El auge de la exopolítica: La escuela que estudia la política exterior entre seres humanos y alienígenas

El cientista político y periodista mexicano León Valverde está más pendiente de los asuntos diplomáticos extraterrestres que de los terrenales. También un consolidado youtuber de las conspiraciones, Valverde es un referente internacional en lo referido a la naturaleza diplomática de un (inminente) contacto entre la humanidad y los aliens. “Revelación Humana” se llama su canal de en la red con más de 100 mil suscriptores (curiosamente, en su mayoría mayores de 45 años) donde dedica extensas ponencias a advertir sobre el nuevo orden mundial y su relación con los cambios planetarios que vienen.

En parte de esta denuncia por un planeta más transparente ha emplazado a manifestarse sobre el asunto a gente como Mark Zuckerberg, el líder del movimiento separatista catalán Carles Puigdemont y otros poderosos. “Mientras se trate de temas tratados de manera soterrada con un riesgo de alterar el sistema de control imperante, lo plantearemos en mi canal de Youtube”, advierte.

Uno de esos asuntos es la -ignorada por muchos- relación entre gobiernos y humanos poderosos con otras razas extraterrestres. A la espera de lo que algunos llaman “un cambio de conciencia”, pero que para otros es una ansiada señal en el cielo en forma de ovnis o el encuentro con seres de otros planetas, el exopolítico cree que la humanidad y la diplomacia terrícola no están preparadas aún para ese apretón de manos. “Los gobiernos actuales son parte de un viejo paradigma donde no hay un solo líder que no vea la política como una vía hacia su búsqueda del poder y que no sea un títere del poder corporativo. Esos poderes son quienes están en la punta de nuestra pirámide global y desde ella, se baja a las elites de cada gobierno y país. Ante ese tipo de valores de liderazgo, no podemos esperar a que los presidentes de las potencias estén listos”, dice a la salida del primer.

Sin embargo, cree, una parte de la población si está madura para ser contactada y de hecho, totalmente acreditada en los procesos exopolíticos para comenzar en estos primeros trámites formales . Valverde se refiere a la popularización de los Protocolos de Contacto Extraterrestre EC5.

En ese sentido, es muy probable que los nuevos líderes ante nuevas razas extraterrestres no sean políticos ni empresarios poderosos sino gente común, como taxistas, profesores, enfermeras, constructores o gente normal. Líderes en un sentido de la nueva era”, explica el exopolítico.

DIPLOMACIA DE UNA NUEVA ERA

Agrega que algo que le juega en contra a la disciplina exopolítica es la campaña de desinformación pauteada por quienes desean presentar el contacto alien como algo nefasto y hostil. Quienes popularizan películas de invasiones y que quieren generar ansiedad o miedo al futuro ante forajidos espaciales que saquean recursos naturales o que secuestran personas para tratarlas como ganado. De hecho, antes de morir, el astrofísico Stephen Hawking fue unos quienes advirtió sobre la posibilidad de un encuentro bélico entre razas. Más recientemente la trilogía de ciencia ficción “El problema de los tres cuerpos” de Cixin Liu (un súper ventas planetario, único caso de una novela no escrita en inglés que ganó el Hugo, máximo premio del género), también fantasea con dicha posibilidad con una abismante cuota de realismo.

“El problema de como los medios masivos presentan estas historias en relación con los extraterrestres es que siempre es algo negativo. Salvo piadosas excepciones como “Avatar” o “Encuentros cercanos del tercer tipo”, dice le cientista político mexicano, quien es suspicaz de que la carrera del director de “E.T.” haya dado un giro violento en su discurso para demostrar una realidad totalmente distinta al adaptar “La guerra de los mundos”.

“Esto demuestra que él fue silenciado por Hollywood y obligado a presentar una realidad más funcional a los dichos de presidentes como Obama o el mismo Stephen Hawking. Mostrar el encuentro extraterrestre como una falsa bandera ante la percepción de que la humanidad debería unirse ante el temor y la necesidad de defensa global. Pero no por amor o paz, pese a que eso es lo que te querrán vender. En realidad, es sólo otra forma de sometimiento para que nuestro subconsciente acepte esto como real”, sostiene el licenciado que lleva varios años pavimentando el camino para este encuentro extraterreno.

