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Opinión

6 de Abril de 2019

Rodrigo Vicencio, el artista que pintó al Presidente en bikini

Acá se refiere a las distintas interpretaciones que tiene su obra según la época y analiza el arte como herramienta de crítica política: “El arte no está para complacer a estos hueones. La caricatura siempre ha sido una muy buena herramienta para burlarse de la autoridad”.

Camila Magnet
Camila Magnet
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El pasado 19 de marzo, una pintura de Sebastián Piñera en el cuerpo de una fisicoculturista en bikini generó polémica en Villa Alemana. El óleo de dos metros es obra del artista visual Rodrigo Vicencio (47) y es una de las 44 piezas de la exposición “Territorios”, que hasta el viernes 29 de marzo estaba instalada en el Centro Cultural Gabriela Mistral de la comuna, lugar donde el cuadro fue retirado por unas horas.

El director del centro cultural, Marcos Muñoz, informó al diario La Estrella de Valparaíso, que la obra “El nacimiento de una nación” se retiró porque “había una celebración en conmemoración del Día de la Mujer y consideramos quitar el cuadro por algunas horas porque es bastante provocador y no queríamos generar ningún tipo de situación”.

Al no encontrar su cuadro, Vicencio acusó de censura al centro cultural e interpuso una denuncia por hurto, pues asegura que no se lo quisieron devolver. “Incluso me amenazaron con cerrar el centro con la exposición adentro hasta el 29 de marzo. Tuve que recordarle al director que las obras tenían precio, irme por el lado comercial, porque les importa que haya un valor monetario detrás de la obra. Es ante ese argumento que decidieron mantener la exposición”, asegura el artista a The Clinic y agrega que la pintura se expuso detrás de una cartulina el resto del mes.

Tras lo ocurrido, el ministro del Interior, Andrés Chadwick, expresó al diario porteño “No gastemos ni un minuto más en algo tan menor como que alguien escriba o dibuje. No, las tareas del país son demasiado más importantes que gastar un minuto en comentar una acción completamente menor y que no debiera concentrar nuestra atención ni siquiera por un segundo”.

¿Qué opinas de los dichos de Chadwick?

– Me parece mal, porque puedo estar de acuerdo con que una pintura o un escrito es algo menor, pero lo que no es menor es que sea una censura. Ése es el problema: se cambia de foco lo que realmente ocurrió, lo que también es un ejemplo de coacción de los medios de comunicación, que se esfuerzan en no preguntar sobre estos temas. Al evitar el tema de la censura, se esconde el hecho de que te están prohibiendo hablar de lo que molesta.

“No poder manifestar molestia ante una situación de abuso de poder, coarta la posibilidad de manifestar molestia ante otras situaciones de abuso, como la inexistencia de un hospital en Villa Alemana. Eso también es algo que hay que decir. En el fondo, mi arte también recoge todo eso; mi experiencia como ciudadano político, no es que esté ajeno a lo que ocurre. Mi trabajo no está sólo en el ámbito de lo decorativo, sino que también es estético, en el sentido de que hay un conocimiento que estoy tratando de entregar. Me da igual que me acusen de oportunista. Esto se trata de defender la libre expresión”, agrega Rodrigo Vicencio.

Si bien el oriundo de Villa Alemana asegura que el fundamento de su obra no tiene motivos políticos -porque es artista plástico- cuenta que su trabajo tiene influencia de la revista Topaze (1931-1970), conocida por realizar caricaturas de políticos. De hecho, gran parte de la obra de Vicencio consiste en retratar a figuras de todos los colores políticos. “El arte no está para complacer a estos hueones. Yo soy crítico tanto con la izquierda como con la derecha. La caricatura siempre ha sido una muy buena herramienta para burlarse de la autoridad”, dice.

Entre los políticos que componen su obra, además de Piñera, se encuentran Jaime Guzmán, Salvador Allende, Augusto Pinochet, Michelle Bachelet, Francisco Vidal y al ex ministro en dictadura Francisco Javier Cuadra, aunque sólo ha pintado en el cuerpo de una fisicoculturista al Presidente. También ha representado a personajes de la televisión como Diana Bolocco, Carla Ochoa y Coco Legrand.

De todas formas, dice que sus pinturas sólo son representaciones visuales. “Yo no conozco a Piñera. No sé quién es. ¿Quién lo conoce? Si parece un montón de ropa hablando, con sus tics y sus manías. Es un personaje que se desfigura, se desdobla de sí mismo porque tiene un rol como Presidente y la representación pictórica alude al rol, no al individuo, por eso no hay una falta de respeto, a mi parecer”, explica.

¿Estás siendo irreverente con la autoridad?

– Tal cual. Eso es más exacto.

Por qué Piñera en bikini

El cuadro “Nacimiento de una nación” fue pintado en 2012, después de haber trabajado el tema de la tortura y el desnudo en la exposición de 2.400 dibujos, “Estados aparentes”, en 2010. “Me interesa la relación de erotismo y política”, confiesa.

“Siempre he sido curioso por la manera en que las personas nos relacionamos corporalmente en Chile, por nuestra relación con la desnudez, con la diversidad sexual, con lo femenino, con lo masculino, con todo lo que implica la representación del cuerpo humano. Concretamente en este cuadro (“Nacimiento de una nación”) recogí el desnudo desde la representación corporal del poder”, explica el pintor.

¿De qué manera se representa el poder en esa obra?

– Utilicé esta doble representación del cuerpo; un cuerpo humano que camina como una masa sin cabeza, que puede ser el pueblo que camina a ciegas, un cuerpo sin dirección. Esto se contrapone a esta otra figura (Piñera) con un cuerpo enérgico, agresivo, con unas manos que son como unas garras, con uñas largas, que es un poco lo femenino, encarnado como la fuerza, que sería la energía que te puede dañar. Justamente con esta cabeza masculina, intenta gobernar esta fuerza como una manera de control. Eso interpreté cuando hice ese cuadro.

¿Por qué es una mujer?

– Todos sabemos que las mujeres son madres y son las que traen al mundo a los hijos. Es un rol tremendamente potente, que le concede a la mujer un estatus de poder único, que es irremplazable. La pintura tiene que ver con que el hombre se tiene que sumar a esa postura femenina, que el hombre también debe ser feminista. Esa puede ser una bonita interpretación del cuadro de Piñera: que el Presidente hombre también tiene que “ser mujer” y conocer todas las posibilidades de representación de lo femenino. Eso podría llevarnos a una vida mucho más saludable y feliz para todos, de mayor respeto y comprensión de la diversidad.

Vicencio cuenta que en la creación de este cuadro se inspiró en el movimiento estudiantil del 2011, por “la incapacidad de la autoridad de validar nuestras ideas”. De todas formas, cree que la interpretación del cuadro ha cambiado con el tiempo. “Surge como una reivindicación de lo femenino, a través de los movimientos sociales actuales. Se puede interpretar como un travesti, como un ‘Piñere’. Es el travestismo de un Presidente que no sabe lo que es”, analiza.

¿Te consideras chistoso?

– No me considero para nada chistoso ni gracioso, pero por alguna extraña razón la gente se ríe de mis cuadros después de haberlos visto. En las galerías de arte municipales andan como en silencio, les da miedo reírse fuerte. Chile es poco expresivo con sus emociones positivas. En cambio, es bueno para enojarse y gritar cuando se enoja. En general, intento que mi obra tenga un componente alegre, ojalá chistoso, que genere alegría, que te haga reir. Sería bueno que mi trabajo persistiera por eso. Creo que la alegría y la risa también son un aspecto de lo poético.

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