Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Poder

13 de Enero de 2013

Carlos Peña y el conflicto en la Araucanía: “Ningún crimen puede ocultar la justicia de las demandas mapuches”

Por

En su habitual columna de los días domingo en El Mercurio, el rector de la U. Diego Portales, Carlos Peña, defendió a los mapuche en medio de la problemática situación que produjo para la etnia el atentado, con resultado de muerte, al matrimonio agricultor Luchsinger-Mackay en Vilcún.

Carlos Peña menciona que, una vez condenando el crimen, no pueden obviarse las demandas mapuche. “La identidad de los mapuche estuvo ahogada durante mucho tiempo por la ficción del Estado Nacional: por la idea, que alimentó la historiografía del diecinueve, que todos quienes habitan el territorio hundían sus raíces en una misma comunidad de sangre, de lengua y de memoria”.

Peña agrega que “esa ficción ha perdido toda plausibilidad y la violencia que ocultaba está, desde hace tiempo, a la vista: tierras indígenas arrebatadas y entregadas a colonos; una lengua condenada al murmullo; una cultura y una religión reducidas al folclore, relaciones laborales incluso por debajo del inquilinaje; discriminaciones que todavía subsisten”.

Peña cree que la necesidad mapuche es la del reconocimiento y una de las formas de aplicarlo sería insertarlos en la política. “Desde luego, es imprescindible asegurar a los pueblos originarios, en especial a los mapuche, una cuota de participación, por ejemplo, en el Senado. La índole más deliberativa de esta Cámara se presta para una medida como esa. Bastaría crear una circunscripción no territorial integrada por todos quienes se inscriban en un registro electoral indígena (…) así se expresaría de veras (…) lo que una vez que se ha despertado de la ficción del Estado Nacional salta a la vista: el carácter multicultural del país”.

Peña, además, resaltó la responsabilidad que tiene el Estado con el tema mapuche. “Nada de lo anterior puede hacerse sin apoyo del Estado. El mismo Estado que, desde el silgo XIX, les hizo la guerra, toleró los crímenes de que fueron víctimas, les arrebató tierras, amagó sus culturas y estigmatizó sus pueblos. La mano que inflinge la herida -el Estado- es la misma mano que la cura”.

Notas relacionadas