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20 de Julio de 2009

En Cuba curia y gobierno están de acuerdo: Curas fueron asesinados en delitos comunes

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• Sacerdote que vivió en Chile: Lo apuñalaron y quemaron para robarle.
• Otro sería un crimen pasional: Lo mató su pareja gay cuando se hacía pasar por empresario.

La semana pasada informamos de una extraña seguidilla de asesinatos de sacerdotes en Cuba. La noticia tiene un interés particular, pues una de las víctimas, el cura español Mariano Arroyo, trabajó por 23 largos años en Copiapó. Ahora tanto las autoridades políticas como la jerarquía eclesiástica cubana están de acuerdo en la tesis de que los crímenes no están relacionados y serían crímenes comunes. Específicamente la motivación del violento asesinato de Arroyo, quien murió apuñalado y parcialmente quemado, habría sido el robo, perpetrado por el propio cuidador de su parroquia.

Apoyando esta explicación, el Arzobispado de La Habana emitió un comunicado en el que rechazaba: “cualquier intento de vincular un caso con otro, o a darle un matiz religioso o político ajeno totalmente a la realidad del hecho criminal en sí mismo”.

La misma lógica y argumentación se podía encontrar en la homilía del cardenal Jaime Ortega Alamino, pronunciada durante el funeral de Mariano Arroyo, el pasado 17 de julio. “Agradecemos a los servicios policiales su premura y eficiencia”, recalcaba el cardenal en la ocasión. El sermón fue reproducido por el diario oficialista Juventud Rebelde, en un hecho poco habitual, pues la prensa cubana en general evita informar sobre los crímenes violentos. Pero el deseo de descartar cualquier suspicacia en contra de las autoridades se ha impuesto.

La anterior muerte del cura Eduardo de la Fuente, de acuerdo a la versión publicada por El País de España, habría ocurrido a manos de su pareja homosexual, que ignoraba la condición de sacerdote de la víctima, pues ésta se hacía pasar por empresario.

La familia de De la Fuente ha manifestado su escepticismo sobre esta versión, manifestando su creencia de que la muerte de Arroyo se explicaría en que éste habría “descubierto algo” sobre el primer asesinato.

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