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Opinión

22 de Octubre de 2015

Columna: Memoria es futuro

Hoy, después de la aprobación de la construcción del Memorial de Providencia, del triunfo de la memoria por sobre el olvido, de la vida por sobre la muerte, de lo colectivo sobre lo individual, de la participación por sobre las decisiones autoritarias, de la perseverancia por sobre la inmediatez, siento que somos un poco mejor […]

Javiera Parada
Javiera Parada
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Hoy, después de la aprobación de la construcción del Memorial de Providencia, del triunfo de la memoria por sobre el olvido, de la vida por sobre la muerte, de lo colectivo sobre lo individual, de la participación por sobre las decisiones autoritarias, de la perseverancia por sobre la inmediatez, siento que somos un poco mejor país.

La aprobación del Memorial de Providencia nos habla de un nuevo Chile que está emergiendo hace un rato y que por mucho que algunos se opongan, se está constituyendo.

Un Chile que quiere construir a partir de la memoria, aprender de la experiencia pero no quedar inmovilizado por ella; un Chile que se organiza y que cree en la multiplicidad de talentos; un Chile que cree en el diálogo, en la fuerza de las razones, en la belleza de la discusión y de la construcción de un relato común que nos constituya como comunidad; un Chile que no le teme a la democracia y que aunque está convencido de sus argumentos, hace imprescindible que estos pasen por los ritos democráticos de los que libremente nos hemos dotado; un Chile que construye desde lo local, para ir creando identidad.

Ciudad Elefante se formó el año 2007, yo venía llegando de Barcelona y me invitaron a ser parte de este colectivo que buscaba conmemorar la fecha del secuestro del Santiago, Manuel y José Manuel con una celebración de vida. Es así como decidimos expandir el acto del 29 de marzo a otros lugares de Santiago e instalamos una feria y un acto cultural en Plaza Brasil. Desde ahí subimos marchando hasta El Vergel con Los Leones, donde terminamos el rito. Fue un acto lleno de colores, de esperanza y de discursos que anunciaban que el espíritu creativo, generoso y solidario de nuestros muertos, seguía más vivo que nunca.

Me llamó la atención en ese entonces, que los integrantes de Ciudad Elefante eran, en su mayoría, más jóvenes que yo. O sea, eran niños pequeños cuando el crimen ocurrió. Fue en ese momento que nació la idea del memorial. Imaginen la fuerza y hermosa tozudez de estos jóvenes guardianes de la memoria.

También es notable el proceso participativo por el que ha pasado el memorial: se llamó a concurso a público para elegir el proyecto y éste mismo fue sometido a distintas consultas y diálogos con los vecinos, para finalmente ser votado por el órgano representativo de la comuna, el Concejo Municipal. Este proyecto es una muestra fehaciente de que la participación no sólo es posible, si no también necesaria y, me atrevería a decir, imprescindible, cuando atañe a decisiones tan importantes para una comunidad.

El Memorial de Providencia es un triunfo del futuro y de las nuevas generaciones, de las que aspiran poder construir un país donde podamos mirarnos a los ojos y no negar los horrores que vivimos, para nunca más repetirlos.

Gracias Ciudad Elefante, gracias Alcaldesa Josefa Errázuriz, gracias concejales Rodrigo García, Nicolás Muñoz, Jaime Parada y Daniel Silva, gracias a todos los que se movilizaron para decirnos que sin memoria, aunque duela, no hay futuro. 

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