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Cultura

20 de Noviembre de 2013

Leopoldo García Lucero: El exiliado que le devolvió un culatazo al Estado chileno

Por primera vez la Corte Interamericana falló contra el Estado de Chile por el caso de un sobreviviente de violaciones a los derechos humanos durante la dictadura. A sus 80 años, con su cara desfigurada y secuelas cognitivas, “Filistoque” -como le decía el presidente Allende-, empieza a creer en el retorno.

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Cada mañana Leopoldo García Lucero se acuerda por qué ha estado la mitad de su vida fuera de Chile. Aunque a sus 80 años su memoria no es la de antes, cuando llega al baño a afeitarse, frente al espejo se encuentra con la horrible cicatriz que le dejaron en la cara los funcionarios de Carabineros que lo torturaron tras su detención el 16 de septiembre de 1973, un día después de su cumpleaños.

Fue un culatazo de ametralladora. No fue el único golpe que recibió durante los tres días que estuvo privado de libertad en la Primera Comisaría de Carabineros, luego de un amague de llevarlo a la UNCTAD. Pero éste lo bajó a tierra, inconsciente. Su cara se desfiguró, casi perdió el ojo izquierdo, volaron varias piezas dentales y quedó con secuelas cognitivas. Sin embargo, a este padre de tres hijas, eso no es lo que más le duele recordar.

“Eran doce carabineros que me pegaban con un palo de goma, mientras me preguntaban por Allende, por Erich Schnake, Adonis Sepúlveda y Carlos Altamirano. Qué hacían, dónde estaban, qué contactos tenían con otros países. Como no les decía nada, me mostraron unos sacos de cementos llenos de sangre al lado de un banco, y me dijeron que iban a poner ahí a mi hija Francisca, que tenía 6 años, y la iban a matar. Luego me tocaría a mí”, cuenta.

Tras esa experiencia traumática, Leopoldo vivió una procesión con las clásicas vejaciones de los agentes de la dictadura en el Estadio Nacional (tres meses), Chacabuco (trece meses), Ritoque (un mes) y Tres Álamos (tres meses). Las torturas terminaron cuando salió de este último centro y fue expulsado de Chile por un decreto ministerial. Lo llevaron al aeropuerto en junio de 1975 y desde entonces, ha estado viviendo en el Reino Unido, donde obtuvo el estatuto de refugiado.

García Lucero fue reconocido oficialmente como víctima de tortura número 9.581 de la Comisión Valech en 2004. Es también uno de los 200 mil chilenos forzados al exilio y de los más de 38 mil que sobrevivieron a la tortura durante el régimen de Pinochet. Sin embargo, no existe una investigación de su caso en Chile ni menos alguien ha sido acusado o castigado por la tortura y detención arbitraria que padeció.

A 40 años del Golpe, recién siente que se empieza a hacer justicia con él. La semana pasada, en un fallo público, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) ratificó el derecho a justicia y reparación para los sobrevivientes de tortura exiliados durante el régimen de Pinochet, siendo Leopoldo García el primer caso concerniente a una víctima de tortura y exilio forzoso.

Significa que la Corte ordena a Chile continuar y finalizar una investigación criminal dentro de un plazo razonable sobre las violaciones a los derechos humanos que García Lucero sufrió entre su arresto en 1973 y su expulsión, así como compensarle con £ 20.000 por los daños morales ocasionados por la excesiva demora en iniciar una investigación y su imposibilidad de acceder a ciertas reparaciones en Chile. Esto incluye fondos para cubrir los gastos de su tratamiento en el Reino Unido por los problemas médicos y sicológicos que sufre.

El cordero frente a Pinochet

Miembro activo del Partido Socialista, al momento de su detención trabajaba en Club Hípico de Santiago. Durante 9 años fue supervisor de los corredores de apuestas. Por las tarde pasaba al Palacio de la Moneda, donde Allende le dio el apodo “Filistoque”, porque era bueno en la comunicación de noticias desde las bases a los jefes del partido.

Cuando llegó a Londres, Leopoldo pensó que serían 6 meses. Lleva 37 años. Aún le cuesta expresarse en inglés y dice que recién a los 15 años de residir allá vino a tener contacto con su vecino. Por eso ha vuelto tres veces a Chile. Ha venido específicamente a ver si puede comprar un departamento y arreglar su pensión -consecuencia de la pérdida de su trabajo durante la dictadura-, la que acá no le alcanza para mucho y que en Inglaterra se hace simbólica.

García habla con nostalgia de la Unidad Popular. El momento en que más cerca de Chile se ha sentido, fue cuando detuvieron a Augusto Pinochet en la London Clinic. No fue difícil para los chilenos residentes llegar a la célebre clínica ubicada a pocas cuadras de la Embajada Chilena en Reino Unido. Se les sumaron 6 mil compatriotas más de toda Europa.

Durante un mes estuvieron funándolo afuera de la clínica. La policía los dejaba manifestarse. Hacían turnos para protestar día y noche. “Un día compramos un cordero y al medio de la calle empezamos a hacer un cordero. Estábamos a diez metros del lugar así que Pinochet debe haber sufrido con el olor”, recuerda.

En ese tiempo García Lucero ya había contactado a REDRESS, la ONG que lucha por los derechos de los sobrevivientes de tortura y que intervino en los diferentes procesos legales en el Reino sobre la petición de extradición de España. En 1994 comenzó a realizar los tramites de su pensión como exonerado político. Sin embargo, en la ONG se dieron cuenta que había un caso legal aún más grande, como sobreviviente de tortura y exiliado por decreto gubernamental.
“Nos sentimos satisfechos por el fallo, ya que reconoce que los sobrevivientes de tortura en el exilio, como el Sr. Leopoldo García Lucero, tienen el derecho a la justicia y a la reparación a pesar de estar fuera de su país y del paso del tiempo”, dice Carla Ferstman, Directora de REDRESS, “el fallo ofrece una esperanza a muchas personas que pueden encontrarse en la misma situación”.

El caso de Leopoldo García Lucero sienta un precedente para casos futuros y Chile dispone ahora de un año para cumplir con la sentencia. La Corte también ordenó a Chile publicar un resumen del fallo en el Diario Oficial y pidió que el fallo íntegro se publique en un sitio web oficial, accesible desde el extranjero, por un período de un año.

Leopoldo está contento con el fallo, pero dice que podría haber sido mejor, “porque la forma en la que estos cabrones me torturaron, no se la desearía ni a mi peor enemigo. También espero que sirva para prevenir que vuelvan a ocurrir hechos como éstos en el futuro, así como que Chile encuentre y castigue a aquellos que fueron responsables de mi tortura y exilio antes de que muera, para poder ver en vida que se hizo justicia en mi caso”.

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