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Opinión

30 de Abril de 2013

Director de Gloria: “Hay una cosa social infantil con respecto al tratamiento de la mujer adulta”

Premiada en el Festival de Berlín y el de San Sebastián, Gloria llega el 9 de mayo a las salas de cine nacionales. La cinta, que ahonda en la vida amorosa y sexual de una mujer de 58 años ha sido aclamada tanto por el guión de Gonzalo Maza y Leilio, como por la dirección de éste último y la brillante actuación de su protagonista, Paulina García.

Melissa Gutierrez
Melissa Gutierrez
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Sebastián Lelio tenía ganas de hacer, para su cuarta película, una historia “vitalista, llena de vida. Una película que a mí me daban ganas de ver y que no había visto en Chile. Siempre había dicho, qué ganas de ver una película chilena de la cual uno salga bailando”, cuenta Lelio. Director de La sagrada familia, Navidad y El año del tigre, Lelio dirigió y escribió -junto a Gonzalo Maza- la historia de Gloria (Paulina García), una mujer de 58 años que se pasea por las fiestas para adultos solteros en busca del amor hasta que se topa con Rodolfo (Sergio Hernández), con quien comienza una relación con altibajos, al igual la vida de Gloria, quien debe balancear su vida amorosa con su relación con sus hijos, su ex esposo y el día a día. “Y lo que la película hace es convertir un personaje que es secundario en la vida del resto en un protagónico absoluto”, dice Lelio.

La película, que se estrena el 9 de mayo, explora sin tapujos la vida de una mujer adulta y su relación con el sexo, abiertamente y sin tapujos. “La pregunta que se hace a los padres es ¿sabes lo que están haciendo tus hijos? Acá la pregunta era al revés, ¿saben lo que están haciendo sus madres?”, dice el director de Gloria, que además estará en los cines para celebrar el Día de la Madre.

Ganadora de tres premios en el Festival internacional de Berlín y del Premio al Cine en Construcción en la categoría de mejor película extranjera del Festival de Cine Internacional de San Sebastián, Gloria ha sido sin duda la consolidación de Lelio tras casi 10 años de carrera.

¿Por qué quisiste rescatar una historia como la de Gloria, de una mujer mayor?
Yo creo que el lugar de donde vienen las historias es súper misterioso. Y siempre el radar del asunto es lo que te emociona yo creo. Y en algún minuto apareció esta idea de qué está pasando con el mundo de nuestras madres, ¿habrá cine ahí o no? ¿Habrá una película de una señora de Providencia o no? Y la idea de esta mujer que canta en el auto, y nadie la pesca mucho y que a pesar de los golpes no pierde su alegría y anda con la frente en alto y es vital, nos empezó a emocionar. Después viene una cantidad de desafíos que se quieren lograr.

¿Como cuáles?
Como hacer una película sin eufemismos, como ser directo con lo que ella vive. Con explorar dónde le aprieta el zapato y no hacerle el quite a la sexualidad que siempre suele ser super eufemística con el tratamiento de la mujer mayor. Yo creo que tiene que ver con el tabú de ver el arquetipo de la madre en la cama. Como que hay una cosa social infantil con respecto al tratamiento de la mujer adulta. O es super machista o es super infantil. Como que siempre son mujeres que están redescubriendo su cuerpo, nada que ver. Y yo creo que en eso el aporte de Paly (Paulina García) fue fundamental, porque ella trajo consigo su conocimiento de lo femenino al que yo simplemente no puedo acceder.

En Gloria pasan muchas cosas además de su romance, historias que uno termina de armar en la cabeza. ¿Cómo fuiste viendo cómo contar la película?
La película es un estudio de personajes. Entonces ese juego de alguien que es secundario convertido en protagónico como un tour forzado para el espectador es lo que hace que uno termine sintiendo el mundo desde la piel de ella. Va a un cumpleaños, a una fiesta, está con los hijos, pero Gloria es lo que está siempre girando al centro de la narración. Entonces esta película que lo tiene todo: humor, sexo, romance, líos familiares, drama y un montón de situaciones como las que tú dices. Es lo que define a la película, y por otro lado ser una narración que al mismo tiempo te lleva de la mano pero también no te deja saber todo, uno ve pedazos de cosas y uno arma una especie de puzzle. Entonces la película juega con la información, con cuánto saber y cuánto no, y no importa porque lo único que importa es Gloria. Más que entender todo del resto, uno va viendo puntas de iceberg.

Gloria se estrena casi en el día de la madre, ¿cómo crees que va a reaccionar la gente, que normalmente pone en un pedestal a las madres?
Sí, es que yo creo que esa frontalidad con el arquetipo de la madre también está en el anhelo de la pleícula. Quitarle la aureola a la santa madre y verla como es, con su cuerpo desnudo, literalmente, que es algo que uno no debe ver: a la mamá pilucha. Y algo de eso tiene Gloria, como cuando tu mamá se estaba cambiando de ropa y tú la espiabas por la rendija o escuchar a tus padres tirar, que es algo como que no se debe. Entonces yo creo que se mete en eso la película, pero lo hace con humor, con cierta ternura.

Hoy día el cine chileno compite con las grandes producciones internacionales, ¿cómo ves ese panorama?
Es un juego cruel. Y claramente es David contra Goliat. En general a las películas se les pide el éxito inmediato el primer fin de semana o fuera. Y bueno, así es el juego, es una lógica de mercado y hasta que no cambie hay que arreglarselas para salirse con la suya. El caso de Francia es súper admirable. Los franceses son muy orgullosos de su cine. Saben la importancia que tiene cuidarlo, y lo protegen con leyes y lo financian y no dejan que nadie se los toque. Es como que la actitud de vender las costas y vender el litio no es tan distinta de entregar todo al cine norteamericano.

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