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Cultura

28 de Febrero de 2012

Pablo Perelman: “Si cada vez que se habla de la dictadura aparece La Moneda bombardeada, me parece una lata”

Si decides hablar después de veinte años de silencio es porque de verdad tienes algo que decir. Pablo Perelman partió trabajando con Silvio Caiozzi en 1974, siguió con un documental en 1977, luego con “Imagen Latente” -premiada en La Habana y Nueva York- y terminó Archipiélago, seleccionada en Cannes, en 1991. Entonces, no volvió a […]

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Si decides hablar después de veinte años de silencio es porque de verdad tienes algo que decir.

Pablo Perelman partió trabajando con Silvio Caiozzi en 1974, siguió con un documental en 1977, luego con “Imagen Latente” -premiada en La Habana y Nueva York- y terminó Archipiélago, seleccionada en Cannes, en 1991. Entonces, no volvió a hacer más películas.

Hasta ahora, con la película que estrenará este jueves 1 de marzo. Y volvió a hacerlo porque, al leer “La lección de pintura” de Adolfo Couve, le pasó algo que pocas veces le pasa: vio la película completa en su cabeza, la situó en los días que vinieron antes del golpe de estado y la llamó igual que la novela.

¿Por qué conectaste la novela con ese tiempo en particular?
-Porque es la historia de un niño. No es la historia del arte. Es la sensibilidad, la creatividad pura, inocente, que es muy propia del pueblo, de la gente común y corriente. Los acontecimientos políticos tuvieron mucha importancia para esa parte de uno que en ese momento se expresó mucho.

¿Entonces el niño como una metàfora del tiempo predictadura?
-Claro. El niño como metáfora de lo mejor que tuvimos.

¿No hay una idealizaciòn del tiempo predictatorial?
-No, para nada. Las historias son así. Las historias se cuentan en un universo: no me parece que exista alguna película que sea como el Aleph en la que esté toda la realidad. ¿O sea hay alguna película que no idealice?, ¿Que no lleve a ideas la realidad?

Yo decía idealizar en el sentido de verlo en bloque como un tiempo perfecto.
-En algunos aspectos sí, obviamente. En algunos aspectos yo siento, pienso, viví algo que era bastante ideal. Pasaban cosas que nunca más pasaron. Se liberaron fuerzas que yo nunca más he conocido en nuestra sociedad porque había una cantidad de esperanza, una densidad de esperanza, que nunca más vi y echo de menos eso. Es cierto que idealizo eso que me falta.

EL CLICHÉ DE LA DICTADURA
Hay tres ideas clásicas en torno al cine chileno. Que tiene muchos garabatos, que siempre habla de sexo, que siempre habla de la dictadura. Según Perelman, el cliché -al menos el de la dictadura- tiene su origen acá:

-Hay mucha gente a la que le incomoda mucho el tema y que algún momento apoyó el golpe – o sea la mitad del país- entonces qué se yo: quieren superar los dolores porque fue una época de mucho dolor, de mucha tensión. Quieren olvidar y creo que por eso sobrerreaccionan. Ahora, estoy de acuerdo de que si cada vez que se habla de la dictadura aparece La Loneda bombardeada, me parece una lata. Reducirlo todo a eso no da la dimensión para nada de lo que pasó. Pero hablar en profundidad y densamente sobre el tema me parece súper necesario y nada de malo. O sea ¿cuánto tiempo hablaron los europeos de la segunda Guerra Mundial?

Se hacen más cargo de la memoria…
-Nosotros no nos hacemos cargo de nada…

¿Y qué te parece la mirada de otros cineastas sobre el tema? Pienso en Pablo Larraín, que habla mucho de la dictadura desde un enfoque bien particular…
-Me parece genial, me parece muy bueno. Él tiene una ventaja frente a la gente de izquierda, frente al perseguido: puede ver con distancia el fenómeno completo. Yo creo que lo aprovecha y, de repente, hay películas que él puede hacer mejor que otro. Un amigo mío me decía que nosotros teníamos que hacer películas de derecha ya que ellos hacen las películas de izquierda.

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