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Opinión

12 de Junio de 2013

Quilapayún y su concierto histórico: “Estamos comprometidos con la lucha de los estudiantes y una nueva Constitución”

Este 26 de junio, cuando se cumplen 105 del nacimiento del ex presidente Salvador Allende, el histórico grupo prepara un concierto que por primera vez en diez años reúne a once de sus integrantes. Pensado también para conmemorar los 40 años de la muerte de Víctor Jara, Pablo Neruda y el mismo Salvador Allende, el concierto incluirá parte de su repertorio clásico y también canciones de sus trabajos más actuales, además de temas del discco de colaboraciones en el que trabajaron con Manuel García, Camila Moreno, Álvaro Henríquez y Chancho en Piedra.

Melissa Gutierrez
Melissa Gutierrez
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Desde su nacimiento en la década de los ’60 Quilapayún ha pasado por varias formaciones, principalmente luego de que el largo exilio en Francia dividiera al histórico grupo. Sin embargo, este 26 de junio once integrantes darán un concierto en el Nescafé de las Artes. A Eduardo y Fernando Carrasco, Taito Venegas, Ismael Oddó, Rubén Escudero y Ricardo Venegas se unirán a los integrantes que continúan residiendo en Francia: Carlos y Sebastián Quezada, Hernán Gómez, Hugo Lagos y Guillermo García.

Como emblema de la Nueva Canción Chilena, Quilapayún ha debido reinventarse más de una vez a lo largo de sus más de 45 años de trayectoria. En entrevista con The Clinic Online Eduardo Carrasco, fundador histórico del grupo, e Ismael Oddó, hijo del fallecido Willy Oddó, conversan sobre lo que significa esta reunión llamada “Quilapayún en grande” y sobre el nuevo Chile al que deben adaptarse musical y políticamente: “nunca Chile ha sido un país ajeno a los procesos de América Latina. Esa cosa del jaguar de Latinoamérica son tonterías y superficialidades. Todo nuestro continente está viviendo un proceso muy claro que se da de distinta forma, pero hay una corriente de fondo que moviliza a todos los pueblos del continente y avanza hacia una nueva situación. Que yo creo que es muy esperanzadora”, señala Carrasco.

¿Qué significa poder reunirse luego de tanto tiempo?
Eduardo Carrasco: Para nosotros es muy emocionante, porque en el Quilapayún hay dos generaciones. Una que somos los viejos, los históricos, y la otra que son los hijos. Y hemos vivido mucho juntos. O sea, vivimos todo el exilio juntos: vivíamos en distintos departamentos dentro de un mismo edificio. Entonces es como una gran familia que se vuelve a juntar. Y esto es un gran acontecimiento para nosotros, no sólo por la cosa escénica, sino que un gran acontecimiento familiar, con asados, conversaciones amistosas. Además estamos terminando el disco de colaboraciones que es un disco muy importante que va a salir este año y vamos a aprovechar también para juntarnos y terminar algunas canciones que estábamos esperando justamente que ellos vengan para poder terminarlas. Y por supuesto también está la cosa artística que en Quilapayún son muchos los recursos musicales, porque cada músico tiene sus propias cualidades, y todo eso junto hace un cóctel muy explosivo y es muy entusiasmante para nosotros poner todos esos recursos a disposición del público para pasar una noche espectacular.

Ismael, ¿cómo ha sido este reencuentro para ti?
Ismael Oddó: Bueno, dijiste dos cosas importantes. Una de ellas es reencuentro. Tal cual decía Eduardo, estamos así hace diez años en esta actividad entre Francia y Chile. Y esta aventura empezó más concretamente hace diez años, presisamente en El Reencuentro entonces también se cumple un ciclo para mí. Ahora, todo esto lo vivimos muy naturalmente y ha sido una experiencia muy formadora de la cual me siento por supuesto muy agradecido. Tenemos roles muy proactivos dentro del conjunto. Estamos muy integrados, perfectamente. Y eso es gracias a un funcionamiento democrático interno que permite que todos seamos muy felices.

