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Nacional

3 de Mayo de 2018

Ivette Vergara desempolva ese terrible día en que un fotógrafo la quiso drogar en su casa

"Yo nunca lo denuncié, porque no se usaba en esa época. Pero de ahí dije ‘nunca más’. Tampoco me atreví a hablar. Entonces, ojo, en esa edad es un perfil. Ojo con el mundo de la publicidad también”, aseguró la panelista del Mucho Gusto de Mega.

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El panel del matinal de Mega, “Mucho Gusto” analizó las graves denuncias por acoso y abuso sexual en contra de Herval Abreu y que fueron dadas a conocer por la revista Sábado este fin de semana.

En medio de la conversación, la panelista Ivette Vergara desclasificó un delicado episodio que vivió con un fotógrafo, en una época en que sólo tenía 22 años.

Según consigna Glamorama, la profesional de las comunicaciones soltó que “en una sesión de fotografías, llegué a un lugar. Un fotógrafo bastante conocido en su momento. Y me cita a eso de las ocho y media, porque yo tenía una grabación antes, en su casa, y su casa era parte del estudio fotográfico. En realidad, no había nada de sospechoso”.

Añadió que “en el momento que empezamos a hacer las fotografías, me ofrece un vaso de bebida. Y yo, ‘perfecto’. Estaba el vestuarista, él y yo. Y en un minuto el vestuarista dice ‘ya estamos, son las últimas tenidas y estamos ok’. Perfecto. Yo ya había hecho varias sesiones de fotografías con él antes. O sea, no lo venía recién conociendo. Había trabajado prácticamente un año con él”.

A renglón seguido, Vergara detalló que “en esa sesión me ofrece el vaso de bebida. Yo estoy posando para la cámara. Y de repente empiezo a ver todo como estrellitas, puntitos, puntitos, puntitos. Y yo vivía con una amiga. Te estoy hablando que tenía 20, 21 años. Vivía con una amiga y ella vivía muy cerca. Y alcanzo a llamarla por teléfono, no existían los celulares, y ella estaba con un médico, que era su pareja, y me dice textual: ‘Te echaron coca en tu bebida’”.

Acto seguido, relata la panelista, “ahí me tira en el sillón y me empieza él a sobajear los pies y después el tobillo. De ahí yo me incorporo de lo mareada que estaba, pero nunca perdí el conocimiento, yo creo de la adrenalina que tenía en ese minuto. Entre la adrenalina y el miedo, hizo que no me durmiera y que estuviera a la defensiva y al poco rato llega mi amiga a buscarme”.

“Yo nunca lo denuncié, porque no se usaba en esa época. Pero de ahí dije ‘nunca más’. Tampoco me atreví a hablar. Entonces, ojo, en esa edad es un perfil. Ojo con el mundo de la publicidad también”, profundizó.

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