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Opinión

1 de Julio de 2013

El día más glorioso de Andrés Velasco: cuando ser segundo no es perder

El candidato independiente y su comando celebraron el segundo lugar en las primarias de la Nueva Mayoría como un título mundial de fútbol. La euforia total reinó en el hotel NH de Providencia, hasta donde llegaron diversas figuras del espectáculo a celebrar el triunfo sobre el DC Claudio Orrego. El sentido de tanta alegría tiene un objetivo mayor: la proyección automática del ex ministro de Hacienda para las presidenciales de 2017, a las que espera llegar con un partido político fundado sobre las bases del movimiento Red Liberal. Esta es la crónica de las horas políticas más felices de Andrés Velasco.

Richard Sandoval
Richard Sandoval
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Fiel al perfil que ha cultivado durante toda su vida pública, el hasta ayer precandidato presidencial Andrés Velasco comenzó el día más crucial de su carrera política haciendo deporte. Trotando, acorde con la mediática imagen que proyectó durante su mandato en el ministerio de Hacienda de Michelle Bachelet, recorrió ocho manzanas entre las estaciones del metro Tobalaba y Colón, en 47 minutos.

Sudoroso y optimista, se instaló en su casa invadida por periodistas y camarógrafos a tomar desayuno. En una oficina de la vivienda, un cuadro tiene un lugar privilegiado. Es una portada del diario La Segunda enmarcada con orgullo: “Bachelet: Velasco es un héroe nacional” reza la rescatada edición del vespertino. Ambos apellidos fueron la dupla más exitosa del anterior gobierno, en el que se alzaron como los personajes mejor evaluados en las encuestas.

“Tengo confianza de que pasado el frío la gente va a votar”, dijo Velasco tras el “running”, sabiendo más que nadie que en la alta participación estaba la clave de su triunfo sobre Claudio Orrego, desde siempre su rival por el más que nunca bien visto segundo lugar. Y el sol salió con todo. Tanto así, que cuando el único abanderado independiente de las primarias acompañaba a su madre a votar, ya sabía que la cantidad de votantes iba a superar ampliamente el millón de votos, piso mínimo de participación que habían puesto desde todos los sectores para salvar los comicios con dignidad.

Santiago superaba con creces los 15 grados celsius y Velasco sonreía.

LA ESPERA

A las 17:30 horas llegó al salón principal del hotel NH Juan José Santa Cruz, el empresario de 53 años que renunció a la Democracia Cristiana luego de 35 años de militancia para ser su generalísimo de campaña. A las 18:00, lo primero que hizo el alto hombre de calvicie prominente fue mirar los conteos de votos en los dos televisores instalados en el lugar. “Es muy temprano, estamos recién partiendo, me gustaría dejar pasar un rato y ver si efectivamente vamos ganando el segundo lugar. En la Región Metropolitana ganamos con holgura, pero falta ver provincia. Estamos tranquilos-nerviosos”, relataba con una sonrisa de tímido triunfo.

Davor Mimica, presidente de Red Liberal -el movimiento político que sustentó la candidatura de Velasco-, no paraba de revisar cómputos en su computador. “Mientras más sean los ciudadanos que van a votar, menos es el peso del acarreo y los buses de los partidos políticos”, se ilusionaba.

Cerca de las 18:30 horas, Andrés Velasco apareció en el hall del hotel ubicado en calle Condell, en Providencia. Sabiendo que se encaminaba a la victoria simbólica del segundo puesto, dijo modesto que “ha habido un flujo importante, habrá que ver las cifras. Pero quiero recalcar que el hecho de que vote mucha gente no es bueno para mi campaña, es bueno porque ratifica a las primarias como método para elegir a un candidato, y no la dedocracia de las cúpulas partidarias”.

Mientras los aplausos se multiplicaban con cada “último minuto” televisivo, la sala se empezó a repletar de artistas. Sin embargo, ni Fernando Larraín, ni Marcial Tagle, Jordi Castell y otras figuras menores, superaron en protagonismo a Luz Valdivieso, la actriz de TVN que dejó la escoba subiendo una foto de su voto a Twitter. Relajada y ansiosa, aventuró que quizás su error fue un buen indicio. “No hay mal que por bien no venga. Ya me fui a presentar a Carabineros pero no pasó nada, porque lo mío es falta y no es delito. El que esté libre de pecados que tire la primera piedra. No soy una criminal. No quiero cantar victoria, pero cuando Velasco salga segundo voy a tuitear un ‘chúpenlo’ para todos los que me quisieron demonizar, jajajá”. Como era presumible, el tuit nunca se publicó.