Tú te metiste más en el folclore luego de la muerte de tu papá ¿o no?
Ismael: De una tragedia surgen todas las posibilidades de crecer en el mismo sentido en que me enseñaron, particularmente mi papá. Heredé de él sus ganas de hacer patria a través de la guitarra, de proponer una nueva manera de ver las cosas, de hacer denuncia, de retratar las alegrías y las dolencias de nuestro pueblo. Y claro, cuando fallece mi padre me puse a sacar todas las canciones del Quilapayún, cosa que nunca había hecho porque no lo había necesitado hasta ese momento. Y por los azares de la vida hace diez años me invitaron a ser parte del proyecto y en eso estamos. Claro, lo primero fue ocupar el lugar de mi papá asesinado el año 91 en las calles de Santiago. Pero también dio lugar a dejarle paso al creador que tengo en mí y a mi participación con mis propias características, mis dotes musicales.

¿Cómo ha sido el proceso de reinventarse para estar al día con lo que va pasando en Chile?
Eduardo: Nosotros hemos vivido reinventándonos. Somos expertos en reinvención. Ahora, nosotros tenemos ya un capital muy grande de adhesión por parte del público. Es algo fantástico, hemos sido homenajeados por Nicaragua, México, Argentina. Sentimos que no tenemos por qué dar ninguna prueba de ninguna cosa, y hacemos lo que hacemos por amor a esta profesión que es ser artista, por amor a la canción y además por ese compromiso que tenemos con la gente. Y que nunca se ha debilitado ni se ha modificado. Nunca nos han faltado nuevas ideas. Y tenemos muchas ideas por realizar.

Hace poco tocaron con el Presidente Correa en Ecuador, ¿les gustaría tocar con algún candidato?
Eduardo: Lo que nos interesa es tocar con presidentes, no con candidatos. Jajaja. No, lo que pasa es que mira, yo creo que los compromisos electorales son individuales y no puede el conjunto casarse con ninguna candidatura en particular. Dentro del conjunto hay gente que va a votar de distintas maneras, por la izquierda por supuesto. Estamos comprometidos con la lucha de los estudiantes, con la idea de una nueva Constitución, con la idea de terminar con el escándalo de la AFP y creemos que tiene que haber una salud pública para todos los chilenos asegurada. Estamos comprometidos con las ideas de muchos candidatos.
Ismael: Y con el pueblo mapuche también.

Ustedes fueron cercanos a Salvador Allende y lo siguen siendo ideológicamente, ¿qué les parece la demonización que se hace del PC al asociarlo con Allende?
Ismael: Son realidades tan distintas, no se puede comparar una cosa con la otra, ni siquiera vale la pena discutirlo.
Eduardo: Claro, además cuando se responsabiliza a Salvador Allende es absurdo. ¿Cómo van a responsabilizar a Allende los que organizaron el boicot económico? ¿Cómo le van a echar la culpa a Salvador Allende de lo que ocurrió en Chile durante su gobierno cuando estuvieron paralizando el país? Allende hizo lo que pudo para mantenerse fiel a la voluntad popular que lo había elegido. Es un ejemplo de político verdaderamente democrático que busca la justicia y la equidad para su pueblo. Y que dio su vida por esas ideas, es un mundo y un país donde los principios se han debilitado muchísimo. Necesitamos políticos como él, que se la juegen por principios, por ideas profundas y que sean consecuentes con la voluntad del pueblo.

¿Qué les parece Roberto Ampuero como Ministro de Cultura?
Eduardo: Yo no lo conozco. A los ministros hay que juzgarlos por lo que hacen o no hacen. No creo que en ocho meses que le quedan vaya a cambiar la cultura chilena o mucho menos. Tal vez pueda hacer algo interesante. Pienso que muy poco va a poder hacer en tan poco tiempo.

¿Y han visto algún Ministro de Cultura que les haya gustado su gestión en los últimos 20 años?
Eduardo: ¿El mejor?
Ismael: Weinstein.
Eduardo: José Weinstein, el que armó el Consejo Nacional, el que hizo una política coherente, profunda. El que verdaderamente cambió las cosas. O sea, antes y después de Weinstein las cosas son muy distintas. Y después fue un poco un sonambulismo que dura hasta ahora, lamentablemente.

Ismael, ¿cómo es formar parte de un grupo histórico siendo parte de esta nueva generación?
Es un gran regalo y una sorpresa constatar de qué forma sigue existiendo en la gente estos mismos sueños de jsuticia social, de justicia plena, sentimientos nobles respecto a una visión de sociedad más equilibrada, equitativa, solidaria y esa constatación es permanente en nuestras actuaciones. Sea en el frontis de la U. de Chile cantando para los estudiantes o en el Día de la Música con quincemil puños alzados cantando El pueblo unido. Y eso es lo que a nosotros, como generación joven no nos deja indiferentes y nos hacemos parte de este entusiasmo.

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