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Planeta

4 de Agosto de 2014

Experto español y su teoría sobre las causas del incendio en Valparaíso

Miguel Ferrer Baena tiene 30 años de experiencia investigando la relación entre tendido eléctrico, aves y accidentes. En su visita al país, conoció datos de la investigación de la catástrofe del puerto y recalcó que esta teoría no tiene sustento. Además, agrega un dato inquietante: los cuerpos de los jotes podrían haber llevado más de una semana en el lugar del hallazgo.

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Los dos jotes acusados de ser los iniciadores del megaincendio de Valparaíso serían inocentes, dice Miguel Ferrer Baena, doctor en Ecología con más de treinta años de experiencia en la investigación entre tendidos eléctricos y aves. Ferrer Baena, de visita en Chile recientemente, observó algunas de las fotos en que se mostraba a los dos rapaces muertos en el Fundo Los Perales en abril pasado y opina que la hipótesis de las aves electrocutadas “no es convincente”.

El problema es que de lo poco que ha trascendido hasta ahora de la investigación que realiza el Ministerio Público sobre el origen del gigantesco incendio que en abril pasado arrasó con más de dos mil viviendas en Valparaíso (y que causó 15 muertos y miles de evacuados), la hipótesis de las aves es una de las principales explicaciones del siniestro. Dos jotes, dice esta teoría que empezó a circular a las horas de iniciado el fuego, tuvieron contacto con el cableado eléctrico al interior del fundo “Los Perales” y, al chocar con ellos, se electrocutaron; las chispas originadas cayeron sobre el pasto seco que había en el suelo, lo que originó el fuego, que -sumado a los fuertes vientos que había ese día- derivó en el megaincendio.

La hipótesis ha sido periciada por los organismos especializados de Carabineros a cargo del caso: el OS-9, el OS-5 (Departamento de Prevención de Riesgos Forestales y Medioambiente) y el Labocar, que realizaron diligencias en el fundo Los Perales, inspeccionando las aves muertas y levantando evidencia. En su momento, el capitán al mando de las pericias, Claudio Pavez, señaló que todo apuntaba a que las aves serían las causantes del siniestro, aunque sin descartar otras ideas.

Una idea polémica que el director regional de Onemi, Guillermo de la Maza, ha rechazado desde el comienzo, asumiendo que el fuego tuvo un origen humano.

Ferrer es el segundo experto español en intervenir en el caso. A los pocos días del incendio, entrevistado por la radio, lo hizo José Miguel de Pablo, un guardia forestal catalán, que señaló que este tipo de eventos es usual en algunos casos como causa de incendios, y que incluso le había tocado ver casos en que se habían visto comprometidas ardillas.

EXPERTO

Miguel Ferrer Baena, quien estuvo hace algunos días en el país, es investigador y licenciado en Biología, además de doctor en Ecología por la Universidad de Sevilla y director de la Estación Biológica de Doñana.

Con 30 años investigando la relación entre aves y tendidos eléctricos (e incendios forestales), Ferrer vino a exponer sobre prevención de muertes de aves y murciélagos en cables energizados.

En su paso por Chile, Ferrer aprovechó de interiorizarse de la tragedia de Valparaíso, donde tuvo la posibilidad de ver las fotos de las aves supuestamente electrocutadas y que habrían causado el fuego.

Ferrer, desecha de plano la teoría de los jotes, e incluso se aventura a decir que las aves podrían haber llevado más de una semana en el lugar, lo que abre una arista más a esta compleja investigación.

¿Qué sabe del incendio de Valparaíso?
-El incendio de Valparaíso tuvo una difusión internacional muy grande. Obviamente me llamó la atención, porque en algún medio de comunicación leí la sugerencia de que había sido provocado por un accidente de electrocución de algunas aves (jotes), y que este fue el foco de origen del incendio.

¿Es posible que ocurra algo así, de acuerdo a su experiencia?
-Bueno, a ver si lo explico con precisión. La mayor parte de los accidentes son por electrocución, más que por colisión. La electrocución suele ser bastante limpia, debido a que el contacto suele ser muy rápido y entre comillas, de muy buena calidad, lo que significa que las huellas que suelen dejar en las aves son relativamente pequeñas, hay que saber buscarlas para encontrarlas. Por una cuestión de física, cuanto peor sea el contacto, mayor sea la resistencia al paso de la corriente, mayor calor se genera. Así, que un extremo, es posible que aves, que hagan un contacto con la fase energizada, se produzca suficiente calor para que el ave se incendie. De eso hay casos documentados. De hecho yo he documentado casos así en España e incluso he tenido la desgracia de verlo en directo. No es que no esté descrito en la literatura, pero es muy poco frecuente. Ahora, el grueso de las “electrocuciones” hace matar de manera instantánea al ave, con muy poca generación de calor y eso es imposible que produzca un incendio. En el caso concreto de Valparaíso, lo que hay que hacer es examinar los cadáveres, porque en caso de que éstos hayan sido los causantes del incendio, las señales que tendrían que tener los cadáveres serían inconfundibles, porque tendrían que estar completamente calcinados.

