Los cuestionamientos que caen sobre Peñailillo en medio de las crisis Caval y SQM

Los jóvenes ganan partidos y los hombres, campeonatos, sostiene un dicho futbolero que se refiere a cómo prima la experiencia en los momentos de crisis, de tensión, donde hay que salir jugando, donde hay que poner la pelota contra el suelo.

La analogía puede ser básica para extrapolarla a la política, pero no es menos válida para analizar el momento por el que atraviesa el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, a quien le han enrostrado falta de experiencia (política) para contener los negativos efectos que han provocado en la figura de la Presidenta Bachelet y del gobierno los casos Caval y SQM.

En un artículo publicado este viernes, la revista Qué Pasa da cuenta del complicado escenario que enfrenta en estos momentos el jefe del gabinete, quien pasó de ser uno de los escuderos y regalones de la Jefa de Estado a candidato a dejar el gabinete cuando se produzca la ya esperada movida de las piezas.

La publicación sostiene que por estos días el patio de los Canelos -ubicado en el ala nororiente de La Moneda-, espacio que comparten la Subsecretaría del Interior y el Ministerio del Interior es apodado “Kosovo”, haciendo alusión a que las bombas que estallan a diario en Palacio tiene como parangón el territorio ubicado en la península de los Balcanes, en el sureste de Europa, donde a fines de los 90 se desarrollaron sangrientas guerrillas.

Las dos bombas que cayeron esta semana fueron: primero, el sueldo de la consuegra de Bachelet en la Junji (la madre de la connotada Natalia Compagnon) , y en segundo lugar, quizás con harto más alcance, la aparición del subsecretario de la Segegob, el radical Rodolfo Baier en la lista de contribuyentes que entregó boletas a SQM.

Si bien el primer caso fue contenido y no pasó a mayores, y el segundo -explicación de por medio-, por lo pronto no tuvo un efecto dominó,
Qué Pasa sostiene que a Peñailillo se la crítica por no haber sido capaz de controlar la crisis que mantiene a la Mandataria en uno de sus momentos más bajos en popularidad, como reflejó la encuesta Cadem de principios de esta semana, donde la figura de la Jefa de Estado aparecía con un respaldo de 30% y un rechazo del doble.

Según la revista, desde Palacio señalan que Bachelet sólo está esperando que tanto la DC como el PS renueven sus directivas para comenzar a armar el nuevo gabinete, donde se espera que pueda volver algún emblemático de la Vieja Guardia.

Al igual como pasó en el primer mandato de la Jefa de Estado, suena fuerte la tesis de que algún político de esa Vieja Guardia aterrice en Interior, desde donde se suelen apagar los incendios.

En varios sectores del oficialismo ven como una oportunidad la coincidencia de que la crisis se produce justo cuando José Miguel Insulza deja la Organización de Estados Americanos (OEA) para regresar al país, y no sólo eso, sino, como él mismo lo ha señalado, para volver a la política nacional. Tal escenario ha alimentado rumores de que el “Panzer” pudiera volver a Interior, sostiene textualmente Qué Pasa.

“El país demanda una clara conducción política que abra una nueva etapa para resanar la democracia nacional”, advirtió el miércoles José Antonio Viera-Gallo, en el Diario Financiero.

“Nadie está protegiendo la figura presidencial”, advierte un alto dirigente de la Nueva Mayoría, volviendo a plantear subyacentemente que el jefe del gabinete no ha tenido el peso para contener la crisis.

El caso SQM

Mientras el río parece estar bastante revuelto en Interior, en Palacio cunde la preocupación por la magnitud que podría tener el caso SQM, que como dijo el propio diputado DC, René Saffirio, le pega a la política de manera transversal y por montos mayores que los de Penta.

En sectores más conservadores de la Nueva Mayoría culpan a Peñailillo de haberse aprovechado de la crisis de la UDI por el caso Penta, sin calcular que la centroderecha haría todo lo posible por tratar de empatar el partido, lo que parece tomar forma con SQM.

“Los aportes empresariales que recibió Bachelet en la última campaña eran un secreto a voces, y Peñailillo debería haber tendido una mano a la UDI, no pegarles en el suelo, y haber buscado un acuerdo político”, señala un asesor del oficialista.