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Opinión

6 de Marzo de 2019

Columna de Boris Yopo: El Factor Geopolítico en la Crisis Venezolana

Por Boris Yopo H., sociólogo y analista internacional. Casi todos los análisis de la crisis que vive Venezuela, se han centrado en los factores domésticos del conflicto. Pero la situación tiene también un fuerte componente internacional, que es esencial para entender que lo que aquí está en juego, es mucho más que la democracia en […]

Boris Yopo H
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Por Boris Yopo H., sociólogo y analista internacional.

Casi todos los análisis de la crisis que vive Venezuela, se han centrado en los factores domésticos del conflicto. Pero la situación tiene también un fuerte componente internacional, que es esencial para entender que lo que aquí está en juego, es mucho más que la democracia en un país. Por un lado Estados Unidos, el Grupo de Lima, y la mayoría de los países de la Unión Europea apoyan a la oposición venezolana, y por el otro, Rusia, China, Turquía, Irán, Sudáfrica y otros, apoyan al gobierno de Maduro. Tan determinante son estos apoyos, que Maduro no sobrevive sin éste, y la oposición venezolana por sí misma, no lo tendría en jaque, sin la presión y acoso, sobre todo de la administración Trump.

Pero que hay en este alineamiento de países frente a la crisis ? : La verdad, el lenguaje usado en la diplomacia internacional nunca hay que tomarlo literalmente, porque siempre hay otros intereses ocultos que están en juego, que no se mencionan, pero que están muy presentes en las decisiones de las grandes potencias. Para decirlo con toda claridad, ni a Trump le importa mucho la democracia en Venezuela, ni a Putin tampoco la defensa de la soberanía en este país. Ya es bien sabido que Venezuela tiene grandes riquezas y las mayores reservas petroleras del mundo, Rusia ya tiene importantes inversiones ahí, y el Consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Bolton, ha reconocido que ya hay conversaciones con grandes empresas de su país, para instalarse en Venezuela si hay un cambio de gobierno. Incluso, en una reciente entrevista en televisión, el ex Director Adjunto del FBI, Andrew Mc Cabe, relata una conversación con Trump, en el cuál éste le dice, “porqué todavía no hemos iniciado una guerra ahí, con todas las riquezas que tiene, y estando en nuestro patio trasero ? ” .

Pero no es sólo el petróleo. En el ajedrez geopolítico internacional, la caída de Maduro sería un duro golpe para Putin, quién es visto como su principal protector, mientras que Trump (como bien lo dijo el ex asesor de Chávez, y hoy crítico del régimen, Heinz Dieterich) ha visto una “oportunidad fácil” para adjudicarse como triunfo propio, una virtual caída de un muy debilitado Maduro, y adicionalmente esto le traería gran rédito político en el crucial estado de Florida (elecciones 2020) capturando un importante caudal del voto cubano y venezolano en ese estado. De hecho, los que manejan la política de la administración Trump hacia Venezuela, son “tres halcones” (Abrams, Bolton, y Rubio) de la política exterior, expertos en provocar golpes de Estado, y derrocar regímenes enemigos de Estados Unidos. China por su parte, apoya a Maduro, por su rivalidad global con Estados Unidos, y porque tiene también importantes inversiones, pero la historia de la diplomacia china siempre ha sido el pragmatismo, y eventualmente se entenderán con quién gobierne Venezuela en los próximos años.

Lo cierto, es que en esta crisis hemos visto lo más parecido a los alineamientos internacionales que se vieron durante la Guerra Fría, y a un retorno a la idea de “zonas de influencia”, lo que no es una buena señal para los países medianos y pequeños, porque entre otras cosas, vuelven a revalidarse prácticas de intervención, que hoy se usan contra Maduro, pero que mañana podrán ser usadas contra otros países de la región, y donde el discurso en “defensa de la democracia” es un manto para tapar otros intereses ocultos. Finalmente, si realmente se quiere una transición pacífica en Venezuela, lo que se necesitará es algún acuerdo político, porque lo otro es simplemente el golpe o la guerra. El “Grupo de Contacto” de la Unión Europea y países latinoamericanos como Bolivia, México y Uruguay (a diferencia del Grupo de Lima, que se plegó a la estrategia de Trump) buscan promover ese diálogo.

Difícil pronosticar un resultado, pero es la mejor esperanza por ahora, porque una derrota o rendición total de una de las partes, nunca es un buen escenario, sobre todo en un caso como el de Venezuela, que requerirá de alguna reconciliación futura para una convivencia civilizada y reconstrucción del país.

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