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Mundo

24 de Noviembre de 2017

Jessica Serrano: un feminicidio sin explicación y un cuerpo sin dueño

Este texto fue publicado originalmente en Vice en español.

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El feminicidio en México es un problema que nos debe importar a todos. Del 1 de enero al 23 de noviembre de 2017 van 1574 feminicidios en el país, ocurridos principalmente en el Estado de México con 179, Veracruz 132, Chihuahua 108, Puebla 93 y 84 en la Ciudad de México. Ésta es una columna para visibilizar este grave problema.

 

Jessica tenía 16 años. Nació el 17 de octubre de 2001 y era la hija menor de una pareja que inició desde muy joven una familia propia. Era una chica que cantaba, patinaba, graffiteaba, reía y hacía bromas pesadas. El pasado 9 de noviembre de 2017, después de leer una serie de notas en donde se afirmaba que había sido calcinada por sus plagiarios en el Edomex, lo primero que me pregunté fue qué habría sentido su familia al enterarse.

Sin embargo, al hablar con ellos, me encontré con una familia que trataba de desmentir los rumores que circulaban en diferentes medios de comunicación con relación a la muerte de Jessica. Entre ellos, se hablaba de un posible ajuste de cuentas o de una venganza causada por una deuda familiar, mientras que en otras se hacía alusión a la posesión de armas y drogas en sus redes sociales. Su familia accedió a conversar conmigo para aclarar que mucho de lo que se dijo en diversos medios de comunicación era falso, y que el cuerpo encontrado en Tecamac no era el de Jessica.

Así iniciaron su relato: Jessica desapareció el domingo 5 de noviembre de 2017 en Tlalnepantla, muy entrada la noche. La joven solía ser muy bromista con su familia, así que al principio no se preocuparon. Pensaron que estaba tal vez escondida en el clóset, como hacía algunas veces, o con alguna de sus amigas. El lunes 6 de noviembre la familia empezó a preocuparse. Jess era bromista, pero no llegar a casa era muy diferente. A las diez de la mañana fueron contactados a través de una videollamada por unos supuestos secuestradores, exigiendo a la familia tres millones de pesos y advirtiéndoles que tenían hasta las cuatro de la tarde para reunirlos; entonces volverían a Jessica.

“¿De dónde íbamos a sacar eso?”, me pregunta su familia mientras recuerdan los hechos. “Sólo un millonario lo tendría, nosotros no”. Las horas de angustia se prolongaron hasta el anochecer. A las ocho de la noche, recibieron una videollamada; fue la última vez que los contactaron y la última vez que vieron la cara de Jessica. La policía ya estaba enterada; sin embargo, no hicieron mucho para encontrar a Jessica y sus plagiarios. Llego el martes, el miércoles, y la familia no volvió a tener contacto con Jessica. Las autoridades tampoco daban con ella.

Muchos medios asumieron que el cuerpo calcinado que fue encontrado el jueves 9 de noviembre en Tecamac, Estado de México, era el de Jessica, y las autoridades no mostraron interés alguno en corroborar o desmentir esta información. No fue hasta el pasado 15 de noviembre de 2017 que la familia me hizo saber que Jessica no fue calcinada. Intentaron hacerlo, pero afortunadamente no lo lograron. Fue encontrada en San Salvador Atenco el 7 de noviembre, y fue identificada el 9 de noviembre cuando su familia reconoció sus señas particulares. En cuanto al cuerpo calcinado encontrado en Tecamac, la fiscalía señala que todavía no ha sido identificado.

Hasta el momento las autoridades no han hecho nada por dar con el paradero de sus feminicidas. La familia de Jessica no ha querido hablar con otros medios por temor, y porque la petición que hacen es que se dé seguimiento al caso para que se resuelva. Además, tienen miedo de que alguien más en su familia sea lastimado, por lo que han decidido permanecer anónimos.

Finalmente decidieron contar su historia para que todos aquellos que trataron de justificar el feminicidio de Jessica tengan claro que ella no buscó ser asesinada, como ninguna en este país. No nos asesinan por imprudentes, ni porque lo buscamos. Nos asesinan porque en este país se puede: a diario son asesinadas aproximadamente siete mujeres. Jessica no murió por un ajuste de cuentas o una riña familiar. Jessica era una joven mujer que vivía una vida plena, hasta que decidieron asesinarla. Y como todas, merece justicia.

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