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Opinión

13 de Septiembre de 2018

Tengo 18 vs tengo 81

Jorge Ardiles tiene 81 años. Nació en 1937 y cumplió 18, la edad de su nieto Sebastián Moya, en 1955. ¿Qué los une y qué los distancia? ¿Cuáles son sus miedos, los castigos, sus juegos y borracheras? Acá eso y más entorno este misterioso número que significa Fiestas patrias, pero también la tan anhelada como temida mayoría de edad.

Valentina Collao López
Valentina Collao López
Por

¿Qué es lo primero que recuerdas de tus padres?

Sebastián: Recuerdo a mi mamá sobre todas las cosas. A mi papá no me gustaría mucho recordarlo. La recuerdo a ella siempre por su carisma y por su positivismo ante todo en la vida.

Jorge: Recuerdo haber sido trasladado varias veces de casa. Mi papá falleció cuando tenía 6 años y después mi mamá se volvió a casar con un carabinero. Nos trasladamos de Arica a Vallenar, después tuvimos una botillería y nos iba bien. Años más tarde nos trasladamos a Calera donde viví como tres años.

¿Cómo era la casa en donde creciste?

S: Durante mi infancia pasé por muchas casas. La que me acuerdo, era de dos pisos y la veía muy grande. Tenía un perro del que no recuerdo su nombre. Después nos cambiamos a otra casa en Maipú. Recuerdo que éramos todos muy unidos.

J: Mi casa era grande, quedaba en Huasco. Vivíamos cuatro personas.

¿A qué jugabas cuando eras chico?

S: Tuve una infancia con muchos amigos, muchos con los que me sigo juntando hasta el día de hoy. Inventábamos juegos, chuteábamos la pelota, tenis, básquetbol, skate. Jugué harto al fútbol por él (apunta a su abuelo).

J: Jugué harto a las bolitas, después les enseñé a ellos (apunta a su nieto). Hacía harto deporte, me gustaba jugar fútbol, atletismo, básquetbol, voleibol. También me gustaba encumbrar volantín y eso también se lo enseñé a Sebastián.

¿Alguna cagada que se hayan mandado en la infancia?

S: Era un niño tranquilo y me crié con puras mujeres. Me portaba bien. Lo peor que hice fue responderle mal a mi mamá. Lo ot

la veía muy grande. Tenía un perro del que no recuerdo su nombre. Después nos cambiamos a otra casa en Maipú. Recuerdo que éramos todos muy unidos.

J: Mi casa era grande, quedaba en Huasco. Vivíamos cuatro personas.

¿A qué jugabas cuando eras chico?

S: Tuve una infancia con muchos amigos, muchos con los que me sigo juntando hasta el día de hoy. Inventábamos juegos, chuteábamos la pelota, tenis, básquetbol, skate. Jugué harto al fútbol por él (apunta a su abuelo).

J: Jugué harto a las bolitas, después les enseñé a ellos (apunta a su nieto). Hacía harto deporte, me gustaba jugar fútbol, atletismo, básquetbol, voleibol. También me gustaba encumbrar volantín y eso también se lo enseñé a Sebastián.

¿Alguna cagada que se hayan mandado en la infancia?

S: Era un niño tranquilo y me crié con puras mujeres. Me portaba bien. Lo peor que hice fue responderle mal a mi mamá. Lo ot

cro fue en media: una vez me mandaron a buscar a mi mamá porque estábamos jugando a la lucha libre y empezamos a tirar las mesas, y en una, le cayó en los pies a la inspectora. Teníamos la pura cagada. Fue en ese periodo donde me mandé más cagadas. Con mis compañeros quebramos un vidrio, rompimos una mesa.

J: Durante un tiempo viví en Domeyko, un pueblito chico, minero. Todos los meses mi mamá iba a la pulpería para comprar mercadería para el mes porque tenía una pensión. En ese tiempo mi papá trabajaba en maestranza. No quedaba de camino la pulpería de una población. Ahí había una camioneta estacionada y yo me subí. Miré como era, en esos tiempos uno no veía muchos autos. De repente se subió una persona y no vio que yo estaba ahí, detrás. Y partió. Yo pensé que iba cerca, pero cortó camino para Vallenar en la carretera. Ahí me asusté yo y me tiré auto abajo en el paso bajo nivel. Cuando desperté veía nublado. Me dolía la cabeza, y me decían: “Está vivo”. Me llevaron a la posta más cerca. Me curaron y tenía manso tajo en la cabeza. Tengo buenos recuerdos de esa cagaita porque me regalonearon harto después.

¿De qué forma los castigaban cuando chicos?

S: A mí me quitaban el Playstation o no me dejaban sin salir. Mi amigos me iban a buscar y mi mamá no me dejaba juntarme con ellos.

J: Una vez estaba peleando con mi hermano y le tiré un tarro de leche condensada. Le quedó ensartado en la cabeza. Ahí apareció mi papá y me agarró y me tiró adentro de un gallinero.