¿Cuáles serían las otras características que tendrían que tener?
-La muerte se produce cuando el ave se posa en un poste y toca una de las fase. La derivación de la energía se produce en una de las alas del ave y sale por la planta de las patas. Para que un ave se incendie, lo que tiene que haber es un muy mal contacto y durante un tiempo prolongado. Eso significaría que se está produciendo una resistencia al paso de la corriente lo que genera mucho calor. Así, un ave es capaz de generar un incendio. Luego, lo que uno encuentra es la carbonización casi absoluta del ejemplar. Ninguna pluma viva, todas quemadas y pérdida de tejido en las patas. Eso puede ocurrir y está documentado, pero es un porcentaje mínimo de las “electrocuciones”. La mayoría de ellas son rápidas y no producen señales externas tan evidentes.

¿Tuvo la posibilidad de ver fotos de estas aves? ¿Cuál es su apreciación de lo que vio?
-Sobre las fotos que vi del incidente, en mi opinión demuestran con claridad que esas aves no fueron las causantes del incendio, pero eso no quiere decir que en el futuro no pueda ocurrir. Como he dicho, es un fenómeno raro, pero está documentado.

¿Por qué no cree que fueron estas aves? ¿Qué le llama la atención en las fotos?
-Una de las primeras cosas que me ha llamado la atención es que los cadáveres tienen el aspecto de haber llevado más de una semana muertos. Se supone que las fotos se tomaron poco tiempo después de desatarse el incendio, pero si uno ve las fotos, uno de los jotes queda enganchado en la parte superior del poste y la cabeza indica que ha perdido tejido y los ojos. La piel está pegada al cráneo. Eso, dependiendo de las condiciones ambientales, mínimo tiene que haber pasado una semana. Si las fotos corresponden a la fecha que se me ha dicho, sería imposible que esas aves hubiesen provocado el incendio.

¿Hay alguna posibilidad que después del contacto se haya generado una especie de llama desde el cuerpo de estas aves y parte de ese fuego haya tomado contacto con el suelo seco?
-No tengo ningún tipo de constancia de eso. Hombre, eso podría ser posible en otro tipo de especie. Cómo le llaman ustedes a los cerdos, los “chanchos”.

Por un tema de grasa.
-Exactamente, pero las aves no acumulan grasa, porque no podrían volar. La segunda cosa que hace poco creíble que esta sea la causa del incendio, es que en las fotos que he podido ver, indican un estado del plumaje muy alejado a un ave que originó un incendio. Porque no están calcinadas ni en su totalidad. Tienen pequeñas marcas de quemadura en la parte de flexión del ala, que es donde hizo el contacto con el conductor, pero en absoluto explicaría que haya originado el incendio.

¿Podría haber, desde su punto de vista, intervención de terceros en la manipulación de los cuerpo de estas aves?
-No me atrevería afirmarlo, porque sólo he visto fotos. Tendría que tener más información o hacer una inspección, pero personal. Pero insisto, esas aves que yo he visto en esas fotos, a mi juicio, no explicarían el incendio.

Pero la probabilidad que ocurra es de cuánto.
-Es muy baja. De cada mil aves que se electrocuten, quizás una puede tener un riesgo de incendio.

¿Se debería descartar esta teoría entonces?
-A mi entender, sí. No me parece convincente esta teoría. Insisto, de acuerdo a lo que yo he visto en las fotos. No está en mi alcance si éstas han sido manipuladas o no.

¿Lo han contactado personas ligadas al caso? ¿Podría aportar usted en la investigación de este incendio?
-Si se hace necesario mi asesoramiento, estaría encantando en hacerlo, porque me interesan los temas de aves y tendidos eléctricos, y cómo solucionar los problemas.

Usted tiene 30 años de experiencia, ¿cuántos incendios provocados por aves ha visto?
-Uno. He recogido cientos de aves muertas en tendidos eléctricos, pero sólo en un caso fueron los que provocaron un incendio.

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