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Cultura

13 de Julio de 2013

Investigador dice que Plaza de Armas ‘se sitúa en ese lugar por ser eje calendárico o reloj de Sol’

El investigador de la sección de Geografía de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía, Alexis López Tapia, invita a redescubrir la historia del nacimiento de Santiago mediante su trabajo de investigación, el cual evidenciaría la existencia de 2.000 años de antigüedad en la ciudad y explicaría el porqué de la situación de la Plaza […]

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El investigador de la sección de Geografía de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía, Alexis López Tapia, invita a redescubrir la historia del nacimiento de Santiago mediante su trabajo de investigación, el cual evidenciaría la existencia de 2.000 años de antigüedad en la ciudad y explicaría el porqué de la situación de la Plaza de Armas.

“A mí lo que me llamaba la atención es por qué Valdivia se equivocó en poner la Plaza donde no es el centro, la debía haber puesto en la mitad, es así en todas las ciudades, bueno es que no la puso él, la Plaza ya existía, se llamaba ‘Kancha’, tal cual como cancha de futbol y era incásica, y antes de los incas ya era un sector ceremonial por estas alineaciones calendáricas. Santiago en el fondo no tiene 500 años, Santiago tiene 2.000 años de antigüedad”, manifestó.

En este sentido, López Tapia aclaró que “la Plaza se sitúa en este lugar desde tiempo prehispánico, antes de los incas incluso porque era una especie de eje calendárico o un reloj de Sol y al estar parado acá, sin ningún otro instrumento, tú podías ver el solsticio de invierno y el solsticio de verano”.

El investigador añadió que se trata de un hecho físico que viene produciéndose hace miles de años sin variación sustancial y que no se puede determinar quiénes fueron los primeros habitantes que se percataron de este hecho astronómico.

Sobre el descubrimiento y fundación de la ciudad, el investigador sostuvo que “Pedro de Valdivia no la descubrió, porque sabía que venía acá, sabía ya a la salida de Cusco que existía aquí un poblado que era centro administrativo incásico aquí en el Valle (…) Además venía como ayudante de él Pedro Gómez de Don Benito que había venido con (Diego de) Almagro seis años antes y había pasado por Santiago”.

“Él fundó la ciudad española, pero la funda sobre el poblado incásico y los incas la fundaron sobre el poblado pre inca que estaba acá”, enfatizó.

El investigador recordó que cuando se construyó la línea del Metro, se excavaron unos cinco metros del subsuelo y se descubrieron “restos de construcción alineados con la calle, entonces ya había construcciones en un periodo que se puede datar de 2.000 años atrás del periodo alfarero temprano, Santiago como lugar ocupado o habitado ya tiene esa cantidad de tiempo, por lo menos”.

El segundo hallazgo destacable de la investigación pondría al descubierto que el cerro Santa Lucía no se designaba en realidad “Huelén” sino que, en la época prehispánica, se denominaba posiblemente Huetén o Huentén.

López Tapia explicó: “A ti te cuentan que Huelén significa dolor, maldito o desdicha y yo me pregunté por qué al cerro más importante de la ciudad le designan con este nombre, se lo pregunté a una tía mía que es mapuche y me dijo que ‘huelén’ no es una palabra mapuche, que no tiene traducción, y que dolor no se decía así, me fui a revisar quién había dicho eso o traducido así, y fue Vicuña Mackenna, que dijo que este cerro se llamaba Huelén y seguramente significa dolor por el dolor y desdicha que les causó a los que vivían aquí la llegada de los españoles”.

El investigador descubrió que posiblemente el nombre originario del cerro era Huetén o Huentén, es decir, “nuevo (lugar/alto/cerro) Tenten”. En el mito mapuche Tenten es la serpiente terrestre que advierte de la inundación e insta a refugiarse en el cerro sagrado que ella habita. López Tapia sostuvo que se lo denominó así porque fue el primer cerro que los araucanos encontraron al llegar al valle del Mapocho y que cumplía con los requisitos físicos y rituales para ser asumido como sagrado.

En este sentido, el investigador detalló que “el río Mapocho rodeaba originariamente el cerro Santa Lucía, por la Alameda tenía un brazo y por donde va el curso actual tenía el otro brazo, entonces el cerro era una isla en Santiago (…) Cada vez que el río se salía el cerro actuaba como una especie de muro, así que protegía. Entonces lo que nosotros decimos hoy Huelén lo más posible es que sea una mala traducción quechua, inca, del nombre del cerro, por eso se desconectó del significado original”.

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