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Cultura

30 de Agosto de 2014

Ulises Contreras, el primer princeso chileno: “Los princesos somos alienígenas encubiertos”

Tiene 23 años, un hijo de tres semanas y una polola con la que lleva casi dos años. Vive en Conchalí con sus papás, no estudia y trabaja como operador de una empresa de telefonía. Es fanático de Justin Bieber y hasta hace poco era uno de los dobles oficiales de Zayn Malik, uno de los integrantes de One Direction, que le hizo ganar más de cien mil fans en Facebook. Ahora se define como princeso, una nueva moda que agrupa a jóvenes que se creen lindos, hipersensibles, cariñosos, que no les interesa el sexo, se desviven por las mujeres y no se separan del espejo.

Por

Ulises-Contreras

foto: alejandro olivares

Antes de ser princeso, ¿qué eras?
-Era belieber boy. O sea, seguidor de Justin Bieber. Los princesos somos una evolución de los belieber boy. Soy princeso hace unos dos años.

¿En qué se diferencian los princesos de los belieber boy?
-Los belieber boy no son tan sensibles. Son más duros para sus cosas. Son más al choque.

Son como Justin Bieber que anda metido en drogas y con putas.
-Claro. Pero de ahí saltamos nosotros. Somos su evolución. Los princesos somos más de piel, más buena onda, más sensibles. Ellos son más pesados, más engreídos, se creen más el cuento. Yo no soy tan creído. Nosotros hacemos de todo pa agradar a las mujeres. No somos ese macho bruto que conquista a la fuerza aunque los hayan rechazado. Nosotros somos rechazados y no molestamos más. En cambio, el bruto sigue con la lesera. Quiere sexo y listo. Los princesos somos mamones.

¿Cómo así?
-Es que somos como una mujer, pero en versión hombre. Somos mamones, porque hacemos casi lo mismo que hace una mujer pero más macho, más suave, ja, ja, ja. Nosotros les hacemos la comida a las mujeres. La cama, también. No me gusta que gaste fuerzas en vano. Yo no dejo que haga nada de nada.

Son bien anticuados los princesos.
-Los princesos somos alienígenas encubiertos, ja, ja, ja. Somos de la antigüedad pero en el siglo XXI.

¿Cómo es eso?
Somos del tipo de hombre que está en extinción. Somos románticos, de mandarles cartas de amor, con hartos colores, a las mujeres que queremos. De mandarles flores, invitarlas a comer, comprarles chocolates. Todo ese tipo de cosas. Ser princeso no es una pose. Uno nace con estos pensamientos. El princeso nace, no se hace. Ser princeso no es una moda. Es un estilo de vida. Es más piola. Somos reservados para nosotros. De hecho, los princesos no son de hablar públicamente. Yo debo ser de los únicos princesos en Chile que han dado entrevistas. A nosotros igual nos discriminan. Piensan que somos homosexuales. Y no es así. Nos gustan las mujeres y hacemos todo por ellas.

¿Quiénes los discriminan?
-Los locos grandes. Viejos de 30 años para arriba. Les pica eso. Es envidia a lo mejor, eso creo.

EL ESPEJO

¿Qué tan obsesionados están los princesos de su cuerpo?
-La verdad es que los princesos somos muy obsesionados con el cuerpo. Nos gusta estar en un buen estado físico. Somos de salir a correr, de ir al gimnasio. Pero nunca apegados a los músculos. Soy de echarme harta crema. Soy de afeitarme, me diseño la barba, me saco las cejas.

Como los extintos wachiturros
-Claro, que también se sacaban las cejas y se vestían parecido. Pero, la verdad, es que no discrimino a los flaites ni nada. Pero no me gustan los wachiturros. Los princesos no somos flaites. Ni tampoco somos la evolución del wachiturro. Somos elegantes.

¿Qué tan apegados son los princesos al espejo?
-Los princesos somos muy apegados al espejo.

¿Qué tanto?
-Una vez leí que los princesos eran como una princesa pero versión homosexual. Pero eso no lo comparto. No soy gay ni nada. Somos hombres pero más delicados. O sea, puedo ver a un cabro bien vestido, encachao, y digo: oh, qué se ve bien. Es como cuando veo fotos de Justin Bieber y pongo un comentario que puede sonar medio gay, ja, ja, ja. Es que se ve bien. Es bien rico. Pero lo digo de cariño. Es mi ídolo.

¿Qué te gusta de él?
-Su estilo, su forma de ser, su físico, su pelo, su cara. Me gusta lo que publica en su página, las fotos que sube. Me gusta sacarme fotos como él. Llevar su jopo. Justin tiene una actitud especial. Es raro. Es arrebatado. Le gusta ser el centro de la atención. Y nadie más. Él quiere brillar solo.

¿Qué te parecen sus escándalos?
Si él quiere hacerlo, que lo haga, es su vida. Sigo siendo fanático y no me pierdo sus conciertos. La última vez que vino estuve cerca suyo. Quería sacarme una foto con él, pero cobraba 500 lucas por una foto, muy caro, así que no. Nunca tanto.