GOLPE A LA DC

Ya sentenciado el “ser segundo también es ser campeón” del candidato independiente, en el comando de Andrés Velasco impactó el hecho histórico de haber derrotado al candidato de la Democracia Cristiana, Claudio Orrego. “Jota” Santa Cruz, por respeto a su ex colectividad, se limitó a decir que “el análisis en la DC lo tendrán que hacer ellos. Ese problema no es mío por suerte. Es un problema, pero es de ellos”.

Por su parte el analista político Cristóbal Belollio, integrante del comando, sentenció a muerte a la Falange. “Los partidos tienen ciclos. Así como el Partido Radical fue el partido más grande de Chile y la Democracia Cristiana fue el partido más grande de Chile; así como tienen ciclos de auge tienen ciclos de caída. Y la estrella de estos partidos que representan a una generación se está acabando. El ciclo vital de la DC está terminando”, anuncia. “La DC no tiene absolutamente ningún poder hoy día para negociar ningún aspecto relevante del programa. O se suma a una Nueva Mayoría izquierdizada o muere”, agregó con una especie de crueldad electoral.

La ex ministra Karen Poniachik prefirió poner paños fríos, valorando que “la DC es un partido sólido y fuerte, yo soy una gran partidaria fortalecer el centro político, yo creo que Chile no progresa si no hay consensos. La DC no se ha muerto ni se va a morir. Lo ha dicho Orrego, es un partido que tiene diputados y senadores”.

Según la ex secretaria de Estado e integrante del comando de Velasco, la gran caída democratacristiana se debe a que “confiar en los votos de la militancia hoy es estrecho. Únicamente con los partidos no se llega a construir y controlar una gran mayoría. El problema de la Democracia Cristiana es que sigue pensando que la forma de avanzar es con los votos de la DC y esa estrategia es la que no resulta. Bachelet es mucho más que los votos del PS y el PPD. Esos son los candidatos del futuro, los que no excluyen a los que no militan y no obedecen. Eso se terminó afortunadamente”.

2017

Al ambiente extasiado del hotel sólo le faltó champaña. Sin embargo, los líderes de la candidatura optaron por la elegancia del bar, del que salieron diversos tragos para esperar la vocería oficial de Velasco. En el jolgorio, todos coincidieron en que tomar esta derrota como triunfo responde al sentido más estratégico de esta aventura presidencial: perfilarse para el 2017. “Ojalá que se perfile para el 2017. Lo más importante es tratar de que esta energía no se pierda y no se debilite”, aseveró Poniachik.

Santa Cruz, que se paseó como la figura de una final de fútbol, señaló que lo primero es apuntar a tener mayor influencia programática e influir en un segundo gobierno de Bachelet. “Creo que debiéramos tener influencia con nuestras ideas en un programa compartido”, dice. Pero también advierte que “la construcción del movimiento no tiene que ver con la elección de este año. Va más allá y es un proyecto que mira mucho más a largo plazo que la coyuntura de este año” ¿para el 2018? “espero. Todo puede ser”.

Belollio, en tanto, detalla de qué forma Velasco se mantendrá vigente: construyendo una base política. “El objetivo ahora es construir un partido que represente a ese mundo liberal, sin partido, que estaba huérfano. Una estructura que compita electoralmente”. En todo caso, el cientista político aclaró que el símil del diseño no es Marco Enríquez-Ominami: “La diferencia es que Meo es el Pro y Red Liberal tiene vida propia con anterioridad”.

Velasco, ya triunfal y mordiéndose las mandíbulas para no ceder a la emoción, entregó su manifiesto político que, entre líneas, habla de su futuro presidenciable: “Hoy han ganado los que quieren hacer los cambios prudentemente. Este resultado es de ustedes y vamos a seguir trabajando codo a codo por esta gran tarea de la cual nos ha tocado ser parte. La tarea de reformar la política en Chile. Porque todos los cambios que Chile necesita no los vamos a conseguir al menos que reformemos la política, que lleguemos a los acuerdos que Chile necesita. Así que vamos a a seguir trabajando juntos. A todos nos une que Chile sea un mejor país y sobre esa base vamos a seguir trabajando juntos”.

Y siguió: “Voy a trabajar incansablemente por que esos principios e ideas estén reflejadas en el programa común de gobierno. Respecto de mi propio futuro voy a seguir trabajando, pero tengo la convicción total que mi aporte debe ser mayor no dentro de un gobierno sino desde la sociedad civil”, en el cierre perfecto de un diseño político que nunca pensó en las primarias como la meta final.

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