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1 de Octubre de 2008

Ni un pelo de tonta: “A mi me gusta andar de pelo suelto”

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Los probé yo misma. Nada de menjunjes extraños. Nada que huela a problemas. No más de un ingrediente que además tenga la condición de ya estar en casa. Acá simples recetas para masajes caseros que en 15 minutos garantizan brillo y suavidad. Vamos, soltá tu pelo. white snapback hats.

Limón para el pelo graso: Tenía un profe tan ruin, tan miserable y artero, que se jactaba contando que cuando le tocaba atender a peruanos (peruanitos les decía el infame), les lavaba el pelo con lavalozas sin que se dieran cuenta porque la grasitud que traían no se la sacaba con nada. No viene al caso contar las discusiones en las que me enfrasqué con él. Primero porque el muy imbécil siempre me dejaba con la boca cerrada tirando a la mesa argumentos como la experiencia, trayectoria y por último,black snapback hat. el libro de notas. Segundo, porque de esta amarga anécdota me quedó dando vueltas qué onda el limón como desengrasante. Y como que en un segundo, -ayudada por Google, obvio-, todo tuvo sentido: desde los detergentes que le llevan limón hasta las famosas aguitas perras quema-grasas. Entonces, recomiendo una vieja receta para el cuidado del pelo graso: moler en la juguera un par de limones, pomelos o naranjas (pelo hasta el hombro) y aplicar esa mezcla sobre el cabello sucio. Luego masajear suavemente desde el cuero cabelludo hacia las puntas. Dejar actuar durante 15 minutos envolviendo la cabeza con Alusa y finalmente lavar con un buen champú antigrasa haciéndole empeño al último conchazo con agua fría de cuyos beneficios ya les conté. Evitar secarlo con secador y cepillarlo. Como bonus para el lavado habitual del pelo graso recomiendo unas gotitas de vinagre en el último enjuague. UNAS GOTITAS, nada más.

Aceite de oliva y paltas para el pelo seco: yo tengo el cabello seco y es una lata. Si bien me brilla como que luce tieso, “tenaz”, como diría mi profe. Lavármelo todos los días no me ayuda en nada. Pero qué más da, para hidratarlo tengo dos no tan secretos que son descueve: uno, aceite de oliva. Directo desde la cocina a mi pelo sucio, en especial a las puntas que son las que más se resienten. Agarro la botella y pum pa’l pelo. retro snapback hats.Así sin más. Luego, lo envuelvo en Alusa y espero quince minutos antes del lavado. Otro: la palta que se muele y lo mismo. Matanga. Quince minutos, lavado, conchazo con agua fría y listo. Es que se mueren lo rico que queda. Suave, brillosito. Una forma de reforzar los efectos es aplicando calor con el secador sobre el pelo cubierto con alusa. El calor favorece la absorción de los aceites que intentamos enchufarle a nuestro cabello. No es recomendable usar secador para secarlo (estamos tratando de hidratarlo y no resecarlo más). Ni hablar de brushings ni cosas raras. Masaje, lavado y a lucirlo tal cual, así medio salvaje.

Tengo mis dudas: huevo y miel. Cuando chica una vez me hice un masaje con huevo y como suelo lavarme el pelo con agua para pelar chanchos el huevo se anduvo cociendo y se formó en mi cabeza algo así como un omelette de pelos. Asqueroso. Me costó un kilo sacármelo. Olía fatal. Estaba en eso cuando alguien me dijo que ese olor sólo se pasaba con vinagre y era que me dijeran. Agarré papa y vamos echándonos vinagre. Me fui al cole oliendo a fonda guachaca, onda vino y huevos duros. No sé, conozco a ene gente que le resulta lo del huevo pero dada mi experiencia, paso. Me gusta más la mayonesa. También hidrata grosso. Ah! Ni el huevo ni la mayo están permitidos para el pelo graso. O sea sí, si lo que quiere es arruinarlo aún más. De la miel… Mmm… Es tan re pegajosa y cuesta tanto aplicarla que también paso. Casi siempre hay que mezclarla con otros ingredientes y ahí como que me viene la modorra. Ya lo dije, nada que huela a problemas.

Consideraciones finales: como vimos, esto de los masajes no tiene por qué ser una complicación. Son sólo quince minutos a la semana. Quince. Pero también podemos ponerle color y hacer de ellos un cariñito, un rito chori después de una semana del terror. Noche, tina, velas, un traguito y un pucho. Qué rico… Si existe alguien, un mino, por ser, que gentilmente se ofrezca para masajear tu cabello… O sea, qué onda que no lo haces?!

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