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Poder

9 de Julio de 2014

Lorenzini critica acuerdo con la Alianza: “Se cambió el corazón de la reforma tributaria para volver a la política de los consensos”

El parlamentario asegura que el protocolo de acuerdo firmado en el Senado no es una buena señal y cuestiona que se negocie con la Alianza cuando la Nueva Mayoría cuenta con votos para llevar adelante el programa de Gobierno. "Esto partió cuando los empresarios dijeron que acá en la Cámara se daban por vencidos y que se iban al Senado a doblar la mano. El fin de semana hubo inserciones en los diarios, ¿quiénes pagaron eso? Hubo demasiada presión", acusa.

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Congreso Nacional A1
No todos quedaron conformes con el protocolo de acuerdo que anoche firmó el gobierno con la oposición en el Senado para garantizar un respaldo transversal a la Reforma Tributaria. El pacto -que entre otros aspectos aumenta el impuesto a la empresas a 27%, pero que mantiene un sistema de impuestos integrados, aunque sin el Fondo de Utilidades Tributables (FUT) tal como existe hoy- generó molestia entre algunos parlamentarios de la Nueva Mayoría que ven en la firma de este protocolo el retorno de la llamada “democracia de los acuerdos” donde los grandes temas son negociados con la derecha.

Uno de los más críticos es el diputado Pablo Lorenzini, el DC que preside la Comisión de Hacienda de la Cámara Baja

Si bien la negociación implicó avanzar en puntos que ya se habían vislumbrado como complejos en la Cámara de Diputados y se logró, por ejemplo, que el tramo de pequeñas empresas exentas al impuesto de primera categoría se situara en 4.000 UF y se definiera que las Pymes que podrán acceder a beneficios tributarios son aquellas que tengan ventas de hasta 100 mil UF anuales, Lorenzini cuestionó que el consenso con la Alianza significara vulnerar “el corazón de la reforma”.

-Estoy muy sorprendido porque lo que nosotros habíamos hablado, cuando vimos este proyecto en la Comisión de Hacienda de la Cámara, que la matriz del programa de Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet era la reforma tributaria, en especial porque el Gobierno nos dejó un presupuesto para este año muy menguado que fue calculado con un crecimiento de 4.9% y estamos bastante lejos de aquello. Para los próximos tres años de Gobierno de la Presidenta necesitamos recursos y para esos necesitábamos una gran reforma estructural. En algún minuto, yo le planteé al ministro Arenas separar lo estructural de las cosas menores.

¿Y él qué te respondió?
Que no, que esto era todo un paquete y que, con contadas excepciones, todo formaba parte de un conjunto que incluía el FUT, la renta atribuida y darle más facultades al Servicio de Impuestos Internos para impedir la elusión y evasión. Él dijo con claridad que se podían ajustar las cosas pequeñas, los incentivos a la producción o los contaminantes, pero nada más. Y ahora aparecen con esto: se cambió el corazón de la reforma tributaria para volver a la política de los consensos con la oposición.

¿Qué te parece esta negociación?
La verdad, a mí me sorprende porque si se buscaba un acuerdo entonces se podrían haber hecho las cosas de forma mucho más lenta, pero dijeron que no, porque el corazón de la reforma no se tocaba y ahora sí se ha tocado, porque la renta variable es voluntaria, por ejemplo. Y el ministro Arenas había rayado la cancha diciendo algo distinto. Creo que esta no era la forma de hacerlo, y en mis cálculos no tenemos los $8.200 millones, entonces quiero que alguien me explique cómo se alcanza esa cifra, porque el ministro no es experto en calcular esto, porque sin esta plata no podemos cumplir el programa con el que nos comprometimos. Esta es una reformilla, no es lo mismo que conversamos. Igual van a estar los votos y se va a aprobar, pero no se han hecho las cosas como se prometió para que salgan todos en la foto.

La Concertación en el pasado ha sido muy criticada precisamente por allanarse a realizar cambios en sus proyectos para alcanzar acuerdos. En el pasado se dijo que era porque no estaban los votos, ¿Cuál es hoy la explicación?
No lo sé, el Gobierno decidirá qué quiere hacer. Va a pasar lo mismo en Educación. Voy a respaldar siempre a la Presidenta y creo en los consensos, pero cuando se trata de cambios estructurales, que implican un cambio de mentalidad, se esperaría otra cosa, en especial cuando nosotros tenemos el respaldo parlamentario.

¿Crees que los cambios en la reforma obedecen al lobby que realizaron los empresarios?
Es la impresión que yo tengo. Esto partió cuando los empresarios dijeron que acá en la Cámara se daban por vencidos y que se iban al Senado porque en la Cámara no podían doblar la mano. Allí se dio todo el lobby. El fin de semana hubo inserciones en los diarios, ¿quiénes pagaron eso? ¿cuánto salió? Hubo demasiada presión.

La Alianza, y en particular la UDI, también desplegó una campaña efectiva que le quitó apoyo a la Reforma.
Lo que pasa es que aquí hubo debilidad de comunicación y difusión del Gobierno, porque la UDI logró generar una imagen de que se dañaba a la clase media. La pregunta que yo me hago es en qué nos vamos a diferenciar de los gobiernos pasados si se empieza a negociar todo. Con todo el respeto a las minorías, el que gana, gana y tiene derecho a llevar a cabo su programa. Si no, hagamos también un gobierno de consenso.

¿Teme que pase lo mismo en Educación?
Claro, si ya nos abrimos estos espacios va a pasar lo mismo con otras reformas y todos se van a poner para la foto y se va retornar a las componendas políticas. Esta ya es una reformita.

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