Por eso se muestra mucho más optimista y partidario del testamento fundamental del astrobiólogo Carl Sagan: “Contacto”. Su única novela, reeditada recientemente por Ediciones B y que, entre otros asuntos, cuenta cómo la humanidad deja de lado sus diferencias políticas y se une para descifrar un mensaje extraterrestre que podría cambiar la historia. La importancia que Sagan le da a la cooperación entre científicos de todas las naciones (incluso a los bloques estadounidense y soviético) refleja gran parte del sentido que la exopolítica quiere dedicarle a su cuestionada ciencia social.

“Creo que la gran contribución de esta novela al escenario literario y exopolítico es la concientización de que eventualmente, un “Contacto” extraterrestre no va a ser como todo mundo piensa. Los multimillonarios y las grandes corporaciones también sus grandes intereses puestos en este contacto. La élite global está perfectamente al tanto de lo que podría perder de llegar a concretarse un encuentro de esta naturaleza”, agrega.

El entendido cree que algunas líneas de la filosofía del nuevo milenio le han hecho daño al incipiente trabajo de la exopolítica al igual que las religiones. “Algunas de estas corrientes han limitado el potencial ilimitado de los seres humanos. Una de estas es la tendencia a idolatrar a las personas, convertirlas en gurús o seres ascendidos. Los humanos tienen esa tendencia de arrodillarse ante cosas que otros humanos les dicen que pueden ayudarnos. Uno de los motivos es que, supuestamente, los seres avanzados no se aparecen por esa tendencia. Si fuese así, la mitad de la humanidad comenzaría a enfocarse en eso y nos convertiríamos en rémoras sin disciplina ante estos seres. Tenemos una percepción muy limitada ante la cual la exopolítica trata de prepararse”, cree.

¿Y QUÉ DIJO EL OTRO?

¿Pero qué tan seria es la exopolítica a un nivel académico?, responde categóricamente el geógrafo y cientista político, doctor (c) en Estudios Latinoamericanos José Orellana. “La ciencia política no ofrece ninguna oportunidad de analizar el tipo de relaciones que indica la exopolitica”, señala.

“Desde la generalidad de las ciencias sociales, tampoco se observa dicha posibilidad. Más bien y con suerte -no sabemos si rigor- sería la ufología la que estaría destinada a registrar como objeto de estudio este tipo de relaciones que la exopolitica dice analizar”, explica el académico.

Para él, las relaciones ‘políticas’ entre terrícolas y extraterrestres tienen su espacio actualmente en programas de TV que advierten sobre la presencia de vida extraterrestre en la tierra desde tiempos inmemoriales y que habrían influido en culturas que van desde los egipcios, hasta los aztecas e incas, pasando hasta por los Rapa Nuis ancestrales, pero sin mayores metodologías de investigación ya análisis. Si, harto de interpretación, sostiene.

“Sin perjuicio de las diferentes corrientes epistémicas de las ciencias sociales, las cuales van desde las positivistas, criticas, posmodernas o neoinstitucionales, entre otras, todas lo hacen en función de datos verificables o evidencias reconocidas por una comunidad de científicos. Así, la astronomía, disciplina dedicada a conocer y explicar fenómenos que se encuentran fuera de la tierra, acercaría oportunidades verificables. Quizás don José Maza, prominente científico astrofísico chileno, tenga una mejor explicación para estas materias”, agrega el docente de la UAHC.

El profesor Orellana hace un ejercicio de memoria y sólo recuerda haber visto a la exopolítica en acción en las comunidades extraterrestres reunidas en el senado de “La Guerra de las Galaxias” o el código penal draconiano que regula la relación entre hombres y aliens en la serie de películas “Hombres de negro”.

“Desde las relaciones internacionales, tampoco se observan objetos de estudios de esta naturaleza que permitan indicar que existirían relaciones diplomáticas entre las organizaciones políticas terrestres respecto de expresiones no terrestres”, señala. Pero mira por la persiana hacia el cielo y, diplomáticamente, deja un espacio en blanco: “De existir datos verificables y asumidos por comunidades científicas, creo que ninguna disciplina podría negarse a estudiarlos en función de sus objetos de estudios. Pero, en suma, desde este razonamiento la exopolítica es apenas ciencia o política ficción”, aclara.