Crisis en Egipto: miles de ciudadanos en las calles contra el autoritarismo del presidente Morsi

En los últimos días se ha conocido por los medios internacionales una arremetida autoritaria del presidente democráticamente electo en juni pasado, Mohamed Morsi que ha desatado una respuesta ciudadana sin precedentes desde la revolución de agosto del 2011.

El ambiente en Egipto, desde la revolución, es de división entre la ciudadanía laica y los musulmanes, expresados en el movimiento del Presidente Morsi, “Los Hermanos Musulmanes”. De hecho, estos últimos días en que se ha desatado una nueva irrupción ciudadana a las calles, se los manifestantes han quemado sedes del partido de Morsi en Alejandría, Port Said e Ismailiya.

Una de las decisiones que desató la ira de gran parte de los egipcios fue el decreto que establece que ninguna de las decisiones, leyes, o decretos de Morsi, pueden ser revocadas por otras instituciones del estado. Además, blindó legalmente a la Asamblea Constituyente, donde “Los Hermanos Musulmanes” son mayoría (ya que los laicos se retiraron por la predominancia de los partidos islamistas), instancia que el Poder Judicial ha querido inhabilitar a través de demandas.

El enemigo principal de Morsi en este último tiempo ha sido una parte del Poder Judicial, específicamente radicado en el Tribunal Constitucional, donde las principales cabezas son aún fieles al dictador derrocado Hosni Mubarak. Pero con la medida que impide que otra institución del estado fiscalice a Morsi, el presidente ha puesto en jaque al Poder Judicial y parece haber ganado el gallito.

El problema para Morsi son las calles. Miles de personas protestan y se enfrentan a la policía. Y los enfrentamientos entre laicos e islámicos se agudizan. Morsi ha dicho que de ser necesario, utilizará “procedimientos excepcionales, pero si veo que mi país está en peligro lo haré, porque es mi deber”.

La reacción de los jueces

A raíz del autoritarismo de Morsi, el Club de Jueces de Egipto se reunió y condenó las últimas deciciones del presidente, considerándolo un “ataque sin precedente” e instó a Moris a retirarlo.

Pero no fue la única reacción. Muchos fiscales han presentado sus renuncias y los tribunales de tres provincias se han botado a huelga. De seguir así la situación, Mohamed Moris, se podría enfrentar al desagradable escenario de una paralización de la actividad judicial en el país.