Moralistas en decadencia

POR FRANCISCO MÉNDEZ

La moralina televisiva ha ido de a poco bajando el perfil, debido a que los personajes que se consideraban un estandarte no eran de tenían los “trigos tan limpios” como ellos decían. Todos vimos como Bovallet hace unas semanas lloraba y pedía respeto luego de ser acusado de haber acosado a unas niñas en sus lugares de trabajo; la persona más conocida era la ronca comentarista de espectáculos, Marisela Santibáñez, quien lloró en cuanto estelar existe, tratando de demostrar que el “gurú” se las traía.

Otro moralista, del que se ha hablado mucho, ha sido Mauricio Israel, aquel comentarista de todo lo que existía que encontraba todo malo y emplazaba a las autoridades sin tener real conocimiento de política, espectáculos e incluso fútbol. Su voz autorizada era llamada para ser panelista en cuanto programucho estelar existiera, para así preguntarle sobre ciertos comportamientos de personas y actitudes frente a las cámaras.

Lo que estos dos “opinologos” tienen en común, es que los dos se sentían autoridades morales y hablaban de uno u otro asunto de manera enérgica y totalmente desinhibida de lo que ellos consideraban correcto y lo que no. Bonvallet hablaba de las directivas de los clubes de fútbol (en donde también no hay mucho trigo limpio) desde un pedestal que con el tiempo la sociedad le había dado al escuchar sus comentarios. Los chilenos en-los que los escuchaban-se sentían representados por estos tipos que hablaban más fuerte y eran capaces de apuntar con el dedo a personas que según ellos debían ser apuntadas y condenadas. Todos recordamos como Bonvallet se auto denominaba “gurú” por sentir una cierta supremacía moral por sobre las demás personas.

En el caso de Israel sucedía lo mismo; todas las mañanas en su programa de noticias era capaz de entrevistar punzantemente al político de turno y cuestionarlo con epítetos bastante rudos en los que dejaba ver su permanente cuestionamiento moral hacia las personas que entrevistaba . En la noche en el noticiario central, Israel también hablaba de futbol y cuestionaba todo con una gran voz, potente que hacía que los que lo escuchaban y seguían en su carrera, lo encontraran un tipo correcto y con gran autoridad.

Lo curioso de esto, es que ambos personajes no han sido muy brillantes en lo que a ámbitos personales se refiere, porque recordemos que Bovallet aparte de opinar sobre cual futbolista es malo y cual es bueno nunca fue un jugador de fútbol connotado y cuando dirigió un equipo seudo importante, recibió escupos de los hinchas por no darle buenos resultados al equipo. Con respecto a Israel, él nunca fue muy brillante en nada, según dicen y sus pegas no fueron más que pitutos y lindos favores

Esto del “cuestionamiento moral” permanente en televisión no solo se ha dado en estos dos “estandartes” de lo que podría llamarse el “cararajismo”sino que también en todo personaje que se ve entre las once del la mañana y el mediodía en televisión, en donde todas las personas que conforman paneles de tipos algo tristes en algunos casos, se sientan a hablar y a opinar sobre este u otro caso con tal de emitir un juicio lo más sepultador posible cuando lo más posible es que ellos tampoco sean perfectos, como-según se- nadie lo es.