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Mundo

23 de Marzo de 2017

Efraim Zuroff, el “cazanazis” más famoso del mundo: “Las líneas de escape incluían principalmente Chile, Brasil y Paraguay”

Desde que fundó la ONG “Operation Last Chance” (Operación Última Oportunidad), dedicada a buscar y encontrar exagentes nazis, ha enfrentado múltiples victorias, amenazas y frustraciones. Efraim Zuroff, el implacable buscador de los antiguos oficiales del Tercer Reich, repasó con The Clinic cómo decidió dedicarse a esta actividad, las amenazas que ha debido soportar y el desconocido caso que lo trajo a Chile en 2005, tras la pista del médico más macabro del antiguo régimen.

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Michael Karkoc es un antiguo comandante nazi, conocido por su crueldad y por haber comandado la violenta invasión de Alemania a Polonia en 1939. Una vez consumada la derrota del régimen liderado por Adolf Hitler,  y finalizada la Segunda Guerra Mundial, Karkoc encontró refugio en Minnesota, ubicada en la zona medio oeste de Estados Unidos. Allí forjó una familia y una vida tranquila. Incluso se dedicó a la carpintería y sus vecinos los trataban como un miembro más de la comunidad. Este estilo de vida se quebró cuando su nombre y paradero llegó a manos de la fundación Operation Last Chance, liderada por Efrain Zuroff: el historiador norteamericano-israelí conocido por su rol como “cazanazi”, quien se dedica a buscar gente como Karkoc para que enfrenten los procesos legales que tardaron más de 70 años en desarrollarse. Desde Jerusalén, Zuroff habló con este medio para entregar detalles desconocidos de su labor.

¿A qué te dedicabas antes de ser un ‘cazador de nazis’?
– Después de graduarme en la universidad, trabajé en el museo de Yaad Vashem (Jerusalén) en varios cargos. Ahí pude estudiar mucho sobre el Holocausto y la verdad, espero volver algún día.

¿Y en qué momento decides volcarte a la tarea de perseguir y encontrar exagentes nazis, para que sean procesados y encarcelados?
– A mediados de los 80′, mientras estudiaba todas estas atrocidades, se me ocurrió comparar dos listas que tenía en mi poder: una de la Cruz Roja Internacional, que contenía los nombres de las personas que se fueron de los países dominados por el régimen nazi cuando terminó la guerra, y otra de criminales nazis vivos. Ahí me percaté que coincidían varios nombres y decidí ir tras ellos e iniciar este proyecto.

¿Cómo es el proceso de búsqueda de un exoficial nazi?
– Es muy difícil seguir la pista de un nazi hoy en día. El 99% de la información que nos llega suele ser falsa o muy vaga, insuficiente para encontrar a alguna persona que haya cometido crímenes de lesa humanidad y que actualmente continúe su vida como retirado. Generalmente, las pistas nos llegan a través de informantes anónimos o personas comunes con nombre y apellido. Ellos nos entregan información sobre algún agente que viva escondido en tal parte, con dirección incluida. Ese dato lo chequeamos y medimos las posibilidades de que efectivamente sea un antiguo nazi, para luego pactar una recompensa con nuestro informante y así decidimos ir en su búsqueda.

¿Cuánto cuesta, más o menos, una operación de este tipo?
– Hemos cerrado tratos por 10 mil dólares. Incluso 25 mil.

¿Te ha tocado hablar con la familia de los nazis que buscas?
– Sí, en dos casos llegué a hablar con los hijos de ellos.

¿Y cómo reaccionaron?
– En realidad no podían creer todas las cosas que hicieron sus padres. En general eso es común. Comunicarles que estás tras la pista de algún familiar porque cometieron terribles crímenes de humanidad es muy fuerte para sus descendientes. Suelen negarlo hasta que evidencio lo que les digo con hechos y documentos.

¿Te han amenazado por tu trabajo?
Claro que sí. En una ocasión presentaron una recompensa por mi cabeza. Fue como un insulto eso sí, porque esa vez también ofrecieron plata por la vida de un ministro croata y otro miembro de una ONG, y yo era el de menor valor.

¿Te acuerdas de tu precio?
– Perfectamente: 45 mil dólares. Por los otros eran 75 mil y 50 mil dólares.

LA TIERRA PROMETIDA
¿Es América del Sur uno de los lugares preferidos de los exagentes nazis para refugiarse en el anonimato?
– No cabe duda que fue el paraíso para ellos, por la lejanía con sus países de origen. No es casualidad, por ejemplo, que en Argentina incluso les hayan ofrecido obtener la nacionalidad para refugiarse. Las líneas de escape incluían principalmente Chile, Brasil y Paraguay.

Sin ir más lejos, se dice que Adolf Hitler se refugió en Argentina antes de ser capturado. ¿Qué opinas de esta teoría?
– Una absoluta basura. Eso nunca pasó.

¿Alguna vez te ha llegado el dato de un exagente de la SS que se encuentre refugiado en Chile?
– Sí, fue un caso tan importante como frustrante. Se llamaba  Aribert Heim y nos dijeron que posiblemente se estaba escondiendo en Chile, entre Puerto Montt y Bariloche. Logramos comprobar que tenía familia ahí y cuando encontramos la dirección de ellos fuimos a verlos pero no los encontramos, ya se habían ido. Años más tarde uno de sus hijos nos demostró, incluso con documentos, que su papá había vivido y fallecido en Egipto.

¿Aribert Heim, el apodado Doctor Muerte?
– Sí. Fue un torturador austríaco de prácticas horribles, satánicas. Le inyectaba líquidos tóxicos directamente en los corazones a los presos, los quemaba o experimentaba con ellos. Partimos el 2002 con “Operation Last Chance” (Operación Última Oportunidad), y este caso nos llegó en 2005. Estuvimos tras él hasta el 2008 o 2009. Fue un caso muy frustrante porque estábamos casi seguros de que se encontraba entre las regiones del sur de Chile.

¿Cómo logran mimetizarse tan bien en sus nuevas ciudades? En el caso de Karkoc, por ejemplo, sus vecinos aseguraban que se trataba de un anciano que era carpintero y muy tranquilo. Nunca sospecharon que se trataba de un criminal de guerra.
– Eso pasa en cada caso que seguimos. Cada uno de estos agentes son expertos en no atraer la atención, son callados y parecen buena gente. Muchas veces ni siquiera cambian sus nombres, porque tienden a pensar que eso aumentaría las sospechas.

¿Cómo explicas que hasta el día de hoy muchos de ellos sigan sin haber enfrentado un juicio o investigación por violación a los Derechos Humanos?
– Realmente existe poco interés de los gobiernos por buscarlos y atraparlos. Estados Unidos, Gran Bretaña, Australia y Canadá, entre otros, tardaron 30 años en admitir que después de la Segunda Guerra Mundial muchos nazis ingresaron a sus países para esconderse. El periodo histórico que hemos tenido a disposición para buscar y procesar a estos criminales, ha sido insuficiente para cumplir con toda la tarea. Además contamos con el contratiempo de la edad, ya que muchos de ellos envejecieron mientras otros murieron, lo que los privó del debido proceso judicial.

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