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Poder

15 de Diciembre de 2011

La somnífera jornada de los ex ejecutivos de La Polar en el Mall de la Justicia

“Uno se manda una cagá y cae al tiro en cana y ellos se lo roban todo y vienen a puro pasearse”. Las palabras de un joven con sus zapatillas sin cordones, asiduo al Ministerio Público, fueron una de las pocas intervenciones que hizo la gallada afuera del edificio D del llamado “Mall de la […]

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“Uno se manda una cagá y cae al tiro en cana y ellos se lo roban todo y vienen a puro pasearse”. Las palabras de un joven con sus zapatillas sin cordones, asiduo al Ministerio Público, fueron una de las pocas intervenciones que hizo la gallada afuera del edificio D del llamado “Mall de la Justicia”.

Eso porque bien pocos de los que pasaron ayer por la calle Pedro Montt sabían que en la sala 101 de ese edifico se llevaba a cabo la primera jornada de la formalización contra cinco ex ejecutivos de la multitienda La Polar acusados de lavado de dinero, entregar información falsa al mercado e infracciones a la Ley de Bancos.

Un cúmulo de delitos que los tiene hoy contra las cuerdas por el famoso caso de repactaciones unilaterales y mentiras a los bancos para cagarse a un millón de clientes morosos, y que a juicio del rapado joven que intervino ayer en medio de la expectación periodística del caso, es “puro show porque al final nunca pasa ná”.

Dentro de la sala de dos pisos, un calor inclemente era capeado a ratos estirando el cuello en los pasillos con aire acondicionado del centro de justicia. En el primer piso, donde estaban los cinco involucrados y una treintena de abogados, solo Julián Moreno, ex gerente corporativo de productos financieros de La Polar, el mismo que se embolsó $3.265.157.015 entre 2006 y 2010 según la fiscalía, ahorraba energía presentándose sin corbata.

Mientras tanto, afuera todo seguía como de costumbre. Apenas el paseo de gendarmes acompañados de perros Rottweiler y mini parabólicas afuera de la puerta D llamaba la atención de los presentes. Sin embargo, los periodistas que cubrían la maratónica formalización se quedaron con las ganas de la ansiada protesta de las víctimas del fraude.

Entre las 10 de la mañana y las 6 de la tarde en que concluyó la jornada, no hubo siquiera un repactado cliente de La Polar a la vista y apenas si se escucharon un par de chuchadas a la salida de abogados y ejecutivos durante el receso de la primera jornada. Los demás que pasaron por el triángulo Rondizzoni-Pedro Montt-Ruta 5 sólo pudieron identificar el ineludible olor a cebolla frita que siente en la zona y apenas unos curiosos lograron divisar entre los acorbatados reporteros judiciales y económicos los relucientes mocasines burdeo de Pablo Honorato, canchero igual fuera de sus dominios.

Nada raro para uno de los días más agitados del año -en términos de locura periodística- según los guardias de seguridad, junto con el del caso ADN y Don Francisco. Durante la sesión, los únicos “uuh” y “shaah” que se escucharon fueron en el palco reporteril durante la enumeración de los ocho mil millones que Pablo Alcalde, María Isabel Farah y Julián Moreno se embolsaron haciendo informes truchos y repactando a diestra y siniestra en la tienda del llegar y llevar.

Y ellos, como en todo el día, apuntando las palabras de los fiscales, tomando agua, conversando a los oídos a sus defensores y reclamando no saber de los delitos que se le imputaban.

Más que eso, poco se vio el primer día de formalizaciones. Después del receso de medio día, almuerzo mediante, el letargo se hizo presente en la sala y se multiplicaron los bostezos y no faltaron los lentes de sol para disimular en algo la parsimonia de los fiscales. La modorra se quebró cerca de las cuatro de la tarde, después de que se confirmara que Santiago Grage y Nicolás Ramírez, dos de los cinco ex ejecutivos, quedaran con arraigo, arresto domiciliario nocturno y prohibición de acercamiento entre ellos.

Al final, la prisión preventiva para Alcalde, Farah y Moreno que colegas, abogados y uno que otro tuitero informado comentaron, quedó pendiente para hoy o incluso podría postergarse para el viernes, cuando terminará toda la audiencia de formalización. Así, la premonición del joven indignado reclamando por la discriminación entre ladrones comunes y de cuello y corbata quedó en veremos.

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