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Cultura

28 de Mayo de 2019

Fotaza: La historia del tremendo mural realizado en la casa de infancia y juventud de Jorge González

"Escudriñé en el archivo de Jorge González padre, conocí su casa que es un verdadero museo de Jorge y Los Prisioneros, y conversamos largas horas de la vida de su familia y de sus vivencias. Un hombre que tiene 81 años de edad, que aún sigue trabando en su taller de timbres, y que sorprende por su entereza y el amor que le tiene a su hijo, a quien cuida y apoya en su recuperación", cuenta César Vallejos, creador de esta obra de arte.

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El creador de la feria de artes gráficas kontrabando y del colectivo serigrafía instantánea, César Vallejos, realizó esta obra de arte recientemente inaugurada en la casa de infancia y juventud de Jorge González, histórico líder de Los Prisioneros.

En su relato, César Vallejos nos cuenta cómo surgió la idea y posterior ejecución de este aplaudido trabajo:

Dice cesar:

“Prometí guardar silencio y mantener el secreto, para la sorpresa y para seguir las rutas silentes que he decidido ir tomando. Pero al parecer ya no se puede sostener más.

Este mural nació de la manera más inesperada posible y me tuvo en él, en una especie de viaje que jamás imaginé.

Esta es la primera casa donde habitó Jorge González. La casa de su abuela Zaida Ramírez, la cual hoy habita Don Coke Rey, padre de Jorge.

Todo llegó por un llamado del capo malaimagen, a quién le entregué datos de amistades muralistas, pero que no llegaron a puerto (gracias por tu amistad y confianza, Guillermo). Coke Rey quería con urgencia a alguien que lo visitara y le contara de la idea que tenía. Entendí todo el tiempo que era en un patio interior de su casa, así que fue así como con Stfi. fuimos a ver de qué se trataba todo esto. Tuvimos la reunión correspondiente, y finalmente quedé encargado de esta misión, luego de que la Estefanía me tocó con su espada del augurio y me entregó el mando.

Para no ponerme ansioso ni nervioso con esto, fui paulatinamente contándole a mis amig@s, sobre este proyecto. Solo a base de conversaciones, tecitos y risas, fueron apareciendo las voluntades para ir creando. La primera persona que supo todo fue mi amada compañera de ruta y dupla muralista, Javiera Castillo Arismendi ak Diestra & Siniestra, quién fue como tantas veces, el pilar emocional y apañadora máxima en la realización de esta locura.

A la Javi le fui contando cada paso que dimos con Coke, en la discusión de la propuesta, que al principio iba a ser solo un rostro y la frase que él eligió y que no supe rebatir. Quizás la obra de Jorge era tan grande, que ninguna frase que propusiera, iba a dar en el clavo. Así que me dejé llevar por su idea primaria.

Me costó todo el tiempo entender dónde estaba parado, en medio de una casa que me evocaba recuerdos musicales de mi infancia, mi adolescencia y tantos sucesos políticos/amorosos/ sociales que fueron ornamentados por la música del Jorge. Una cosa que aún no me logro explicar.

Luego de esa primera etapa, empezó a aparecer en el camino el amigo y colega Zenón Raúl Quiroga Ocampo (Pato Bascuñán), quién me ordenó las ideas, me clarificó la ruta y me dio sus consejos, como el gran diseñador y profesor que es. Con estos dos compañer@s de ruta, nada podía fallar <3 En paralelo a esto, el camarada Germán Lacámara, fue quién se ofreció a grabar cada paso de éste proceso. Otra amistad que se sumó a este viaje. Escudriñé en el archivo de Jorge González padre, conocí su casa que es un verdadero museo de Jorge y Los Prisioneros, y conversamos largas horas de la vida de su familia y de sus vivencias. Un hombre que tiene 81 años de edad, que aún sigue trabando en su taller de timbres, y que sorprende por su entereza y el amor que le tiene a su hijo, a quien cuida y apoya en su recuperación. Comenzó el proceso de trazado de las primeras ideas, con gran parte del boceto avanzado, pero siempre teniendo en cuenta que el muro es una gran croquera que puede mutar. Fue así como con la Javi trazamos y pintamos la frase, luego trazamos el resto del mural y nos lanzamos a pintar en largas y agotadoras jornadas. Fue un proceso lento, pero que en paralelo tuvo crecimientos en diseño, y el más importante con la elección del rostro, el que nunca me cerró en la propuesta que le gustó a Coke. Elegí otro rostro y Pato Bascuñán me ayudó con las luces y las sombras y la definición de colores. Terminado eso se sumó a pintar Cristián Alberto Lizama Carreño y le dimos vida al personaje en el muro. Ya con todo esto, el muro comenzaba a llamar la atención de l@s vecinos del barrio, a quiénes agradezco cada palabra de aliento, toda la buena onda que nos tiraron, y toda la compañía que nos fueron dando en todas las jornadas que estuvimos. Muchos sabían de que JG había vivido allí, que su padre vivía actualmente, y los que no sabían quedaban locos con todo. Clásicas historias de lo que significa trabajar en la calle, y sobre todo en un espacio donde sentí que los vecinos necesitaban de estas expresiones. Por allí me vi urgido con los tiempos de entrega del mural, pues en paralelo estuve terrible enfermo y eso alargó el proceso, y empezaron a aparecer otras amistades, como mi guacho perro Leonardo Soto <3, el devorador del muro Pinto Paredes Soto, la gran artishta Catalina Ramirez, mi querida cuñi Catalina Florencia Castillo Arismendi y el empuje final del italo dibujante Angelo Slider Tognetti. Mi familia también fue demasiado importante en esto. Mi madre, mi padre y mis hermanos, que me ayudan en todo desde pendejo. Los que me iniciaron en el dibujo y los que me ayudan hasta el día de hoy en todas mis locuras. (Les amo eternamente) Y acá está, el relanzamiento de Puñalada, volviendo a los muros, al eterno pololeo con la música y la gráfica. No puedo más con este lindo sueño. Un honor tremendo haber vivido esto. Agradezco a tod@s y a la vida misma. A seguir creando!".

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