José María Aznar, encargado del santuario del Ecce Homo: “Cecilia está convencida de que no ha acabado la obra”

Al otro lado del teléfono está José María Aznar -no el ex Presidente de España- describiendo al Santuario de la Misericordia, un barrio que queda a cinco kilómetros de Borja, España, como una especie de paraíso bucólico: fuentes de agua cristalina, árboles y tranquilidad.

Tranquilidad, dice, y uno empieza a pensar en qué significa para un barrio que está cerca de un pueblo de no más de cinco mil habitantes, comenzar a existir para todo el mundo (en serio todo el mundo) gracias a una señora de 81 años, Cecilia Giménez que restauró un cuadro que, hasta ese entonces, no le importaba a casi nadie más que a ella.

De pronto el Ecce Homo -o el Ecce Homo versión Cecilia Giménez- daba la vuelta por el mundo en versión de meme, interviniendo otros cuadros, en estampados de poleras, en modalidad Homero Simpson, en grupo de Facebook (“Señoras que restauran Cristos de Borja”) en causas para juntar firmas para que quedara la versión de Cecilia y no volviera a la original y etcétera, etcétera, etcétera.

Al otro lado del teléfono, José María Aznar -no el ex Presidente si no que el encargado del santuario donde está el cuadro- habla de la vida de Cecilia: difícil, un hijo muerto joven, el marido muerto joven, un hijo en silla de ruedas, y uno empieza a pensar en cómo debe ser para una mujer así, en una ciudad así, hacerse famosa -justamente- así.

-Pues estamos desbordados. Estamos desbordados de visitantes y, bueno, esto no lo esperábamos en el pueblo porque de una noticia que no tiene ninguna trascendencia ha recorrido todo el mundo. Aquí es un sitio muy tranquilo pero estos días la tranquilidad se ha acabado-, dice José María.

-¿De dónde vienen más turistas?

-De todo el mundo, eh. Hubo un periodista de una televisión china, de la televisión argentina, en la mañana vino una familia de ecuatorianos, de todas partes de España, ingleses, alemanes. De todo.

-¿Qué es lo más raro que han visto a raíz de todo esto?

-El domingo, a las cuatro de la tarde, cuando se abrió al público había trescientas o cuatrocientas personas esperando para entrar. Y bueno, empezaron a entrar a las cuatro y se mantuvo esa fila, y hasta las seis y media seguían ahí. Entran, se sacan una foto, dos fotos y se ponen ahí adelante del Ecce Homo, se sacan una foto con el Ecce Homo y, normalmente, se dan una vuelta por el resto de la iglesia y se van.

-¿Algún coleccionista les ha ofrecido comprarlo?

-Bueno. Ha salido una nota donde dicen que se ha venido a interesar un inglés por los derechos de la obra. Hablan de dos millones de euros pero no se sabe lo que va a pasar con ¿no? Tiene que dar el informe el equipo de restauradoras y, sobre ese informe, el ayuntamiento o la fundación benefica -que es la propietaria de la pintura- tomará la decisión que sea. Porque esta pintura pertenece a una fundación benéfica y la dirige un patornato que está compuesto por el alcalde de Borja, que es el presidente del patronato, y los concejales. Con el dinero que se saca de la fundación se mantiene el hospital de borja que no es un hospital. Es una residencia para ancianos.

A ver si entiendo. Si la obra queda tal y como está y se vende el coleccionista ¿a quién va la plata?

-Pues eso iría para la fundación y se invertiría en el hospital de Borja y en este edificio -el Casero- que está muy deteriorado. Es un edificio que está lleno de grietas, de quinientos años y necesita mucho dinero para restaurarse pero, vamos, no creo que esa obra se venda, eh.

-¿Por qué no?

-Pues no lo sé. A lo mejor porque como es una cosa oficial del ayuntamiento si se vendiera la obra habría muchos comentarios en contra de que habrían sacado dinero a costa de una señora mayor y eso pienso que los políticos no querrían tirar adelante con eso.

-Y a usted qué le gustaría ¿que la arreglen o que se quede como está?

-Yo creo que me gustaría más restaurada aunque sé que si se restaura el boom éste se acabó pero, dejarla como está, a mi no me gusta.

-¿Cómo está Cecilia?

-Pasó una crisis. Se agobió con tantas visitas de televisión y, en principio, hasta hubo que llevarla al médico con un ataque de ansiedad pero poco a poco, como está recibiendo mucha muestra de apoyo de gente que la quiere, va yendo mejor

-¿Sabe que hay gente juntando firmas para que quede la obra como ella la dejó?

-Sí. A ella no le gusta tampoco que quede así. Cecilia está convencida de que no ha acabado la obra y de que tendría que haberla acabado y bueno. Esa sería otra posibilidad. La posibilidad de decirle a Cecilia que le acabara.