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Nacional

8 de Marzo de 2013

El juicio contra uno de los dueños de Falabella por violencia intrafamiliar

El millonario empresario fue denunciado por su esposa por violencia intrafamiliar y tiene prohibición de acercarse a ella. La mujer, además, lo demandó por considerar insuficiente la pensión de alimentos que determinó el Juzgado de Familia: 3,8 millones de pesos al mes.

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El 25 de enero de 2012, a eso de la medianoche, el empresario Sebastián del Río Goudie, uno de los dueños de Falabella, Homecenter, entre otras empresas junto a su clan, y con un patrimonio que supera los mil millones de pesos, perdió los estribos en una discusión con su esposa Amelia Castro. “Puta de mierda, quiero verte muerta”, le gritaba, según consta en la declaración de uno de sus hijos antes de interponerse para evitar que golpeara a su madre. Como no era la primera vez que Del Río Goudie ejercía violencia física contra ella y sus hijos, la mujer llamó a su hermana, quien al escuchar los gritos descontrolados del sujeto, llamó a Carabineros. Los verdes llegaron en poco tiempo, se llevaron detenido al hombre de negocios y luego condujeron a Castro para que hiciera la denuncia y constatara lesiones. Al día siguiente, en la audiencia de control de detención, se le aplicaron medidas cautelares: abandonar el hogar común y prohibición de acercarse a la víctima mientras durara la investigación.

Hasta allí todo parecía tratarse de un episodio más de violencia intrafamiliar ABC1. Sin embargo, cuando los tres hijos del matrimonio concurrieron a la Fiscalía Oriente a entregar su testimonio en abril, la perseguidora Evelyn Kremer escuchó de uno de los menores lo siguiente: “Esta no es la primera vez que mi padre agrede a mi mamá, siempre que inician una pelea, cuando él está ebrio, la trataba muy mal, creo que sus problemas se deben al alcohol, ya que cambia mucho cuando está tomado”.
A mediados de 2012, la Fiscalía resolvió aplicar la suspensión condicional del procedimiento, que en términos reales implica un reconocimiento de los hechos, ofreciendo una salida alternativa sin condena penal. A Del Río Goudie, eso sí, le aplicaron una medida cautelar: durante un año no podrá acercarse a su esposa, pese a los intentos del abogado Rodrigo Ávila, del estudio de Hugo Rivera, de obtener una condena.

Pensión alimenticia
Paralelamente al tema penal, comenzó la regulación de la pensión alimenticia en el Primer Juzgado de Familia. Amelia Castro, esposa del empresario, reclamó que el dinero entregado por su esposo (3,8 millones al mes) no le alcanzaba para mantener su estándar de vida, ni mucho menos costear la casa de más de 1.000 metros cuadrados donde vive en Lo Curro, tampoco el personal de servicio y el jardinero, entre otros gastos. Detalle adicional: a la mujer le fue detectado un cáncer al páncreas.
En el caso que se ventila en los tribunales de familia, hay un oficio enviado por el Servicio de Impuestos Internos (SII), que revela algunos datos de este miembro del clan dueño de Falabella. Del Río posee 9 sociedades con las que suma más de 200 mil millones de pesos, propiedades que superan los 1.000 millones y dos yates que se mandó a construir especialmente a Italia, en 2011, cuyo costo superaría los 4 millones de dólares. Del Río, en su declaración de impuestos, asegura que tiene un sueldo de parte de la empresa Inder de casi 3 millones de pesos y los retiros de utilidades suman poco más de 21 millones al mes.
Castro en sus presentaciones a la justicia, sostiene que la “excelente y poco usual capacidad económica, obviamente puede aportar bastante más de 3,8 millones a las necesidades de su cónyuge y sus hijos”.
Del Río se ha defendido de las imputaciones en la justicia de familia a través de su abogado Juan Pablo Hermosilla. En el expediente Hermosilla respondió a la presentación, asegurando que su cliente ha cumplido su labor de padre pagando todos los gastos de la mujer en el hospital, la mantención de los hijos, en términos de alimentación, salud y educación.
Sin embargo, no es la única investigación que enfrenta Del Río Goudie. En la misma Fiscalía Oriente existe otra por delito informático, ya que luego de un peritaje ordenado por la parte querellante, a través del abogado Rodrigo Ávila, se hallaron “programas espías” en los computadores de los hijos y la mujer. Básicamente lo que hace el software que el empresario compró por 200 dólares es guardar en un archivo las conversaciones de chat, claves de correos, cuentas corrientes, facebook, entre otros temas, pudiendo acceder a todo lo que se encuentra en ellos.

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