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8 de Octubre de 2008

Ni un Pelo de Tonta: “Mi buen amigo Pelao”

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Por Lorena Penjean, periodista-peluquera

Una antigua receta egipcia contra la calvicie, consignada en la Historia de la Peluquería escrita por Cristina Sans, consistía en hacer un ungüento con órganos genitales de perro, excremento de moscas, suciedad de las uñas de un hombre y un ratón hervido en grasa, para luego aplicar en la cabeza y dejarlo hasta que apestara. Aquí algunas soluciones algo más modernas contra la alopecia.

La última vez que vimos a nuestro buen amigo Pelao, algo extraño tenía. Y lo miramos y examinamos de pie a cabeza ene rato. Se veía más mino que de costumbre. Algo se había hecho pero no dábamos con qué. Pensamos que era el resultado de sus comentados éxitos profesionales. La leva, qué duda cabe. También que su novia tenía buena mano (esa opción sonó con fuerza). Él sólo sonrió socarrón y calló. Y la reunión siguió su curso hasta que alguien, todavía suspicaz con el tema, exclamó: “El pelo!!! Pelao tiene pelo!!!”. Eso era, Pelao, nuestro buen amigo que en la escuela tenía entradas hasta la coronilla, ahora tenía pelo. Era un milagro.

Él, un gran bromista, quiso bajarle el perfil al tema. Era que no. Pero su chica contó su logro: después de escuchar que el hermano de Pelao había tomado tomó Finasteride, ella partió a la farmacia y le compró una caja a su mino (18 mil pesos la de 30 comprimidos, 38 mil la de 90). Los méritos, que quede claro, son de ella. El repertorio de tallas fundado en los mitos sobre este tratamiento no tardó en comenzar hasta que Pelao, ya medio frikeando, sentenció con voz firme: “No, no me han salido tetas y el niño me sigue funcionando”.

Bueno, a propósito del interés que genera el tema, según me lo han hecho saber mis amables lectores, lo llamé para que me contara más, esta vez, sin bromas.

Pelao me cuenta que el tratamiento con finasteride es la raja. Que detiene la caída del cabello en hombres con alopecia (asunto comprobado por estudios científicos) y que “germina pelo donde puede germinar, como el factor engrudo” (¿?).

Desde que lo empezó a tomar se demoró seis meses en ver resultados. Luego descansó unos meses y ahora está de nuevo en la misma. Al tratamiento con la famosa píldora le suma el champú para reducir la caída del cabello de Vichy que revitaliza el folículo piloso. Pelao se peina.

Gracias a él, en realidad a su chica, llegué a otro hombre que le ha torcido la mano a la calvicie. De hecho es un melenudo de pelo ultra lindo. Y un gran estudioso del tema. “Ésta cosa no se improvisa”, me dijo muy apasionado. “Lo importante de esto es llegar a tiempo, cuando el problema todavía tiene solución”, prosiguió. Él, a los veinte años, cuando cachó que se le caía el pelo, consultó a un especialista y se hizo un examen en el que le sacaron cien pelos y estudiaron su crecimiento, proporción y proyección. Resultado: perdía un 7% por sobre lo normal (que va de ochenta a cien cabellos diarios). Si bien no era nada aterrador, la tendencia indicaba que podía empeorar y eso no le podía suceder por nada del mundo. Ama su pelo, también sus dientes. Entonces, y siempre bajo supervisión médica, tomó aminexil (otro fármaco), luego se inyectó cidotén rapilento en el cuero cabelludo (un corticoide que según él no duele y cuyo valor es de 20 lucas para tres sesiones, las consultas se las reembolsa la Isapre) y terminó con la finasterida. A su juicio, lejos lo mejor. Tan bien le ha ido con su pelo que se da el lujo de alisarlo dos veces al año, se lo corta cada noventa días y se hace masajes.

Ahora, si te gusta tu pelada y crees que evitar la caída del cabello usando productos y pidiendo ayuda a especialistas es muy… digamos cola… Bueno, lo mejor es asumirla tal cual es evitando ese efecto parrón que tanto se hacen los viejos y que consiste en peinarse los pocos pelos que quedan hacia el lado del frontal. Atroz. Tampoco sirve mucho la gorra. O sea, disimula heavy pero andar toda la vida con una encima dejando crecer sólo el pelo de la nuca es medio latero, ¿no? Dignidad ante todo. Consejo final: pelarse de frentón. Mi buen amigo Lucho lo hace y se ve muy mino. Tincúo, como diría mi mamá.

En resumen, la alopecia, definida por La Real Academia Española como: “caída o pérdida patológica del pelo” (voz que viene del latín zorro, aludiendo al animal que pierde su pelo dos veces al año), tiene solución, pero es importante dejar de lado las recetas caseras (onda anticonceptivos en el champú, cortarse el pelo en luna llena, etc) y aplicarse con un buen dermatólogo. Al que quiere celeste, que le cueste.

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