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Mundo

29 de Octubre de 2016

La inédita historia de Sugar Weasel, el payaso escort que le gusta seguir el sueño americano a su manera

Los payasos han ganado relevancia mundial porque se dedicaron a salir a las calles a asustar a distintos ciudadanos alrededor del mundo por pura maldad. Incluso, hay países donde esto se salió de las manos y hubo malas experiencias, desde ataques con armas blancas hasta peleas callejeras. Sin embargo, no todos son así porque también existen algunos que se dedican a esta profesión y prefieren hacerse conocido de otra manera.

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Los payasos han ganado relevancia mundial porque se dedicaron a salir a las calles a asustar a distintos ciudadanos alrededor del mundo por pura maldad. Incluso, hay países donde esto se salió de las manos y hubo malas experiencias, desde ataques con armas blancas hasta peleas callejeras. Sin embargo, no todos son así porque también existen algunos que se dedican a esta profesión y prefieren hacerse conocido de otra manera.

Sugar Weasel es uno de ellos. Este es un payaso que reside en Estados Unidos, cuyo nombre sin el maquillaje blanco y la nariz roja es Doug Wright. También es uno de los pocos escort que es oriundo de la ciudad de Austin, pero que trabaja mucho en Las Vegas para ganarse el pan. A pesar de que se dedica desde los años noventa a esta profesión, sólo hace poco tiempo está más enfocado a hacer otras cosas relacionadas como organizar conciertos, sesiones de fotos, despedidas de solteras y a trabajar en el rol de dominatrix.

En una entrevista con el Portal Vice, Sugar relata cómo fue su pasado antes de que se convirtiera en un payaso escort.

“Nací en Míchigan y vengo de una larga tradición familiar de artistas y cirqueros. Mi abuelo huyó de casa, literalmente, cuando tenía 14 y se unió a un circo. Tengo un acto de ventrílocuo bastante enfermo que llevo haciendo desde que era niño; mi muñeco se llama Harold Mancock III y lo hago decir todo tipo de vulgaridades, maldecir con palabras inventadas, y me salgo con la mía diciendo que tuve el síndrome de Tourette o alguna otra enfermedad”, explica.

Asimismo, el hombre de poca ropa y cara empolvada entrega más detalles de cómo fue que llegó a ser escort en el país donde los sueños sí se cumplen.

“He trabajado de payaso por más de 20 años. Al principio, fingía tener ataques del corazón o suicidarme, por lo general a expensas de personas inocentes que creían haber contratado a un payaso cristiano. Lo de ser escort vino después, cuando estaba trabajando en un club para hombres y las strippers me echaban los perros”, dice Sugar sobre los inicios de su profesión.

“¿Además de tener un pene enorme? De hecho, creo que eso es todo. Tengo una clientela muy diversa: recién divorciadas, novias, punkeras y mujeres casadas con ganas de tirar con un hombre que actúa como retrasado mental”, añade el payaso al ser consultado sobre por qué logró ser conocido en esta inédito trabajo.

Sobre si tiene algún resquemor con el sexo de su cliente, Sugar es tajante y aclara que no podría trabajar con hombres que requieran de sus servicios.

“Voy a antros gays e inauguraciones de bares, pero no tengo clientes hombres. No soy homofóbico, pero mi paquete no funciona así. Supongo que lo mío son las chicas”, sentencia este payaso escort y deja en claro que su principal motivación en estas dos décadas de carrera es el sexo femenino.

Si quiere leer la entrevista completa, haz click en este enlace.

Este es un breve vídeo de youtube (en inglés) donde cuentan un poco de su vida:

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