Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Opinión

13 de Mayo de 2010

Editorial: Las trampas de la lealtad

Patricio Fernández
Patricio Fernández
Por

POR PATRICIO FERNÁNDEZ
______________________
En los últimos días, el tema de la lealtad ha estado al centro de la discusión política. Apareció el problema casi simultáneamente en torno a las críticas de Longueira a Piñera, y con la publicación del libro “Radiografía de una derrota”, de Eugenio Tironi.

En el primer caso, tengo mis dudas de que Longueira le deba lealtad al presidente. Las razones inmediatas y macuqueras las dio este viernes el senador: “Si no hay una instancia en que se considere la opinión de los partidos previo a los anuncios del gobierno, la gente queda en la libertad más absoluta para opinar.(…) Para la gente de la Udi, estos conceptos de lealtad no existen; nosotros exigimos coherencia, no lealtad.(…) Este tipo de lealtades son muchas veces parte de los códigos mafiosos, porque se está exigiendo una conducta de algo que no se comparte”. La verdad es que este parcito nunca ha sido lo bastante cómplice como para poder andarse enrostrando sentimientos. A Longueira, que seguramente será el próximo presidente de la Udi, Piñera no le ha gustado nunca, ni el tipo ni lo que piensa, y por la manera en que conformó el gobierno, su excelencia no ha dado muestras sinceras de querer abuenar las cosas. Eso implicaría para Piñera asumir que está a la cabeza de un gobierno de derecha, y él no quiere ser de derecha. Parece que le diera vergüenza; no son pocas las señales que emite para pensar que hubiera preferido ser elegido por la Concertación, pero en fin, no se dieron las cosas y helo aquí tratando de ser algo que no acaba de descifrar. Esta situación no le debe gustar nada a los que trabajaron por su candidatura para llevar a cabo sus convicciones; los ha de irritar verlo subir y bajar de todos los juguetes del Estado y disfrazarse con cuanta tenida encuentra, sin jamás invitarlos a participar del juego. Yo creo que a Piñera le conviene tener a Longueira como interlocutor. A veces los “leales” esconden la realidad, y cuando el piso estalla, son los primeros en salir corriendo. Lo que Longueira le ha dicho a Piñera, es lo que gran parte de la Alianza por Chile murmura a escondidas: “este gallo cree que la pelota es suya, se la llevó para la casa y armó una pichanga con los vecinos”.

El caso de Tironi es distinto: le reprochan ser parte de la obra que critica. No es difícil entender el recelo que esto provoca en el círculo de hierro, y la rabia, pero Tironi siempre ha estado adentro y afuera, y, en buena medida, es eso lo que salen a buscar en él cada vez que lo convocan, y lo que le reprochan cuando lo ven partir. Estoy seguro que su libro será un aporte a la contenida discusión concertacionista. Le reprochan vacíos, aspectos que pasó por alto, capítulos que no contó. ¡Pues que los cuente otro! Que se abran las ventanas, que corra el aire. La lealtad es un valor que en ocasiones se trasviste, y en su nombre se cometen las más profundas traiciones. Lo que es un dato de la causa es que en tiempos de cambio, quienes más la invocan algo intentan esconder.

Notas relacionadas