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Opinión

5 de Noviembre de 2014

A construir comunidades universitarias con más democracia y más participación

La crisis del sistema de educación superior chileno, que tiene hoy a varias instituciones cuestionadas, es una clara demostración de que se requiere construir un nuevo Sistema Nacional de Educación Superior Público. Necesitamos cambios de fondo, cambios reales y no maquillar un modelo moribundo.

Nicolás Fernández
Nicolás Fernández
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marcha estudiantes 8 de mayo 8 A1

El movimiento estudiantil ha logrado este año un avance importante: el proyecto de Ley que deroga el DFL-2. Este decreto con fuerza de ley es el que prohíbe la organización estudiantil y democracia dentro de las instituciones de educación superior, especialmente las universidades privadas. De aprobarse este proyecto -cuestión aún pendiente-, se nos abriría una puerta para avanzar hacia la consecución de las demandas históricamente exigidas dentro del Movimiento Estudiantil. Esto es, democratizar las instituciones y construir una educación pública, gratuita y de calidad.

Para que lo anterior sea posible, requerimos un movimiento estudiantil empoderado, que se haga responsable de romper los cerrojos institucionales y abrir canales de participación. La crisis del sistema de educación superior chileno, que tiene hoy a varias instituciones cuestionadas, es una clara demostración de que se requiere construir un nuevo Sistema Nacional de Educación Superior Público. Necesitamos cambios de fondo, cambios reales y no maquillar un modelo moribundo.

Un nuevo Sistema Nacional de Educación Superior Público, debe permitir la participación de los actores involucrados (académicos, estudiantes y trabajadores) en la gestión de las instituciones. Podremos discutir sobre las características de los planes de estudio, nuestros perfiles de egreso, la idoneidad de los recursos de enseñanza e infraestructura, las condiciones en que se imparte la docencia, entre otros aspectos. Se trata de construir efectivamente comunidades universitarias y no meras fábricas de profesionales que salen a un mercado laboral incierto con disímil calidad de la formación recibida.

Un nuevo Sistema Nacional de Educación Superior Público, debiera acoger a todas las instituciones que cumplan con una serie de requisitos que definan su condición de pública. Entre ellos se tiene que contar con un sistema de acceso irrestricto, democracia interna, orientación social del conocimiento, gratuita y laica. De este modo, ensancharemos las fronteras de la educación pública, aumentaremos la cobertura de este sector y eliminaremos la mercantilización y el lucro que tanto daño han hecho a nuestra educación y al país en su conjunto.

Hoy, la matrícula del sector privado es mayoritaria. Tenemos que ser capaces de hacernos parte del proceso de cambios que la sociedad chilena demanda. Tenemos que atrevernos a ser protagonistas de nuestro tiempo. En esta tarea, todas las manos sirven. No nos podemos restar a construir una sociedad más democrática, más justa y más igualitaria.

*Nicolás Fernández
Estudiante y Consejero de Facultad de Psicología, Universidad Diego Portales.

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