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17 de Enero de 2014

Habla el primer gay que sale del clóset en la UDI

Tiene 28 años y desde los 15 milita en el partido de Jaime Guzmán. Fue parte de las Juventudes UDI, secretario del partido en La Florida, consejero regional y nacional e hizo campaña por Pablo Zalaquett y Pablo Longueira, pero se aburrió de que su partido le cerrara la puerta en la cara al AVP y a homosexuales como él. “En la UDI los gays no tenemos cabida”, asegura.

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Foto: Alejandro Olivares

“Milito en la UDI desde los quince años. Llegué al partido, luego de hacer campaña el 2000 por Ricardo Lagos, una campaña que no me gustó, pues vi cosas que no iban dentro de mis ideales políticos. Siendo pobre -con una mamá obrera, un papá ausente y criado por una abuela- lo primero que me dijeron en el partido de Lagos fue: “usted está bien acá, porque no puede ser de derecha porque es pobre”. Cosa que no comparto absolutamente. Yo soy pobre y de derecha. Quedé chato con mi primera experiencia política, pero quería seguir en esto. Hasta que se presentó Pablo Zalaquett a las municipales y decidí apoyarlo. Ingresé a la Juventudes UDI, luego fui secretario de la UDI en La Florida, para después ser consejero regional y nacional. También trabajé en la campaña senatorial de Pablo Longueira que me dio espacio para trabajar en lo que a mí me gustaba: bailar en los team, porque a mí me encanta bailar.

Mi entrada en la política coincidió con que salí del closet en mi casa. Mi mamá lo tomó muy bien y, a decir verdad, ella sospechaba hace tiempo que yo era gay. El único temor era qué iba pasar conmigo si contaba en el partido que era gay. Las puertas se me cerrarían. Pero terminé contándoles a mi grupo más cercano del partido. Y me aceptaron. A la larga me hice un espacio trabajando con la gente en las poblaciones y nadie me miró feo por ser gay. Ahora no sé si les cuento a Jovino Novoa o a Patricio Melero, habrían reaccionado igual. Lo más probable es que no me hubieran aceptado. En la UDI los gays no tenemos cabida. La UDI cuando habla de los homosexuales, es como si no tuviera ninguno entre sus filas. Pero los hay. No conozco ninguno -pero de seguro debe haber otros que no se han asumido por temor- pero al menos estoy yo. Y por eso quiero contar mi historia: para que todo el mundo sepa que en la UDI también hay homosexuales. Al menos uno. Y puedo decir que no me sentí respaldado por serlo. Soy uno de los afectados cuando dicen que no están ni ahí con los gay. Es doloroso ver que tus dirigentes salgan diciendo brutalidades contra los homosexuales en la prensa. Eso te va desencantando con tu partido. Por ejemplo, estoy a favor del AVP y me da una lata tremenda que mi partido vote en bloque para oponerse. Duele escuchar que los líderes del partido al que perteneces salgan con eso o hablando mal de la homosexualidad como si fuera una enfermedad rara. Es fuerte y doloroso. Es como si te pegaran un combo en la cara alguien de tu mismo grupo. Uno finalmente es gay y tienes valores. No eres un bicho raro. Tenís los mismos valores que ellos, sólo que te gustan las personas del mismo sexo y eso no tiene nada de malo. ¿Y qué me ha llevado a ser un poco más libre? La apertura del Papa Francisco en estos momentos. Cada vez que escucho al Papa termino diciendo que en la UDI somos más papistas que el Papa. Deberíamos escuchar lo que está diciendo el Papa Francisco y llevarlo al partido.

Yo, por ejemplo, tenía a José Antonio Kast como un líder de apertura, pero resultó ser de los más conservadores de la UDI. Las brutalidades que dijo en su momento eran bofetadas en la cara. Esos son los errores que no se deben repetir. Cualquier líder debería medir sus palabras para no causar tanto dolor. Le recomendaría a José Antonio Kast que meditara un poco lo que dice y viera el dolor que causa a muchas personas, entre ellos yo, sus palabras tan duras.

Todo el mundo me pregunta siempre lo mismo: ¿por qué si soy gay estoy en la UDI? Respondo siempre lo mismo: que tengo valores cristianos desde chico y cuando decidí meterme a esto fue para dar las luchas desde adentro y no desde afuera. No puedo pedir que un partido ultra conservador, con el que comparto valores, me acepte sin conocerme. Pero siento que esa pelea ya la di. Y renuncio al partido por mi homosexualidad. Me voy con el dolor de escuchar a los líderes de mi partido criticando a los homosexuales y poniendo trabas al AVP. Y me voy a RN, donde me he sentido ameno. Mi renuncia le vengo pensando desde 2011 cuando fui por primera vez a un seminario de RN invitado por un amigo. Ahí me di cuenta que en RN habían muchos gay asumidos, lo que me hizo sentir muy cómodo. Y en RN conocí a mi gran amiga Ximena Ossandón, que al contrario de lo que la prensa dice, es muy open mind. No es la libertaria más grande del mundo, pero no está cerrada al debate sobre el AVP y me hace sentir muy apoyado.

Por otro lado, me voy porque la mística de la UDI, de la que fui parte, es cosa del pasado. La UDI antigua, la de Longueira que me representa, se ha ido perdiendo. La cúpula de la UDI se olvidó de las bases y están velando por ellos mismos. La UDI de Longueira escuchaba a las bases, al Ramón de La Pintana, a la Beatriz de Estación Central, que eran los que le entregaban la información a nuestros líderes, pero ahora ellos están huérfanos y nadie los pesca.

La UDI seguirá siendo popular si se recupera el trabajo en terreno de la mano de las bases. Porque las bases siguen trabajando en las poblaciones y sintiendo la mística de Longueira. Por eso mismo, Jovino Novoa debería dar un paso al costado y cumplir con su promesa de retirarse. Deberían seguir en sus empresas, si las tiene, o irse al mundo privado. Lo mismo debería hacer Melero y Joaquín Lavín. El tiempo de ellos ya fue. O no irse del partido, pero dar su espacio a los jóvenes para que tomen las riendas del partido. Así como la izquierda le dio espacio a Camila Vallejo, por qué nosotros no. Rodolfo Carter sería un buen líder. O la Pepa Hoffmann. O Hernán Larraín. Tenemos que ir cambiando el discurso. Hay que escuchar a los chiquillos que protestan, a la gente que no tiene vivienda, porque la UDI se ha hecho la sorda. Hay sectores de la UDI que se creen dueños de la verdad, pero que finalmente no cachan nada. Y como muy sabiamente decía el alcalde Carter, tenemos un cáncer en la centro derecha que hay que extirpar para que no nos haga daño mañana. Porque hicimos un papelón en las elecciones que será recordado por siempre en la UDI, estamos tocando fondo y no hay que repetir los mismos resultados electorales”.

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