¿Cuántas veces al día te miras al espejo?
-Todo el día. O sea, en el baño fácil puedo estar una hora mirándome al espejo. No me aburro de verme y de estar arreglándome el pelo. Ando en la calle y si veo un auto, me quedo como una hora mirándome en el espejo hasta que no se me corra ni un pelo. Siento que si se me para un pelito, me veo feo.

¿Te encuentras bonito cuando te miras en el espejo?
-Sí. Los princesos somos demasiados bellos, incluso, para una mujer, ja, ja, ja.

¿De verdad así se sienten los princesos?
-Sí. De verdad. No es por creernos lindos o perfectos, sino que sentimos que somos bellos por dentro y por fuera.

¿No te molestan por pasarte mirando al espejo?
-Sí, mis papás me dicen que parezco mujercita, ja, ja, ja. De repente mis amigos en el trabajo me dicen “por qué te mirai tanto en el espejo, princesito”. Mi polola me dice “ya te estai mirando al espejo, ni yo que soy mujer me miro tanto”. De hecho, mi polola se arregla menos que yo.

¿Le sacas las cosas?
-Sí, las cremas, las pinzas, la plancha de pelo para alisarme el jopo. Ha sido mi amor el espejo. Estoy enamorado del espejo, ja, ja, ja.

¿Qué sientes cuando te miras en el espejo?
-Siento felicidad, tranquilidad, paz. Me relajo y no me aburro. Yo no puedo salir sin mirarme en el espejo. Tampoco puedo salir sin estar bien arreglado o sin mis cremas para la sequedad. Es que no me gusta salir feo a la calle. Si no me arreglo, siento que la gente me mira y dice: oh, qué feo. Siento que me encuentran con alguna imperfección.

El día que se te pierda el cosmetiquero, será el fin del mundo para ti.
-Ja, ja, ja. Me muero. De verdad me muero. Si se me pierde, no salgo a la calle y me quedo encerrado.

Los hombres chilenos no son mucho de arreglarse
-No, poh. Les falta. Salen todos desordenados, todos feos. Somos pocos los que nos arreglamos. A ninguna mina le gusta un mino desordenado, hediondo, y despeinado.

¿Cuánto gastas en vestirte?
-No gasto mucho, pero no es cualquier ropa tampoco la que me compro. Los pantalones me los mando a apitillar con una señora. Porque los apitillados que venden son entero apitillidados. Y los que usamos son bombachos. O sea, son apitillados de la rodilla pa abajo. Son como los que usa Justin Bieber.

LAS MUJERES Y ZORRONES

¿Qué tan sensibles son los princesos?
-No soy de enganchar al tiro. A mi polola la conquisté con cartas de amor de tres hojas. Somos de llorar por una mujer. Somos lo opuesto a los zorrones. A ellos les gusta enganchar a las minas y después chao. Pero no les resulta mucho, porque quieren altiro algo y los princesos no. Los princesos necesitamos tiempo para tratar de conquistar, conocer a la persona, ahí uno empieza a usar la táctica de las cartas, las flores, de ir al cine, de ir a comer algo rico, una pizza.

¿Por qué no eres zorrón?
-Nunca me sentí identificado con ellos. Ellos no tienen vergüenza de nada. Le gusta hacer todo altiro. Le gusta bailar, salir a la disco, estar con más mujeres. A nosotros nos gusta estar en una parte tranquila, que no hayan tantas personas, sin mucho ruido.

¿Y a las mujeres les gusta la onda de los princesos?
-A ellas les gusta nuestro estilo. No nos discriminan. Porque buscan a hombres más románticos, más elegantes, más simpáticos.

¿Cómo tratan a las mujeres los princesos?
-Me carga los hombres que las manduquean. Es como aprovecharse de los más débiles.

¿Para ti las mujeres son más débiles que los hombres?
-Sí. Las mujeres siempre han sido la raza más hermosa, única y sensible de la tierra. Son la creación más hermosa de Dios. Por eso hay que atenderlas bien. Yo soy de abrirles la puerta al estilo de película antigua. No me gusta que ellas gasten fuerzas. Al revés: no me gusta que me traten como príncipe, sino que yo las trato como princesas. Somos casi esclavos, ja, ja, ja.

Son bien macabeos los princesos.
-Así es. Pero los princesos somos macabeo nivel Dios.

¿Eres de rascarle los pies?
-Ja, ja, ja. Pero onda extremo. Hago caso en todo a mi polola. Lo único que no le hago es el desayuno. Por mí que no haga nada. Prefiero sacarme la mierda yo a que se la saque una mujer al frente mío.

Y antes de ser princeso, también eras macabeo.
-La verdad es que no. Es que no llegaba la indicada. Sufrí mucho en el amor. Anteriormente, la pasaba mal. Nunca me supieron valorar de verdad. Pero ahora es distinto. Yo creo en el amor verdadero hasta viejitos.

¿Cómo te gustan las mujeres?
-Que sean piola, de casa, que no usen escotes y que usen la falda debajo de la rodilla. De verdad. No dejo que mi polola ocupe faldas arriba de la rodilla y prefiero que use una blusa con botones arriba de sus bubies.

