Este barco se hunde: Piñera salió mal en la CEP

THE CLINIC PRESS

Para los que apostaron a que el terremoto le vendría como anillo al dedo a Sebastián Piñera, dada su capacidad ejecutiva y su hiperkinético carácter emprendedor, los resultados de la encuesta CEP son un tapabocas absoluto. Pîñera marca apenas un 45% de aprobación en su primera evaluación -menos que cualquier presidente de la Concertación- y todo indica que el futuro no se viene muy promisorio. Las razones son infinitas: El estilo presidencial, supuestamente cercano a la gente y ejemplo de un gobierno en terreno, ha sido leído como un innecesario gasto de energía que degrada el cargo y ofende a la ciudadanía. Los conflictos de interés han estado a la orden del día entre los nuevos funcionarios gubernamentales. Piñera ha sido incapaz de resolver la venta de Chilevisión, piedra en el zapato por la que cualquier llamado que haga respecto a la probidad y a la decencia carece de toda musculatura. El aumento de la pobreza, por otro lado, sólo indica que la política del chorreo no existe y que mientras una elite -la misma que hoy detenta el poder- se enriquece a mares, los pobres tendrán que esperar hasta que les salgan raíces.
A esto hay que sumarle una serie de graciosos y periódicos bochornos, como las declaraciones de Ximena Ossandón, directora de la JUNJI, la salida de madre de Miguel Otero, embajador en Argentina -que le costó el cargo- y la reciente revelación de una minuta de instrucciones comunicacionales donde se trataba de “adversarios” a los miebros de la Concertación, y se les ponía a la misma altura que los narcotraficantes.
Por último, el tributo a Cerati cantado por Miguel Piñera, hermano del presidente. Una canción así puede derrocar al gobierno y provocar una guerra con Argentina.
Ena Von Baer, ministra Secretaria General de Gobierno, señaló entre tiritones que el Gobierno no comentaba las encuestas en las que quedaba mal y que iban a seguir trabajando tan excelentemente bien como lo han hecho hasta ahora.

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