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Poder

12 de Agosto de 2014

Crisis en la Universidad ARCIS: cómo entró y salió el Partido Comunista del negocio de la Educación Superior

Durante 10 años el PC controló la ARCIS. En sociedad inicial con Max Marambio replicó un modelo de negocios utilizado por otras universidades privadas: una inmobiliaria que compra sus inmuebles, asume su gestión y reparte ganancias. CIPER entrevistó a protagonistas de esta historia y revisó documentos en notarías y el Archivo Judicial que acreditan paso a paso cómo operó el control de la universidad desde la Inmobiliaria Libertad. CIPER confirmó que a fines de 2012, un año antes de la partida del PC, se retiraron utilidades por $530 millones. La crisis financiera tiene hoy a esa universidad paralizada.

Por

ARCIS

Por CiperChile.

En la mañana del 23 de abril de 2014, el rector René Leal se paró frente a alumnos, profesores y funcionarios de la Universidad de las Artes y Ciencias Sociales ARCIS, y aseguró que todo lo que se decía era mentira. Era la inauguración del año académico y unos 300 funcionarios llevaban tres meses con sus imposiciones impagas. Juan Aramayo, vicerrector de Gestión y Finanzas, había sido despedido por el directorio sólo días antes. Le habían “retirado la confianza”, decía el comunicado. Luego, siete directivos dejaron sus cargos. Uno de ellos fue el secretario general, el periodista Mauricio Weibel, quien denunció irregularidades y un desorden financiero que había provocado un déficit operacional anual cercano a $3.500 millones. La situación era crítica. En algunos círculos se decía que la universidad no sobreviviría; que repetiría la experiencia de la Universidad del Mar, hoy en quiebra y con un decreto de cierre a cuestas.

La inauguración del año académico era el momento para aplacar la incertidumbre de una comunidad de unos 3.000 estudiantes, 500 profesores y alrededor de 300 trabajadores. También la oportunidad para explicarles lo que venía después de que el Partido Comunista dejara de ser el controlador de la universidad. Dos entidades ligadas al PC –ONG ICAL y Ediciones ICAL limitada- abandonaron en diciembre la estructura que dirigía la universidad.

Uno de los directivos renunciados señaló a CIPER que, tras la salida de las dos entidades, se revisaron los documentos contables y se descubrió que la universidad no contaba con centros de costos, por lo que no se sabía el detalle de ingresos y gastos en sus distintas unidades; que los balances y estados financieros se completaban con la contabilidad de ingresos por adelantado para presentar resultados positivos; que el descontrol interno permitió que cada año aumentaran la planta de funcionarios y, con ello, el déficit operacional, y que al menos el 70% de los $7.000 millones de activos circulantes declarados correspondía a deudas incobrables.

El rector René Leal nada dijo de todo eso en su discurso. Sólo reconoció que la situación era “compleja, pero superable en la medida que todos hagamos la pega”. También dijo que la universidad seguía siendo viable y que, si todos se mantenían unidos para enfrentar un nuevo proceso de acreditación, serían “invencibles” (ver discurso completo).

Lo que pasó en los siguientes tres meses y medio sólo agravó la crisis debido al desarme de la estructura de control y propiedad que manejaban hasta diciembre pasado la ONG Instituto de Ciencias Alejandro Lipschutz (ICAL) y la sociedad Ediciones ICAL Ltda., ambas estrechamente vinculadas al PC.

Sigue leyendo el reportaje en este link.

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