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Cultura

15 de Diciembre de 2014

Investigación revela cartas inéditas entre Pablo Neruda y Salvador Allende

La próxima semana se presentará en Santiago la primera investigación sobre la relación entre ambos, en la que se incluyen 15 cartas que intercambiaron entre 1969 y 1973. En el trabajo, la pregunta central es “¿Cómo dos hombres de la misma generación, de orígenes sociales distintos —Allende de la pequeña burguesía y Neruda de clase media baja—, llegaron a defender con tanta fuerza una misma ideología política en los años 70?”.

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El autor del ensayo Pablo Neruda y Salvador Allende. Una amistad, una historia (Editorial RIL)”, Abraham Quezada, asegura que la dimensión epistolar “es la forma más pura de la autobiografía”, y que en este caso las misivas dan cuenta de una franca amistad y complicidad política. “Con las cartas queda en evidencia la cercanía entre ambos, no solo por los reconocimientos, saludos y visitas, sino también porque están atentos a aspectos privados del otro, como las fechas de cumpleaños y las de sus respectivas cónyuges. Se esmeran por conocer los estados de salud, intercambian opiniones, se aconsejan”, dijo al diario El País.

Entre las cartas está la que escribió Neruda en septiembre de 1970, cuando Allende ganó las elecciones presidenciales: “Querido Salvador, no he ido a felicitarte porque he estado felicitándome. Supongo que desbaratamos la conspiración. Esto prueba que hay que pegarles fuertes. Ya vendrá el momento”. En la misiva además le dice que “deberíamos invitar a algunos intelectuales extranjeros al cambio de mando. Para esto me gustaría conversar contigo, someterte una lista probable. Pero habría que hacer invitaciones desde ahora o mandar alguien. Yo puedo invitar por telegrama”. Asimismo, Neruda invita a Allende a celebrar juntos las fiestas patrias: “El 18 comeremos un ciervo que preparará Matilde. Si vienes con Tencha sería espléndido para celebrar un triunfo a pleno ciervo. Abrazos entre los abrazos, Pablo”.

Otra carta que figura en la obra es una escrita por Neruda como embajador en Francia, cargo que asumió a comienzos de 1971. En ella le informa a Allende de una oficina comercial ligada a las anteriores autoridades democristianas que podría haber encubierto una caja electoral. “Es altamente irregular y debe ser saneada”, señalaba el poeta, saltándose toda la línea de mando de la Cancillería. “Esta carta es confidencial y para el uso personal del compañero presidente (…) Van dos anexos importantes. Un gran abrazo para la Tencha y para ti mis deseos mejores. No podríamos tener mejor Presidente. Pablo Neruda”, termina el escrito.

El historiador indica que “el poeta solía terminar sus misivas estimulándolo políticamente”, y que ambos tenían muchas cosas en común, como “un profundo interés social, el gusto por la comida y el coleccionismo, la costumbre de dormir siesta. Pese a no ser agraciados físicamente, los dos también eran seductores y hombres de muchas mujeres”.

El ensayo también contiene cartas del presidente al Nobel. Según Quezada, “la redacción y estilo epistolar de Allende es, en general, de fraseos breves, pero emotivos”. Cuando escribe a mano, señala, “lo hace con una letra enmarañada, de difícil lectura, propia de un médico, quedando la impresión que escribía como hablaba”. Por ejemplo, en junio de 1972 le escribe al poeta, -entonces radicado en París-, preocupado por su delicado estado de salud. “Pienso sería bueno para ustedes Isla Negra —el calor del pueblo, el Partido, el terruño— y los amigos de siempre”, le aconsejó.

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#Allende#epistolario#Neruda

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