¿Recuerdan algún profesor en especial, alguno que te haya marcado?

S: Sí, mi profe de Lenguaje, Celeste se llamaba. Ella me ayudó mucho a encontrarme a mí mismo en el colegio, me guió de alguna manera hacia donde tenía que ir. “Tu eres bueno para esto, tienes habilidades para esto otro, te falta esto”, eso es súper valioso cuando no tienes idea sobre qué hacer de tu vida. Tenía un trato súper humano. También tuve una gran profe de filosofía, me sirvió para ver las cosas desde puntos de vista diferentes, me abrió mucho el mundo.

J: Yo estudié de manera obligatoria hasta sexto básico, con muchas dificultades porque era muy nervioso. Después, cuando ya me había casado, quise seguir estudiando. Justo muy cerca de la casa donde vivíamos abrieron una escuela vespertina y ahí terminé. Entré con varios amigos y mi señora nos ayudaba a estudiar. A ella la recuerdo como la mejor profesora que tuve.

¿Cuál era tu asignatura favorita en el colegio?

S: A mí nunca me gustó tanto el colegio, en cuarto medio yo quería puro salirme y dar exámenes libres, jamás me sentí a gusto en ese sistema. Además era un colegio católico y yo soy agnóstico. El ramo que más me gustaba era Filosofía.

J: Era deporte e historia, por lejos.

¿Qué te daba miedo?

S: Cuestiones de internet, los screamer, eso siempre me dio mucho miedo. Esas imágenes que no te esperas y aparecen de la nada. Estaban muy de moda en los 2000. Mi hermana era la que me metía miedo.

J: A nada le tenía miedo. Nací así.

¿Algún apodo de cabro chico?

S: Siempre me decían “flacuchento”. Varios amigos también me llaman por mi apellido: “Moya”.

J: Por mi pelo, me decían “Cobreloa”, “Cabeza de fuego”, “Naranja”.

¿Tuviste alguna mascota regalona cuando chico?

S: No, nunca tuve una mascota regalona.

J: En Calera tenía un perrito que se llamaba Tucapel, era policial. Lo mataron con veneno, apareció muerto en el patio.

¿Podrías identificar a tu mejor amigo?

S: Es el negro. Es moreno, tiene lentes y usa el pelo largo.

J: Mi mejor amigo es mi nieto.

¿Quién fue tu primer amor?

S: Un amor millenial. Nos conocimos por Instagram, duramos un año tres meses. Ella fue un primer amor bonito.

J: Tenía amigas nomás. Después cuando me fui a Panamá, también, puras amigas. Mi primer amor, fue a primera vista y fue mi mujer. La vi llegar del internado, muy pituquita, ordenada. Éramos vecinos cuando vivía en Gran Avenida, acá en Santiago. Yo tenía 28 y ella 14. Tenía que ser súper cuidadoso, siempre la iba a ver, con los papás ahí. Eran otros tiempos. Vamos a cumplir 50 años juntos y nos conocimos hace 55 años.

¿Cuántas veces te has enamorado?

S: Solo una vez, actualmente.

J: Solo una y de mi esposa.

¿Cuál fue tu primer trabajo?

S: Empecé a los 18. Cortaba tickets en el Cineplanet del Costanera Center. Ganaba como de 40 lucas.

J: Empecé como a los 15 años. Yo fui operador de cine, proyectaba las películas en el cine del ejército. Me pagaron como 20 pesos.

¿Cuál es la canción que más te gusta bailar?

S: Reguetón con mis amigos, una cumbia.

J: Las cumbias, los boleros, Carlitos Gardel, tango.

¿A qué edad tuviste tu primera borrachera?

S: A los 14.

J: Cuando recién nos casamos. Tenía como 32 años. No era bueno para tomar, siempre fui muy deportista. Ese día me tomé dos copas y me curé.

¿Cuál es el viaje más largo que has hecho y hasta dónde?

S: A Punta Arenas, Chile.

J: A Panamá.

¿Un sitio en el mundo que siempre hayas querido visitar?

S: Ese lugar es Tailandia.

J: Me gustaría conocer México e Italia.

¿Te gustaría casarte?

S: Yo le dije a mi mami, si alguna vez me caso va a ser en Las Vegas a lo Elvis Presley. De otra forma no me caso. Y seguro sobre los 30 años, antes imposible.

J: Ya me casé. Fue a los 32 años.

¿Por quién votaste la primera vez que lo hiciste?

S: Aún no puedo hacerlo.

J: He votado muy pocas veces. Yo era del ejército y antes las personas que estaban inscritas no podían votar. Una vez que pude hacerlo, voté en blanco nomás. Fue en la elección de Eduardo Frei en los noventa.

¿Cuál es tu invento favorito de la tecnología?

S: El celular, por todas las herramientas que tiene.

