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Opinión

27 de Agosto de 2013

Eugenio Lira Massi, un hombre limpio por dentro y por fuera y de pura cepa

Todas las semanas llega un libro a mis manos, siempre al cateo de la laucha de un ejemplar nuevo en Derecho , en Psicología, en Historia, y qué sé yo, esa es mi adicción, leer, siempre se me pregunta y qué lees, no lo sé, mis lecturas son simultáneas, estoy en varios autores por ejemplo […]

Bruno Vidal
Bruno Vidal
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Todas las semanas llega un libro a mis manos, siempre al cateo de la laucha de un ejemplar nuevo en Derecho , en Psicología, en Historia, y qué sé yo, esa es mi adicción, leer, siempre se me pregunta y qué lees, no lo sé, mis lecturas son simultáneas, estoy en varios autores por ejemplo en Erasmo, en un ruso, en un escandinavo, estoy beato en lectura cotidiana y compulsiva, este jueves pasado me hice de un libro fantástico: La UDP, publicó un libro en la Colección Vidas Ajenas que agradezco en el alma: Eugenio Lira Massi, el hombre permanente.

El libro, me ha hecho reír a mandíbula batiente, me ha hecho llorar a mares. Es un libro de crónicas periodísticas seleccionadas y correspondientes al período 1969 a 1973, todas originadas en el Clarín o en el Puro Chile, diarios allendistas a todo trance. ¿Cómo no recordar esas portadas incisivas y humorísticas? Los viejos se deben acordar del Enano Maldito. Bueno, atesoro imágenes fragmentarias de las entrevistas de Lira Massi en la tele y que quedaron en la retina del adolescente que fui; Lira Massi era un tipo muy entretenido, sutil, irónico y de una coquetería rayana… en la burla… en la contención…en el rigor… no tiraba a partir sutilmente como la Raquel Correa pero el Lira se las arreglaba para desnudar al entrevistado sin ser catete rencoroso… en esa época me interesaba ya en la política, esas entrevistas eran muy apreciadas por mi persona y desde luego en esos tiempos uno admiraba a Fernando Rivas ( este compadre sí que entrevistaba con la hiel a flor de piel..), al Perro Olivares, a Luis Hernández Parker, a Carlos Alberto Cornejo, a Irene Geisse, a Carlos Jorquera, pese a esas querencias a mí no me tiró el periodismo en sus divinidades o humanidades.

Pero la cuestión es que me alegré mucho del libro que refiero, Lira Massi fue uno de mis ídolos hace ya unos cuarenta años y era estimulante volver a esa figura y chucha me encuentro con páginas tremendamente emotivas, humanas y llenas de sentido, era como estar frente a millones de fotografías de época y lo magnífico que muchos de los territorios de Lira Massi no me eran ajenos por de pronto la Plaza Chacabuco, el Hipódromo Chile, los sitios eriazos de Conchalí, la calle Guanaco, sí pues, gancho este pechito también zozobró y se crió en esos pagos de La Chimba; los relatos de Lira Massi no solo son periodísticos sino que trenzándose en vena muy literaria dan cuenta de vivencias y anécdotas entrañables, lector por Dios las añoranzas de la infancia y la adolescencia del libro de marras son experiencias palpitantes, créame señor lector usted al leer a Lira Massi advertirá el alma de Santiago, de ese Santiago ya fenecido pero de una humanidad genuina que ya quisiéramos en estos días truculentos y mortificantes. Una cosa de todas maneras el estilo de Lira Massi es realmente divertido, su forma de retratar la condición humana es criolla hasta las masas, no es veleidoso, y lo admirable no se trata de puro periodismo, Lira Massi va más allá, hay suculenta ironía pero entrelíneas aflora la piedad por el sujeto y fue un gallo muy comprometido con el pueblo y no pierde la oportunidad de mostrar la hilacha en ese sentido. No voy a cometer el error de citar más en específico, el libro de Lira Massi, solamente un episodio cuando cuenta que se hizo amigo del sapo Livingstone y de míster Huifa uno se percata de la importancia que Lira Massi daba a las relaciones humanas y a la noción de respeto. En buenas cuentas, Lira Massi me ha conmovido hasta el tuétano y eso es lo que quiero transmitir a los lectores con estas palabras de homenaje a un hombre que a mí me ayudó mucho en la cátedra de los ideales y ahora con el correr de los años lo encuentro de nuevo con gran júbilo y admiración. El Paco Lira, el Flaco Lira, -permíteme tratarte así querido compañero- en un texto formuló unas preguntas fundamentales y de toda actualidad: ¿Dónde está la población Caro? ¿Dónde Lo Valledor? ¿Dónde están las callampas? ¿ Dónde los mineros del carbón, del salitre, del cobre? ¿ Dónde está una escuela pública rural? ¿Dónde un poblado campesino? ¿Dónde está el pueblo?.

Por donde se le mire, el Lira Massi, un hombre limpio por dentro y por fuera, y de pura cepa en la vida y en el periodismo.

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