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Nacional

1 de Febrero de 2012

No meta la mano ahí: el Transantiago sube 20 pesos y los choferes denuncian que la plata no chorrea

El próximo 10 de febrero se cumplen 5 años desde que se implementó el Transantiago. Fue en el verano del 2007 que se validó la primera tarjeta Bip. Y hoy el pasaje sube otros 20 pesos, dinero que no ha chorreado nada para los choferes del Transantiago. Cada Bip cuesta más plata, pero siguen trabajando […]

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El próximo 10 de febrero se cumplen 5 años desde que se implementó el Transantiago. Fue en el verano del 2007 que se validó la primera tarjeta Bip. Y hoy el pasaje sube otros 20 pesos, dinero que no ha chorreado nada para los choferes del Transantiago. Cada Bip cuesta más plata, pero siguen trabajando turnos de hasta 11 horas, no pueden ir al baño y las empresas se los cagan con plata. Al menos eso dicen.

Y dicen también los micreros y líderes sindicalistas que la solución de crear nuevos contratos que le tiran la pelota de la evasión a las empresas no hará más que volver a las micros amarillas. Planifica tu viaje, que todo parece indicar que el camino empeorará.

Matones arriba las micros. Esa es la consecuencia más directa de los nuevos contratos del Transantiago. “Van a contratar gorilas y van a ser ellos los que van a echar pa’ abajo al pasajero o los van a obligar a pagar. Van a andar arriba de las micros”, dice Patrico Ponce, presidente del sindicato de trabajadores de Redbus, empresa que controla las micros del sector de Las Condes y Vitacura. A 5 años de la puesta en marcha del plan maestro de transportes ideado bajo el gobierno de Ricardo Lagos, el mayor cambio que verán los usuarios será ese, explica. No mejores recorridos, no rebajas en el precio, ni tampoco menos tiempo de espera. Los 20 pesos más de pasaje significan eso. Pero las falencias van más allá. En medio de otra alza más del pasaje, los micreros denuncias que sus condiciones de trabajo siguen igual de mal que hace algunos años. Algunos, incluso, alegan que no pueden ni ir al baño.

“Son los mismos terminales de las micros amarillas. Los mismos baños. Nuestro terminal es un sitio eriazo, sin pavimentación. Tenemos una sala de estar para choferes que es una carpa con un televisor y una banca. Ese es tu método de descanso. Nunca se ha cumplido esa cosa de cuatro horas de trabajo y media de descanso. Eso no existe”, denuncia Jonny Vega, chofer de Unitran, la empresa que maneja la Zona E de La Florida. Los turnos de trabajo son de 9 horas y media, mucho más que el limite legal de 7 horas y media. A través de un anexo de contrato, los choferes son obligados a acceder a trabajar dos horas extra a la semana.

En Alsacia y Express, la situación es similar. A pesar de las reiteradas alzas en el pasaje, y la virtual subvención de parte del Estado hacia el sistema privado, los trabajadores denuncian que ningún peso ha chorreado hacia ellos.

“Mire, es ilegal que nos reduzcan el sueldo, pero si pudieran, lo harían”, asegura el presidente del sindicato de Alsacia y Express -que representa a 400 trabajadores-, José Urbina. Apunta que el tiempo de conducción continua, que debería ser de 4 horas, se empina por sobre las 6 horas. “Algunas jornadas de trabajo son de 9, 10 o hasta 11 horas seguidas”, dice. Según explica, un 20% de sus compañeros tienen licencias médicas psiquiátricas.

Para Ponce, chofer de Redbus, algo sí ha mejorado. “Las máquinas son nuevas. Pero las máquinas no tienen baños. Claro, es todo bonito por fuera. Pero acá, en Escuela Militar, no tenemos baños. Y si no hay relevos, el conductor no puede bajarse. Y si lo hace -porque la vejiga no le da más- deja la máquina encendida y llegan Carabineros y pasan partes”, dice Ponce.

Algo similar denuncia Alejandro Aedo, presidente del sindicato de Subus, que representa a 300 trabajadores. “Se avanzó en estructura vial, pero siguen los mismos problemas. Los sueldos y beneficios no han aumentado en la misma proporción que las alzas del pasaje”, dice.

