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Mundo

1 de Junio de 2011

“Los pitufos son racistas y Nazis”

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Las diminutas criaturas azules con gorro blanco que creó el dibujante belga Peyo, han sido vistas por décadas como un programa infantil repleto de ternura. Tal es su popularidad, que este año se va a estrenar la versión fílmica de los Pitufos. Pero no todos ven inocencia en este clásico animado. El intelectual francés Antoine Buéno publico hoy el libro “El pequeño libro azul: análisis crítico y político de la sociedad de los pitufos”, en el cual clasifica la sociedad de los pitufos como “una utopía totalitaria con tintes estalinistas y nazis”.

Estas comparaciones con el totalitarismo, surgen al analizar las características jerárquicas y cerradas de la micro sociedad en que viven los ptiufos. Desde el “Papá pitufo”, jefe único y autoritario de la comunidad, hasta el corporativismo social de esos personajes ficticios, la obra repasa los principales rasgos de la popular “aldea pitufo”.

Uno de los puntos más interesantes del análisis se centra en el personaje de Gargamel, el antagonista de la serie. El autor señala que la nariz aguileña de Gargamel, “recuerda a una caricatura antisemita”. El gato del villano tampoco se salva. El nombre “Azrael” es interpretado como un estereotipo de los pueblos árabes. La forma en que la belleza está representada en la serie, también puede tener característica racistas. Buéno señala que “Pitufina, única mujer pitufa del poblado e idealizada por su belleza, coincide con el perfil ario tanto en el color por sus ojos azules como por su cabello rubio.

Un episodio de la serie que resulta particularmente racista para Buéno, es uno en que los pitufos negros invaden la aldea. El autor señala esta como una de las pruebas de enaltecimiento de la pureza de sangre que preconiza la sociedad pitufa, que vive en autarquía y cuenta con un sistema de producción cercano al colectivismo.

El autor del libro, según declaraciones recogidas hoy por el semanario “Le Nouvel Observateur”, cree no obstante que su análisis no es novedoso porque recoge “intuiciones” anteriores de otros públicos, como del estadounidense, que llegó a sospechar de los pitufos como parte de una campaña de propaganda comunista.

En ese sentido, el nombre de esos seres en inglés, “smurf”, corresponde al acrónimo de “Small Men Under Red Forces” (Pequeños hombres bajo fuerzas rojas). El francés Antoine Buéno concluye que reproduce estereotipos racistas, totalitarios y antisemitas.

A pesar de esta interpretación en que los pitufos quedarían como racistas, fascistas y comunistas, Buéno, opina que Peyo, quien nació en 1928 en Bruselas y vivió bajo la ocupación nazi, no era consciente de esas relaciones cuando los imaginó en 1958.

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