Foto: bolido.com La semana pasada, el Sernac cuestionó la legalidad de que los malls cobren por el uso de sus estacionamientos. La propuesta fue ampliamente celebrada por la población y gran parte de los políticos. Después de todo ¿a quién le gusta pagar por algo?. Por increíble que parezca, existe un grupo de políticos e […]
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La semana pasada, el Sernac cuestionó la legalidad de que los malls cobren por el uso de sus estacionamientos. La propuesta fue ampliamente celebrada por la población y gran parte de los políticos. Después de todo ¿a quién le gusta pagar por algo?. Por increíble que parezca, existe un grupo de políticos e investigadores que defienden el cobro de los estacionamientos por parte de los centros comerciales.
En una entrevista concedida al diario La Segunda, el Senador Jovino Novoa (UDI) condenó la iniciativa del Sernac en términos muy duros “No veo cuál es la razón para impedir que el propietario de un mall o de un estacionamiento pueda cobrar por el servicio. El sabrá si eso le ayuda o no a su negocio. Lo que plantea el Sernac, me parece absurdo”.
En esa misma línea, el diputado UDI Felipe Salaberry considera que “La del Sernac es una mala decisión y el pésimo inicio de una polémica muy pequeña. Resulta fácil y popular decir que los estacionamientos tienen que ser gratis, pero sin hacer una evaluación seria de las externalidades negativas que puede tener una decisión como esa”.
¿Gratis? Eso traerá problemas…
Para la mayor parte de la población, llegar a fin de mes se hace cada vez más complicado. Los precios de la bencina, la palta y la cebolla, están casi por el cielo. Frente a esta realidad, cualquier “gratuidad” le viene muy bien al chileno de clase media. Sin embargo, para el pensamiento económico “liberal”, el concepto de gratuidad es algo muuuy peligroso.
Rodrigo Delaveau, abogado del LyD (Instituto Libertad y Desarrollo), explica que: “la iniciativa del Sernac es una forma de intervención estatal que por querer proteger al consumidor, termina perjudicándolo. Ya que al intentar trasformar un bien en gratuito, solo traspasa sus costos a quienes no son usuarios de ese bien”.
Al analizar la teoría económica liberal, todo servicio tiene un costo. Por lo que cualquier servicio de tipo “gratuito”, no sería más que una distorsión del mercado que, a la larga, alguien terminaría pagando. Delaveau comenta que “No porque un órgano público o una ley diga que algo es gratis lo convierte instantáneamente en gratuito para todos”.
El diputado Romilio Gutiérrez (RN), coincide con este razonamiento: “al hacerlo gratis el mall va a tener que hacerse cargo del costo del servicio”. Los estudios de LyD, señalan que la gratuidad de los estacionamientos traería externalidades negativas como un incentivo del uso del automóvil y problemas viales, lo que aumentaría la contaminación y perjudicaría a los peatones. Para el diputado Felipe Salaberry, la gratuidad también implica una pérdida de derechos: “un usuario que paga por un servicio tiene una suerte de contrato con el que puede hacer exigibles eventuales derechos”.
Destruyendo el libre mercado
Algo tan simple como dejar de cobrar por los estacionamientos en un mall, puede ser interpretado como un ataque al sistema económico imperante. Eso fue lo que expresó Jovino Novoa a La Segunda: “Estamos en un sistema de economía libre donde tiene que respetarse la libertad de las personas. Se está volviendo a un estatismo y a un intervencionismo que yo creía estaba superado. Hay un sesgo anti libre mercado y anti empresarial que va a terminar dañando al país”.
El diputado Felipe Salaberry comenta que la iniciativa “tiene un sesgo de carácter expropiatorio, al quitarle el derecho de los privados de desarrollar libremente una actividad entre privados ¿O también queremos que el día de mañana el Sernac exija que las tiendas o el servicio que entrega un negocio tenga que ser gratuito? Yo creo que eso es algo peligroso”.
La elección y el gusto de pagar
A la mayoría de la gente no le gusta pagar. Menos por algo que en algún momento fue gratis. Cuando se inauguraron los estacionamientos en el Parque Arauco y el Alto Las Condes, su uso era gratuito. Pero los estudiosos de LyD no lo creen así. Rodrigo Laveau considera que “es falso creer que antes no se cobraba por los estacionamientos: sus costos se trasladaban al arriendo de los locales y estos a precios para los consumidores. Entonces los que llegaban al mall en micro, taxi, bicicleta o caminando; subsidiaban un servicio exclusivo para los automovilistas”.
El cobrar por un servicio, es visto como un derecho justo e intransable por los defensores de una economía neoliberal. En este sentido, Salaberry habla sobre la justicia de cobrar “me parece razonable que una persona en el emprendimiento de una actividad económica cobre por los servicios que presta. No veo ninguna maldad ni ilegalidad en cobrar por los estacionamientos”.
Este sentido de justicia es visto a nivel académico incluso como un incentivo a la equidad. Rodrigo Delaveau sostiene que “cuando un bien es escaso, tengo que buscar un mecanismo para asignarlo de la manera más eficiente y equitativa, y no se me ocurre otra más justa la siguiente: quien lo va a utilizar, que lo pague”.
Pero para los defensors de los pagos, el acto no es solo algo justo y equitativo, sino que incluso es agradable. Salaberry explica su particular teoría “a uno le gusta pagar por un servicio de calidad. Los usuarios podemos acomodarnos y, de acuerdo a nuestra capacidad adquisitiva, iremos a un centro comercial en que se pague o no”. Delaveau es más pragmático “A todos nos gustaría que muchas cosas fueran gratis, pero eso es desconocer de que, en realidad, es otro el que está pagando por ese bien”.