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Opinión

2 de Diciembre de 2011

Un viejo disparatero

¿Una obra de shakespeare entre los libros más vendidos del año? Parece raro, pero no es tan raro: hace un par de meses ediciones universidad diego portales publicó “lear rey & mendigo”, la personalísima versión de nicanor parra del “rey lear” de william shakespeare, que ya va en su segunda edición. el siguiente texto fue leído en la presentación del libro.

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Había una vez un rey llamado Lear que tenía tres hijas: una muy mala, una aún más mala y la tercera, Cordelia, una bella princesa, adicta a la verdad y reacia a los concursos de retórica. Pero el rey justamente decide organizar un concurso de retórica: cansado de los avatares de la vida cortesana, un buen día –un mal día, porque aquí empieza la tragedia- llama a sus hijas y les pregunta quién de las tres lo ama más. Las hermanas populistas comparten el podio y se quedan con el reino. Cordelia pierde, y Lear también pierde, pero cuando se da cuenta de que ha perdido ya es demasiado tarde. El premio de consuelo es una larga tormenta a la intemperie, apenas amparado por unos pocos súbditos fieles y por su incondicional y atosigante Bufón.

Lear es rey, pero también es un pobre viejo que se ha quedado sin pan ni pedazo, expuesto a que cualquiera lo llame mendigo, viejo, tata, abuelito Lear.

Esta es la Tragedia del rey Lear, escrita por Shakes-peare & Parra, dos autores que, estoy seguro, suscribirían gustosos esta cita de Macedonio Fernández:

“Todo se ha escrito, todo se ha dicho, todo se ha hecho, oyó Dios que le decían y aún no había creado el mundo, todavía no había nada. También eso ya me lo han dicho, repuso quizá desde la vieja hendida. Nada. Y comenzó.
Una frase de música del pueblo me cantó una rumana y luego la he hallado diez veces en distintas obras y autores de los últimos cuatrocientos años. Es indudable que las cosas no comienzan cuando se las inventa. O el mundo fue inventado antiguo”.

“Es indudable que las cosas no comienzan cuando se las inventa”, dice Macedonio Fernández. Entonces “Lear Rey & Mendigo” es un libro que William Shakespeare escribió unos cuantos siglos antes que Nicanor Parra. O, al menos, eso es lo que dirían Macedonio y Borges: solamente ahora nos enteramos de que Shakespeare es en realidad un precursor de Nicanor Parra. Porque Shakespeare suena a Shakes-peare y suena a Parra, Parra suena a Shakespeare y también –y sobre todo- a Parra:

Lo primero que hacemos
Al oler aire por primera vez
Es gemir y llorar dime que no

comenta Lear. Pero también dice:

Cenaremos mañana tempranito.

O ruega, cuando despierta, desconcertado:

Os suplico no hacer mofa de mí
Soy un viejo senil y disparatero
De ochenta para arriba
Ni una hora de más pero tampoco de menos
Y para serles franco
Temo no estar en mis cinco sentidos.
Creo saber quién sois vos y quién es este hombre
Pero no estoy absolutamente seguro
Pues ante todo ignoro dónde estoy.

Había una vez un pobre viejo disparatero que se llamaba Lear: un señor de ochenta para arriba que un mal día decide organizar un concurso de retórica. Un concurso que él cree que está arreglado, porque diga lo que diga Cordelia, su hija favorita, él piensa favorecerla. Pero la casa pierde, porque Cordelia calla, a Cordelia no le gustan los concursos de retórica. Después de una larguísima tormenta, muchas páginas después, cuando queda muy poco para la palabra fin, el pobre viejo vuelve a abrazar a su hija. Y le dice:

Solos nosotros dos
Cantaremos como pájaros enjaulados.
Cuando tú me pidas que te bendiga
Yo me arrodillaré para pedirte perdón:
Así viviremos
Y rezaremos y cantaremos
Y nos contaremos viejas historias
Y nos reiremos de las mariposas multicolores
Y oiremos a los míseros infelices
Intercambiar noticias cortesanas
Y también conversaremos con ellos
Quién pierde y quién gana
Quién está adentro quién se queda afuera
Y fingiremos haber descifrado
El misterio del mundo
Como si fuéramos espías divinos.
Y sobreviviremos entre cuatro murallas
A las sectas y mafias de los grandes
Que profitan y fluyen al ritmo de la luna.

“Lear Rey & Mendigo” ha tardado catorce años, cuatrocientos años, en encontrarse con sus lectores. Pero aquí está.

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#rey lear#shakespeare#zambra

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