Ola de asesinatos en Sao Paulo tiene cagados de miedo a los brasucas

En los últimos meses Sao Paulo, una ciudad con más de 20 millones de habitantes, ha sufrido una violencia sin precedentes. 144 asesinados en septiembre y 200 en los últimos 20 días, tienen aterrorizados an los habitantes de la periferia de la ciudad, según un reportaje publicado en el diario español El País.

Los muertos, en su mayoría, caen en tiroteos entre la policía y los narcos, en fusilamientos o por balas perdidas. Como es natural, la violencia se ha concentrado en la periferia. Los barrios pobres del noroeste de la ciudad han sido los más afectados. De hecho, el obispo auxiliar de Sao Paulo, Milton Kená Júnior, que lidera a 73 curas que hacen su labor social en estos sectores de Sao Paulo, dice que “vivimos un clima de extrema inseguridad, de miedo. Las personas se sienten desprotegidas ante esta ola de crímenes”, según comenta a El País. 

A tal punto ha llegado el peligro en las calles periféricas de Sao Paulo, que los curas que trabajan allí, aconsejan a la gente diversas medidas de seguridad para no exponerse. “Eviten salir de casa a partir de las cuatro de la tarde, si salen no lo hagan solos, lleven un documento consigo y eviten aglomeraciones”, dice uno de las recomendaciones que se publican en el reportaje.

Tras las muertes estaría el PCC (Primer Comando de la Capital), grupo que nació en 1993 para la defensa de los derechos de los presos y que actualmente controla el narcotráfico en Sao Paulo y la Policía Militar (PM). El enfrentamiento de estos dos grupos ha desatado esta guerra, que tiene a los niños sin ir a sus escuelas y a la locomoción colectiva evitando las zonas de conflicto.

Las autoridades de Sao Paulo, según versa el reportaje del diario El País, no han reconocido las proporciones de este enfrentamiento. Pero cartas del PCC en diarios de la ciudad, afirmando que por cada muerte de un compañero de filas, caerán dos policías, deja en evidencia el error de las autoridades en dimensionar el conflicto.

Según Josmar Jozino, periodista del diario Agora y autor de tres libros sobre el PCC, la ola de asesinatos se generó por la intervención de la Policía Militar en las calles para detener el narcotráfico, “una función que le corresponde a la Policía Civil. Según la propia Policía Civil y el Ministerio Público, en algunas de esas acciones ha habido indicios de abusos: los policías en lugar de detener a los integrantes del PCC, los mataban. Y el comando está respondiendo” declara el periodista a El País.

Pero este nivel de violencia no es primera vez que aparece. En 2006 una serie de 540 asesinatos llevó a las autoridades a decretar el estado de sitio en Sao Paulo y a poner en jaque a sus 41 millones de habitantes. El PCC respondía a la decisión de las autoridades de aislar a 765 presos del comando en una prisión de alta seguridad a 600 kilómetros de Sao Paulo. Para Jozino, la situación de 2006 está muy cerca de repetirse. “Las autoridades han perdido el control”, afirma.