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Opinión

22 de Mayo de 2015

Columna: Giovanna

Se me perdió el celular y lo recuperé es increíble lo recuperé el mismo día en la noche y lo perdí a la hora de almuerzo llegué a la casa quise ver la hora y ahí me di cuenta di vuelta mi bolsa como cien veces los bolsillos de mi maldita y resbalosa chaqueta o […]

Claudio Bertoni
Claudio Bertoni
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valparaiso A1
Se me perdió el celular y lo recuperé es increíble lo recuperé el mismo día en la noche y lo perdí a la hora de almuerzo llegué a la casa quise ver la hora y ahí me di cuenta di vuelta mi bolsa como cien veces los bolsillos de mi maldita y resbalosa chaqueta o chaquetón de bolsillos poco profundos y los bolsillos del blullín y nada

y hasta en lugares raros en los que no había estado en el baño en la cocina debajo de la cama o enchufado en el cargador como hace dos días como me olvido de casi todo a lo mejor lo había dejado cargando en el enchufe quebrado del refri que ahora no está pero las buenas huinchas por supuesto no había nada y yo me tiraba las mechas sobre todo por algunos mensajes de texto tuyos por supuesto que mantenían fresca la pasión y la ira y otros requete bonitos por ejemplo de la Marisa

y de la enfermedad y operación de su papá y mejor no sigo y ya estaba oscureciendo y yo andaba por el patio tratando de aliviar mi rabia y pena juntas y vergüenza también porque me acuerdo una película de Woody Allen en que un personaje cada vez que entraba en la casa de un amigo o en cualquier casa que no fuera la suya lo primero que hacía era preguntar si había teléfono e inmediatamente telefoneaba no sé dónde a su oficina supongo y decía me encuentro en el tanto y tanto

y me acuerdo haber pensado pero qué tipo más imbécil amarrado todo el tiempo ubicable todo el tiempo y ahora yo no voy ni al baño sin el celular cuando en eso veo que alguien me hace señas desde la reja y hay un auto detrás con las luces internas y externas encendidas y al principio no sé quién es sobre todo porque su cara está justo detrás de los fierros paralelos y con la noche y los reflejos no se ve muy bien pero al fin la distingo es la G nos conocimos justo en una liebre Ositos también y nos hicimos amigos

y me regaló una planta lindísima con unas flores o frutas como lamparitas chinas que se llama physalis (fui a buscar el papelito donde sale su nombre) la que además reduce el colesterol tiene un alto contenido de fibra fortifica el nervio óptico y es eficaz en el tratamiento de las cataratas es antioxidante tranquilizante y cien cosas más pero ahora la G me trae unas galletas en una bolsita y una nota que no pude encontrar para citar aquí también tres deliciosas galletitas que me comí apenas se fueron con su mamá unas galletitas de naranja y chocolate recién horneadas

y le cuento a la G mi tragedia que estoy casi seguro se me cayó en la liebre o micro cuando me saqué la chaqueta para sacarme el suéter porque iba del lado de la ventanilla con todo el sol en la cara había salido de Concón nublado y con frío y ahora resulta que hacía más calor que los 3 chanchitos ahí yo creo se me resbaló y cayó pero es un celular antiquísimo de esos pesados y que no sirven nada más que para llamar y ser llamado y debía sonar si se caía además que después me cambié de asiento y alguien más lo habría visto y aunque fuera malandrín o malandrina jamás se lo quedaría porque no le serviría de nada con las letras y los números borrados casi por completo en fin le conté todo esto a la G

y nos despedimos y yo abrí casi altiro el netbook para ver si habían mails de la M o de la A o del Guido para saber qué cresta pasaba con el asunto de la Carta y de Sentado en la Cuneta cuando me encuentro con un montón de signos de exclamación seguidos de un “Celular!!!” era la G había llamado a mi número le había contestado una señora que le dijo que había encontrado un celular hecho pedazos en la vereda en Playa Ancha y lo había rearmado que lo podía pasar a buscar cuando quisiera y lo otro increíble es que la G iba con su mamá justo para Playa Ancha después que hablaron conmigo además la suerte o coincidencia que justo ese día y a esa hora hayan horneado recién esas galletitas (estaban tibias todavía) y le haya dicho a su mamá ¿por qué no pasamos un ratito donde Claudio y le dejamos unas galletitas con un papelito (claro que sí, muchos diminutivos) en el que le digo además que no se preocupe que ya voy a desocupar el libro que me prestó para la tesis?

y la suerte también de que haya estado paseando en el jardín porque si no me veía habría dejado la bolsita con las galletas colgada en la reja y yo no le habría contado nada de lo que le dije y no tendría ahora mi magullado Nokia aquí al lado ni habría escrito esta columna de un rún de las puras gracias que quiero darle a la Giovanna.

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