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LA CARNE

9 de Junio de 2013

El mejor crítico de cine porno se destapa

Vía Soho.com.co Lucas Soler habla sobre pornografía con la misma seriedad que unastrónomo de nebulosas. “Yo veo las películas con ojo de entomólogo,como si estuviese analizando mariposas o saltamontes”, afirma. Paraescribir su libro Solo para adultos, una historia del cine X, vio cercade 1500 películas, y estima que en 25 años ha visto al menos […]

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Vía Soho.com.co

Lucas Soler habla sobre pornografía con la misma seriedad que unastrónomo de nebulosas. “Yo veo las películas con ojo de entomólogo,como si estuviese analizando mariposas o saltamontes”, afirma. Paraescribir su libro Solo para adultos, una historia del cine X, vio cercade 1500 películas, y estima que en 25 años ha visto al menos 3000. Soleres periodista en el gabinete de prensa del departamento de Cultura delGobierno Autonómico Valenciano. “Soy un gris funcionario, el empleo másconvencional del mundo”, dice. Nació en Bogotá, pero vive desde hacevarios años en Valencia, España, donde tiene un matrimonio de más de 20años y tres hijos, “uno de ellos, de 13 años, me dice que soy aficionadoal X, porque no soy más que un pobre reprimido nacido en los sesentaque aún no se ha enganchado al sexo a través de las redes sociales”.

Soler ha publicado cerca de 400 textos críticos sobre películas porno,en los que analiza con la máxima seriedad las películas que tienen algúninterés argumental o artístico. También escribe de cine convencional,cultura “basura” y arte. “Sin embargo, mi actividad como crítico X esmarginal y esporádica, puesto que actualmente hay muy pocas películasdignas de ser analizadas. Los críticos porno somos mal pagos. Comomáximo podemos llegar a ganar 200 dólares escribiendo varias críticas almes en una revista porno”, dice.

En Estados Unidos, el gurú indiscutible del porno es Luke Ford, un judíoque escribe desde 1995 del tema y es autor de una de las historias másrespetables del género: A History of X. Soler admira a Ford como aRobert Rimmer. En España debe competir con Frank Lasecca, ManuelValencia, Jordi Costa, Paco Gisbert, Luis Miguel Carmona y Álex Basas.Soler escribe desde hace varios años en la Cartelera Turia, “unapublicación impresa al borde de la extinción, pero en esta era de nuevastecnologías la crítica se ha trasladado a los blogs o a los portaleseróticos”, afirma.

¿Todavía tiene erecciones después de haber visto tanto porno en su vida?

Si bien es verdad que algunas pocas veces se me altera el ritmo cardíacoy me sudan las manos cuando veo alguna escena excitante, hoy en día mepasa poco, porque el cine X es cada vez más previsible y pocoimaginativo.

¿Qué se le puede analizar a una película porno, además de la fealdad de sus actores o la verosimilitud de sus gemidos?

Cuando las producciones X se rodaban en 35 milímetros, se tenía encuenta la dirección, el guion, la fotografía, el montaje, la decoración,el vestuario y las interpretaciones. También era fundamental la cargaerótica de la historia y la morbosidad de las situaciones. Desde laaparición del vídeo y la hegemonía del subgénero gonzo, cada vez fue másdifícil encontrar películas que se pudiesen valorar con criterioscinematográficos. En la era internet solo es posible analizar el pornocomo reflejo de las perversiones o aberraciones de la sociedad. Y eldiagnóstico es aterrador.

Según esto, ¿una buena película porno es en la que el sexo es necesario para el desarrollo de una historia?

Creo que sí, pero mi opinión debe ser tomada casi como una excepciónentre los aficionados al X. El actor italiano Rocco Siffredi me decíaque en el porno solo buscaba una buena paja. La mayoría del público soloquiere un desahogo onanista y se interesa poco por la calidad artísticao narrativa. La excitación sexual en una película con guion no solo segenera a través de la visión de cuerpos desnudos o actos sexuales, sinotambién a través de situaciones dramáticas excitantes. Los diálogos sonfundamentales, pero también que los personajes tengan una ciertaprofundidad psicológica y sean verosímiles. Por desgracia, eso ya nosucede. En el porno actual, los diálogos son monosilábicos, casionomatopéyicos.

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