¿Por qué no?
-Porque no. No me gusta que los viejos verdes la miren con esa cara como diciendo la violaría. Soy un defensor anti calientes. No me gusta que las minas anden mostrando su cuerpo. No las discrimino, pero se ve feo. Son como ofrecidas.

¿Qué te hace pensar eso?
-Por sus vestimentas, es como provocar. Les gusta eso. Y después andan reclamando porque las llaman pu…

Eso es bien machista.
-No. Es mi forma de ser. Los princesos huyen de las mujeres fáciles. Pero tampoco creo que las mujeres sean todas fáciles. No es tan así.

MÚSICA MAMONA

¿Es verdad que los princesos escuchan puras canciones mamonas?
-La verdad es que sí. Escuchamos música romántica, lenta.

¿Qué escuchan?
-Luis Fonsi, Arjona. De reggeaton no escuchamos nada. No nos gusta.

¿Por qué no?
-Los temas son muy perturbadores. Es que tratan muy mal a la mujer, la discriminan mucho. No las llaman por su nombre. En el reggeaton la mujer es pa puro tener sexo. Y la vida no es puro sexo. También hablan de drogas, de peleas. No me gusta nada.

¿No perrean tampoco?
-No perreamos. O sea, perreamos a nuestro estilo con nuestra música.

Uno de los principios de los princesos, como sale en internet, es que prefieren llegar vírgenes. Cosa que tú no hiciste, porque fuiste papá hace tres semanas.
-Me salté ese mandamiento, ja, ja, ja.

¿Pero por qué el sexo para los princesos no es lo más importante?
-El que quiera tener sexo tiene que ser real. Y no por cualquier cosa…

¿Qué piensan de las drogas los princesos?
-Yo no me drogo, no tomo. He probado marihuana pero no me gustó y nunca más la probé. Lo hice porque mis amigos lo hacían y quedaban felices y hablaban tonteras. Los princesos somos más piolas. No andamos metidos en esas cosas.

¿Dónde se juntan los princesos?
No somos de ir a discos. Hay muchas peleas. De repente podís estar bailando con una niña, podís tener la mejor intención, y de repente de la nada aparece el pololo y queda la embarrada. No me gusta eso. Yo me junto con más princesos en mi casa.

¿De qué hablan?
-De la vida, de cómo nos ha ido, jugamos consolas. También de la pinta y de la demás gente. De cómo se visten, si se ven más o menos, somos como las minas cuando se juntan a pelar.

¿A los princesos le interesa la política?
-La verdad, no. Es que no sé de qué se trata. Lo que pasa en el país, sí me interesa. Como el tema de los lanzas que andan puro robando. O el de la discriminación que debería frenarse. Somos todos patriotas del mismo país y debería haber apoyo hacia los gay. No estar en contra. La homofobia es penca.

¿Qué piensan los princesos de la educación?
-Na qué ver que estén cobrando en la educación si en otros países es gratis, como en Estados Unidos, donde nadie paga nada. Aquí también debería ser así. Nosotros apoyamos el movimiento estudiantil, pero no dejamos la escoba, no tiramos piedras ni rompemos cosas.

¿Vas a las marchas?
-Sí, voy con mi letrerito. A las próximas que vaya, le voy a colocar: los princesos también estamos por la educación gratis.

¿Estudias?
-Salí de cuarto. Quería estudiar diseño gráfico en la Mayor, pero no me sentí preparado. Es que es distinta la universidad. Son todos grandes, todos buenos pal carrete, hay muchos divos ahí. Tenía amigos que me contaron todo eso y no me gustó mucho. O sea, igual quiero terminar mis estudios más adelante. Y lo otro que no me gusta que cuando llegan los nuevos, los hacen pintarse, los ensucian, los hacen caminar por la calle a pies pelados. No. Horror. Y uno que se arregla tanto para terminar hecho pebre, no podría, ja, ja, ja.

¿Cómo vive un princeso?
-Como cualquier persona, pero a mí me encanta el orden, que esté todo perfecto en su ubicación: la ropa, la cama hecha, ni un papel botado. Todo decorado con flores. Cosas así.

¿Y sueñas con lujos de príncipes?
-Siempre he soñado con un castillo hermoso que tenga un dragón de mascota. Y todo de una hermosa madera brillante por dentro, como la casa del Hobbit, que me encanta.

¿En qué trabajas?
-En una empresa de celulares en Ciudad Empresarial. Soy operador. Veo los últimos modelos, si llegan bien con todas sus cosas.

¿Tus papás que hacen?
-Mi papá trabaja con mi hermano mayor en una rentacar. Mi mamá es dueña de casa.

¿Qué te dicen en tu casa por ser princeso?
-Me molestan, se ríen. No dicen nada malo.

¿En tu casa te tratan como princeso?
-La verdad es que no. Me hacen trabajar. Soy como un ceniciento, ja, ja, ja.

¿Te gustaría llegar a la tele?
-Sería mi sueño estar en esos matinales de las mañanas. O en algún programa juvenil comentando las cosas que le pasan a los famosos. Algo así como Primer Plano.

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