Además, asegura que con los nuevos contratos del Transantiago, que le traspasa el problema de la evasión a las empresas, al asegurarle a las concesionarias solo un 30% de recaudación, “se disfraza el verde blanco con amarillo”. “La empresa recaudaba 5 mil millones de pesos. Ahora tendrá que hacerse cargo del 70% de eso. La empresa le traspasará la responsabilidad de la evasión a los choferes, que a través de un contrato, recibirán un bono por pasajero validado. Con eso se vuelve a las micros amarillas, a las carreras cortas y a las carreras entre conductores de la misma línea. Se olvidan de todos los muertos que hubo con las amarillas”.

La evasión, problema de los micreros

Hacerse cargo de la evasión suma un nuevo dolor de cabeza para los micreros ya que algunos recorridos, como en la Zona E donde maneja Jonny Vega, esta alcanza el 60%, lejísimos de las cifras oficiales. ¿Y qué les dice a los infractores? “Nada, mi huacho. Nada. Por que te pegan, te tiran escupos, te insultan. Está la cagada, si este sistema no funciona. Y lo peor es que deben haber 100 cabezas en el gobierno pensando cómo la van a arreglar, y no hay solución. Porque la gente se acostumbró a no pagar y no van a pagar”, dice Vega.

Pero la empresa cuidará un poco a los trabajadores. “Esta empresa se la jugó por un método de ‘comité de choque’, como le pusieron. Contrataron a unas personas para pedirle a la gente que valide. Pero sólo en el 25 de Santa Rosa. Imaginate que de 2 mil validaciones diarias, en el año pasado, pasamos a 8 mil. El encargado de eso dijo ‘contratemos unos choros para que te obliguen a pagar’”, dice Vega.

Patricio Ponce, presidente del sindicato de Redbus, cuenta que esa empresa también contratará a matones y los subirá al lado del chofer. “Llegamos a un acuerdo con la empresa, ellos van a hacer un departamento nuevo, de antievasión. Van a contratar gorilas y van a ser ellos los que van a echar pa’ abajo al pasajero o los van a obligar a pagar. Van a andar arriba de las micros. Otras empresas ya le dieron un bono a los conductores para que ellos saquen a los delincuentes”, dice.

Entre las otras empresas, se puede contar a Alsacia Express. “Están llamando a firmar un anexo de contrato. Antes del Transantiago, por el 2005, en el contrato salía que los micreros tenían la obligación de ‘cobrar’ el pasaje. Ahora le cambiarán la palabra por ‘fiscalizar’. Pero todos nos rehusamos, nadie lo ha firmado”, cuenta José Urrutia. Y la razón del miedo es clara. Cuando piden que paguen, salen para atrás.

“Sácate la mochila, indio culiao”

“Un tipo traía una mochila en la espalda, y me la pone encima de mi hombro, al darse vuelta. Le digo ‘Negrito, correte un poquito más atrás, para poder manejar’, porque yo no tengo el vidrio de protección que tiene Alsacia, por ejemplo. Me dijo ‘Y qué querí, ¿que pase por encima de la gente, conchetumare?’, ‘Entonces sácate la mochila, indio culiao’, le dije. Y siento tres altiro. Tres combos. Uno en la sien, que me reventó el lente que me cortó el iris en tres partes. Uno por la nuca, y el otro combo no me acuerdo. Yo con las manos en el volante, atiné a cubrirme un poco y no me acuerdo de nada más. No sé cómo se detuvo la máquina. Me desperté al rato”, cuenta Jonny Vega.

Las historias de agresión no son nuevas en el Transantiago. Vega también cuenta la historia de un colega que murió después de exigirle a un pasajero que pagara su pasaje. El tipo no estuvo de acuerdo y le enterró una destornillador en la sien.

Lo que más denuncian los chóferes, en todo caso, son robos por parte de la empresa. Enrique Muñoz, ex Jefe de operaciones de Unitram, denuncia: “nosotros pedimos un préstamo a una cooperativa. Y nosotros felices de pagar los créditos. Fue descontado pero no fue pagado. Junto a la carga impositiva”, dice.

Dato que corrobora Jonny Vega: “la empresa prometió bonos de escolaridad por hijo, de 35 mil pesos. Ya le debían un bono de escolaridad. No se lo pagaron. A todos les deben bonos de hace dos años. Les deben el bono de término de conflicto que son 100 lucas. Por bono de vacaciones. Le descuentan el bono de 15 lucas y el bono de 55 lucas. Así te amarran. Te piden un 96% de asistencia. Pero aceptan solo licencias de la mutal del trabajador. Si bajas eso, te pierdes el bono de vacaciones, de 100 mil pesos. Hace dos años que no lo dan. De Fonasa e imposiciones tampoco han pagado”, dice.

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