos bajado porque supuestamente mañana íbamos a esa reunión, el resto de la gente está arriba (…) Informó la Dirección del Trabajo, la compañía informó que no podía, primero dijo que sí y ahora dijo que no puede”, dijo a Cooperativa el vocero del sindicato N 1º de Escondida, Carlos Allendes.

El dirigente sindical afirmó que si la empresa pretende que la movilización se deponga antes de sentarse a conversar están en la línea equivocada.

“Yo no voy a bajar las armas. Lamentablemente la empresa me hizo levantar el fusil y yo lo voy a mantener cargado”, expresó.

Agregó al respecto que hasta que se firme un contrato no se depone la movilización. “A la empresa no le creemos”, exclamó.

Según explicó Allendes en entrevista con El Desconcierto, “hay una situación bien oportunista de parte de la compañía. Primero con la reducción de personal de los últimos años, que nos ha sobrecargado al resto de los trabajadores. Y segundo es con la reforma laboral que parte en abril, la que establece que lo que quede en el contrato colectivo será el piso de negociación. Ellos intentan reducir los sueldos y partir de algo más bajo y así los inversionistas precarizan la mano de obra y obtienen más utilidades”.

En las negociaciones que no llegaron a ninguna parte, los trabajadores pidieron un bono de 25 millones de pesos, un reajuste del 7% sobre el sueldo real, y sus horarios de almuerzo.

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