J: La televisión me gusta más y los audífonos para escuchar música.

¿Cuál es tu opinión sobre la música que se hace hoy en día?

S: Se hace mucha música, pero mucha es muy comercial. La música que se hace ahora creo que no va a trascender como lo hizo la música que vio nacer mi abuelo.

J: No me gusta mucho. Me gusta más la música antigua.

¿Cuál es la noticia o momento histórico que más los ha marcado?

S: Yo creo que todo esos atentados que han pasado en Europa. Sobre todo el que ocurrió en Francia, en el Teatro Bataclan. Todo eso es súper impactante, yo pensaba y qué hubiera pasado si yo estaba ahí, en ese momento, en ese lugar exacto. Eso es muy fuerte.

J: Lo último que pasó: la muerte del profesor Nibaldo descuartizado. Yo vi la caída de las Torres Gemelas, viví la Guerra Fría, la dictadura, la caída del muro de Berlín, la llegada del hombre a la luna, pero esta noticia me impactó mucho.

¿A qué personaje histórico te habría gustado conocer?

S: Kurt Cobain o Stanley Kubrick, alguien así.

J: A Pedro de Valdivia.

¿Cuál ha sido el momento más feliz de tu vida?

S: No sé si lo haya tenido desde el inicio de mi vida hasta ahora. Algo que recuerdo siempre como feliz, es cuando nos reunimos con toda mi familia. Somos como 12 o 13, pero juntos lo pasamos muy bien.

J: Mi momento más feliz fue cuando pude llevar a toda mi familia al norte. Vivimos como diez años con mis hijas.

¿Y el más triste?

S: Fue cuando falleció el pololo de mi mamá, hace poco más de un año.

J: La muerte de mi hermano en Valparaíso hace dos años, murió de 81.

¿Cambiarías algo de tu vida?

S: Yo creo que por algo pasan las cosas, que las personas que me acompañan por algo es.

J: Me gustaría vivir en la costa con toda mi familia.

¿Algo de lo que te arrepientas?

S: Me arrepiento de mi primera vez.

J: No me arrepiento de nada. No he hecho nada tan malo en mi vida que me haga arrepentirme.

¿Qué consejo le darías al lector de esta nota?

S: Siempre, siempre pensar un poco antes de actuar. Y disfrutar de la vida plena y las cosas simples. No sé, disfrutar los pequeños momentos de la vida, como estar acá, con mi abuelo y aprovechar al máximo eso. Ah, y siempre decir lo que piensas, a pesar de las consecuencias.

J: Si usted tiene vacíos los bolsillos y no tiene éxito, usted no tiene amigos. Hay aprender a ahorrar y no meterse en líos.

¿A quién echas de menos?

S: Al pololo de mi mamá. Él fue como un segundo papá después de mi abuelo para mí.

J: Echo de menos a toda mi familia que está en el más allá. Cuando a uno le pasa algo, yo siento como ellos están apoyándome desde otro lugar. Uno no ve a los espíritus, pero uno es custodiado.

¿Qué es un día perfecto para ti?

S: Yo creo que lo más perfecto es cuando uno no planea nada y aún así salen cosas increíbles. Cuando casi todo lo que ocurre ahí es sorpresa, cuando no hay expectativas de ese día.

J: Mi día perfecto es cuando me siento bien y tengo buena salud, alentadita. Poder estar en mi jardín, trabajando mis plantitas.

¿Qué libro te cambió la vida?

S: “Juventud en éxtasis”, es un libro súper adolescente, pero me sentí identificado en varios aspectos cuando lo leí.

J: El mejor libro que leí es mi señora. Ella me enseñó todo lo que sé, todo lo que he aprendido ha sido gracias a ella. Y sigo aprendiendo de ella, todos los días. Ella me ayudó en el colegio, a pasar los cursos, todo.

¿Se te pasó rápido llegar a tu edad?

S: Demasiado. Ayer estaba jugando Play con unos amigos en mi casa y ahora estoy en la Universidad, todo estresado con las pruebas.

J: No pienso en eso, hago cuenta que no tengo la edad que tengo. Soy joven todavía, todavía me la puedo.

¿Cómo te gustaría que te recordara la gente que te importa?

S: Como alguien simpático, alegre y con convicción. Optimista, bueno para hacer reír y realista.

J: Que siempre me preocupo de todos.  Como un buen deportista, siempre bueno para la talla y para bailar.

Por último, ¿qué se dirían?

S: Es el mejor papá que pude haber tenido, siempre voy a estar agradecido de él.

J: Estoy bien agradecido de él, siempre se ha acordado de mi. Desde guaguita que es el regalón mío. Que le deseo éxito y que espero que tenga un buen recuerdo de mi, que estés bien y que saques tus estudios y te vayas a viajar por todo el mundo. Era un deseo que yo tenía con mi vida, pero me faltó la plata. Y yo sé que él lo va a lograr.

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